Por Kintto Lucas *
Para Firmas Selectas de Prensa Latina
Nicolo Paganini fue un genio, inigualable e incansable. Para muchos, cuando el tocaba, era el diablo el que se manifestaba. Y el dejó correr la leyenda. La dejó crecer. Generó historias. Y así, para la Iglesia Católica, que solo mira el diablo fuera de ella, el violín de Paganini se transformó en el violín del diablo. Sin embargo, a pesar de la Iglesia Católica y su Inquisición, a pesar de Dios y del diablo, de los dioses y los diablos, que son muchos y a veces están vivos y coleando, unos y otros. A pesar de todo eso, la música de Paganini sorteó los tiempos y vale la pena escucharla y reescucharla.
¿Cómo no escuchar el Capricho Número 5? ¿O el Capricho 24 que es como un poema? Es imposible escuchar a Paganini y no seguir escuchándolo. ¿Será una cuestión del diablo o los diablos detrás de su música? ¿Será que la locura se contagia? ¿Qué ocurrirá cuando el diablo o los diablos se cansen, y Dios y los dioses también se cansen? Y la naturaleza se canse. Y los pájaros y las cigarras se cansen. Y el viento se canse. Y los violines y las guitarras y los pianos y la música, claro y la música.
¿Qué ocurriría si la música toda un día se cansa con tanta porquería que pasan los medios de comunicación, como si fuera música? ¿Cómo sería un mundo sin música? ¿Cómo sería un mundo sin violines? ¿Cómo sería un mundo sin Dios ni diablo? Y la Sonata Número 1 de Paganini, ¿será él o el diablo que la creó?
Pensando en la genialidad de Paganini y en la música del violín, recuerdo que a Gregorio Samsa, el personaje principal de La Metamorfosis, de Kafka, al escuchar el violín recupera por unos minutos la condición humana. Cansado ya de ser un insecto rechazado por todos, la música del violín interpretada por su hermana le hace recuperar por un instante el sentido fundamental de lo humano. Sin duda, el ser humano es un insecto antes de que se pruebe lo contrario, o mejor dicho, antes de escuchar el violín. ¿Gregorio Samsa era la otra personalidad de Kafka? ¿Era Kafka un caso de personalidad múltiple?
En la última escena de la novela El Proceso, también de Kafka, el personaje principal Joseph K dice sentir vergüenza de la humanidad. El cansancio mental y físico lo agobia y la muerte le llega con un cuchillo enterrado en el corazón. Entonces, ya muerto, no siente vergüenza de la justicia, siente vergüenza de haber sido ser humano. En la Metamorfosis, en cambio, el ser humano se cansa de serlo. Por suerte, los violines no se cansan…
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