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viernes 20 de septiembre de 2024
Europa

La disputa de la hegemonía mundial y el Nuevo Orden Internacional: Más capitalismo y neocolonialismo (II y final)

Está claro que Europa no contaba con un plan estratégico definido para estas contingencias graves en la obtención de suministros energéticos claves para su economía continental. La UE no había programado con antelación las opciones y visualizado los escenarios que actualmente se están dando en el continente. Entonces, se trataba de boicotear a Rusia y hacerle el mayor daño posible a su economía con las sanciones, pero de momento es Europa la que está siendo más afectada por la falta de petróleo y gas entre otros muchos productos.

Además, se vislumbra una crisis mundial de alimentos que impactará principalmente al África y al resto del “Tercer Mundo” por la conjunción de los factores del cambio climático, la falta de insumos debido a esta guerra, los efectos residuales de la pandemia, más la crisis económica arrastrada hasta la actualidad, etc., etc., como se ha explicado anteriormente.

El capitalismo occidental sigue acusando a Rusia de invasora, sigue sancionándola con duras medidas económicas en forma progresiva, apretando las tuercas del “bloqueo económico”, que como ahora sabemos, traerá repercusiones que golpearán drástica y básicamente al pueblo ruso, al ciudadano de a pie del resto de países europeos y a ese mal llamado “Tercer Mundo”, el Sur, a la economía global en general. Podría haber además de la hambruna y el grave deterioro económico y ambiental incluso otra recesión mundial en un futuro no muy lejano (pronosticada para el 2024).

Consecuencias del actual conflicto político-militar

Lo que sí está claro, es que la inflación galopante y las desigualdades económicas por sectores de producción, transformación y servicios en las diferentes zonas continentales, están causando un empobrecimiento progresivo de las clases trabajadoras y las clases medias en los países y sus sociedades a nivel mundial.

Entonces, y como siempre, en toda guerra la primera víctima es la verdad de lo que está sucediendo. Por tanto, la gran maquinaria mediática demonizadora occidental y la maquinaria propagandística rusa, aunque más reducida en tamaño y extensión, presentan las cosas según su versión y conveniencia.

Putin

Un ejemplo de ello es la figura del presidente ruso: Vladimir Putin ha sido demonizado por la prensa corporativa internacional occidental, a quien llama “zar”, llegándolo a comparar con la monstruosidad de Adolf Hitler (se asegura que Putin tiene una historia política muy oscura, infame, criminal y cuestionable). La matriz de opinión pública dual y maniquea que se ha ido creando lo presenta como un asesino de sangre fría, un dictador fascista y un autócrata extremista.

Occidente, por su parte, se presenta como la “verdadera, completa e igualitaria democracia” y como la “más abierta, más flexible y más justa promotora y practicante de la libertad”, aun teniendo un pasado también fascista, nazi y dictatorial; gobiernos recientes y actuales ultraderechistas en Norteamérica y Europa, sin hablar de sus prácticas colonialistas y neocolonialistas del pasado lejano, reciente y del presente.

Entonces, en este sentido, no se salva ni un lado ni el otro de la crítica comparativa con evidencia histórica y actual, recurrente de injusticias, tropelías y atrocidades en las decisiones y prácticas estratégicas geopolíticas.

No debe olvidarse que han sido igualmente asesinas las invasiones y regímenes creados de cualquier poder imperial (sean estas en nombre de la izquierda o la derecha ideológica y política). No puede haber un falso purismo y determinismo, arropándoselos cada uno de los bandos directa o indirectamente involucrados en la actual guerra, sea el capitalismo noratlántico neoliberal y depredador o por el otrora socialismo y comunismo reales, convertidos en capitalismos nepóticos-autoritarios dictatoriales y expansionistas.

La China de hoy

Nueva Ruta de la Seda

La República Popular China, que se establece como el otro polo de poder en esta dupla Pekín-Moscú, de momento está expectante, sin querer intervenir directamente. No ha condenado la acción militar rusa (y parece que la está ayudando económicamente en estos primeros momentos del conflicto), y tiene ante sí un enorme desafío en la edificación de un nuevo tablero geopolítico. Su particular “socialismo de mercado” le ha funcionado a lo interno, logrando convertir al país en una superpotencia, resolviendo ancestrales problemas de pobreza y hambruna crónicas para su masiva población, principalmente rural. De todos modos, su proyecto de la “Nueva Ruta de la Seda” con el que está ocupando crecientes espacios en la escena internacional no es, exactamente, un posicionamiento socialista. El “socialismo a la china”, que aplica las reglas, políticas y decisiones del mercado así como la manipulación monetaria y bursátil y la explotación global, sigue siendo aún una incógnita con preguntas y dudas en la parte ética y moral, con relación al control poblacional, de la media, del ciberespacio, del empresariado emergente, etc. Esas son las condiciones en las que vive el mundo en la actualidad. Más capitalismo y sus variantes con otros protagonistas.

Se instituye con todo lo que está sucediendo ahora, que el actual escenario podría llevar a otra guerra mundial (hasta el Papa Francisco ya la llama el inicio de la Tercera Guerra Mundial a estos meses de la invasión a mayor escala de Ucrania por parte de Rusia).

