Por Kintto Lucas*
Para Firmas Selectas de PL
Me cuentan una historia muy interesante que ocurrió estos días en Alemania. Un auto en el que iban dos partidarios del NPD (Partido Nacional Demócrata Alemán, de ultraderecha), chocó contra un árbol. Los dos resultaron heridos. Pero justo en ese momento pasaban por ahí en un bus dos hombres, que al ver el accidente, se bajaron para ayudarlos. Les dieron los primeros auxilios, que a la postre sirvieron para salvarlos. Esas dos personas eran refugiados sirios. El auto tenía propaganda del NPD que decía “Acabemos con el islamismo” y otras frases xenófobas por el estilo. A los dos sirios refugiados no les importó eso. Prefirieron ayudarlos para salvarles la vida. Fue casi una ironía del destino, pero también una enseñanza de vida…
Por cuarenta años, el pueblo saharaui ha esperado un referéndum que le permita elegir su futuro libre y soberanamente. En estos cuarenta años, se pronunciaron a favor de ese derecho el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, la Misión Visitadora del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, la Asamblea General de la ONU. Pero la denominada “comunidad internacional” ha sido incapaz, o no ha querido, imponer al Reino de Marruecos, invasor de las tierras saharauis, que facilite ese derecho. Los países que fomentaron la invasión y destrucción de Libia y Siria, hablando de democracia prefieren la dictadura marroquí, aunque el pueblo saharaui siga sufriendo, resistiendo. Y a pesar de los invasores y del olvido, la lehbalia (salvia) seguirá creciendo para aliviar el dolor de las heridas en otra enseñanza de vida…
Cuando se mira el cráneo de una calavera, no se sabe si es de un rico, de un mendigo, de un sabio, de un poderoso, de un farsante. Lo único que indica es el abismo por el que sucesivamente seremos todos devorados. El futuro al que todos llegaremos algún día. El horizonte nunca soñado. El déspota y el ingenuo, el revolucionario y el acomodado, el traidor y el héroe, el ministro y el obrero, el creyente y el ateo, el cuentero y el que le cree caminan por ese destino. Finalmente ahí seremos todos iguales…
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