(Por Aylan Kurdi)
Por Kintto Lucas
Un niño no se pone los mejores zapatos
para morir en el mar,
aunque el Mediterráneo,
de Algeciras a Estambul, sea un cementerio.
Kıyıya Vuran İnsanlik dicen en Turquía,
por el naufragio de la humanidad.
Pero los niños, no deciden naufragar,
zozobrar en una barca o terminar en una playa,
en la arena, boca abajo,
los niños no deciden morir en el mar.
La vieja Europa, que siguió a Estados Unidos
en el naufragio de Libia primero y en el de Siria después
tendrá en sus entrañas
grabada para siempre la muerte de un niño,
de cientos, de miles de niños.
Surgida de guerras sin ataúdes,
esos atuendos innecesarios de la muerte,
la Vieja Europa conoce de cementerios
desde que se conoce a sí misma,
pero debería saber que Aylan Kurdi
es uno de los tantos que no eligieron naufragar.
Las islas de Grecia que la troika quiere privatizar
son ahora entrada al cementerio europeo
y hay niños en el mar
miles de luces en el mar.
Decía Serrat que el alma del Mediterráneo
es profunda y oscura,
y cuando lo decía, la humanidad ya había naufragado
pero no nos habíamos dado cuenta…
ag/kl