Ello parece “remoto y cercano” al mismo tiempo; no es descartable si las acciones bélicas se prolongan, si escalan y se salen del área geográfica donde se están dando. Lo cierto es que se abre un nuevo orden internacional donde Estados Unidos pierde la supremacía absoluta. De momento, no está claro por dónde discurrirán los hechos. El gobierno ruso dice estar en condiciones de resistir todas las sanciones económicas, dado sus enormes reservas (producto de la superproducción de energéticos), las cuarta en el mundo, tras China, Japón y Suiza.

China y Rusia vs EEUU

China y Rusia se vislumbran como grandes potencias desafiando a Estados Unidos, quien sigue manejando la economía y las fuerzas armadas de la mayor parte del mundo. El nuevo orden empieza a dibujarse. La situación se agrava con China y la importancia histórico-estratégica de Taiwán para Estados Unidos y el bloque Occidental. El presidente Biden ha dicho oficial y formalmente en días recientes, que un ataque o invasión a Taiwán por parte de China significará un ataque directo a Estados Unidos, una Tercera Guerra Mundial declarada.

Al mismo tiempo, las tensiones geopolíticas en el Mar de la China son constantes y han escalado política y militarmente estos últimos años. Las viejas provocaciones se han ido intensificando en Sur Asia y en la Asia Lejana: entre las dos Coreas, entre Norcorea y Japón, entre China e India, entre Pakistán e India, entre Taiwán y China, entre Hong Kong y China, como parte de las más notorias noticias seguidas por los medios internacionales.

La causa del socialismo seguirá esperando

La causa del socialismo como liberación de los oprimidos del planeta seguirá esperando. El socialismo chino no es, al menos de momento, un referente para los pueblos y clase trabajadora de todo el orbe. Rusia, que abandonó su socialismo real con muchas equivocaciones y errores, se constituye ahora como poder capitalista con presencia global, pero los problemas eternos del capitalismo no se resuelven.

Fidel

Como dijo Fidel Castro: “Las bombas podrán terminar con los hambrientos, con los enfermos y con los ignorantes, pero no con el hambre, con las enfermedades y con la ignorancia”.

Si habrá ahora un nuevo orden internacional, de momento eso para el pobrerío mundial no significa ningún cambio real en términos positivos. Por tanto, el socialismo (ese que se empezó a construir en la Rusia bolchevique de 1917) sigue esperando y seguirá esperando, según van las cosas.

La OTAN y su visión del mundo de hoy

En la reciente Cumbre de Madrid realizada por la OTAN, se estableció que China “desafía sus intereses, seguridad y valores”, en tanto que Rusia constituye “la amenaza más significativa y directa” para su seguridad.

Tanto la alianza noratlántica como la Unión Europea son las herramientas que utiliza la clase dirigente de Estados Unidos para seguir manteniendo su sitial de imperio dominante. Valga decir que si Europa Occidental “se deja” manipular de esa forma por Washington, es porque, en esencia, piensa exactamente igual: visión capitalista y blanco-centrista hegemónica.

En esas reuniones también se discutió una lista de medidas más duras contra Rusia. Esto es un cuchillo de doble filo, pues se está creando un boicot internacional contra el país euroasiático que, de prolongarse la guerra, puede llevar o llegar a escenarios inciertos de una confrontación más amplia y poner en peligro al resto del mundo.

Al mismo tiempo, los líderes de la OTAN han expresado su preocupación por la amenaza que China representa “al orden mundial”. China parece no ser un “adversario” militar en principio, pero representa serios desafíos como parte de la competencia estratégica global con Occidente, contra Estados Unidos específicamente. Para la OTAN, China está aumentando peligrosamente sus fuerzas militares, su desarrollo tecnológico y su arsenal de armas nucleares.

otan china

La OTAN acusa a China de operaciones híbridas y del ciberespacio contra otros países, de subvertir el orden internacional basado en reglas y acuerdos internacionales, principalmente en los dominios espaciales, cibernéticos y marítimos. Tal vez lo más importante es la velocidad de expansión económica de China utilizando la inversión transnacional para crear dependencias e influencias estratégicas en varias regiones del mundo.

Es decir, se está nuevamente en “más de lo mismo”, en una nueva oleada de la expansión capitalista, utilizada anteriormente y hasta la fecha por Occidente, pero ahora cada vez más en favor de los intereses expansionistas chinos.

Todo lo anterior hace recordar lo que pasó el siglo pasado en las dos guerras mundiales, cuando Alemania y Japón intentaron cambiar el orden colonialista e imperialista británico-francés y estadounidense, lo cual al final desencadenó las dos conflagraciones mundiales conocidas. Sin embargo hay que hacer notar, con mucha claridad y cuidado, que en el pasado no se contaba con un arsenal nuclear tan amplio, letal y de exterminio total de la especie humana y del planeta como en estos días.

Volvemos al título de este pequeño ensayo: estamos entrando en una etapa de la disputa de la hegemonía mundial y el nuevo orden internacional: con más capitalismo y neocolonialismo. Suena cansadamente recurrente, alarmante e indignante. Las sociedades humanas somos así.

rmh/mc

*Catedrático universitario, politólogo y articulista argentino.

*Con la colaboración de Mario S. de León, Doctor en Salud Global y Desarrollo, Docente Universitario, Analista y Ensayista Internacional.

 

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