La prensa resalta el relumbrón de un abrigo
Batín que luce una reina
En las exequias de Constantino, el último
Rey de los helenos. Aplaude los himnos,
Y salmos y rituales que glorifican al difunto. Y
Gasta tinta y papel para ocultar el rifirrafe de la corte.
Y alaba el oscuro esplendor de un vestido
Negro que ilumina las calles harapientas de Atenas.
Qué lejos deben estar Juliaca, las polleras
De luto riguroso, las zampoñas
Caracoleando en el viento y el dolor
Milenario que al parecer no merecen su primera plana:
Sólo silencio, calumnia, olvido.
Sin embargo, el oráculo
Dice que la memoria es nuestra bandera.
rmh/hpg
*Poeta y profesor universitario peruano. Premio Casa de las Américas de Poesía 1978.