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sábado 27 de abril de 2024

Una guerra civil, “fría” o “caliente”, puede acabar con la Argentina actual

Una posible clave para entender cómo y por qué los argentinos se encuentran ante el mismísimo borde del precipicio es lo que me atrevo a denominar efectos de la política Nescafé. Se trata de un modo de hacer política- ya retomaré la idea más adelante-, desde lo instantáneo y lo soluble, hace tiempo instalado en las entrañas de esta sociedad, en sus instituciones y entre su actores civiles.

Estamos ante el modo que permitió a un siquiátrico como Javier Milei instalarse en la Casa Rosada con la intención de cumplir con los planes de sus titiriteros: la burguesía marginal y lumpen vernácula asociada al sistema de poder económico y financiero de Estados Unidos.

Argentina se encuentra ante el serio riesgo de una guerra civil con características propias del siglo XXI, en definitiva herencias actualizadas de aquella violencia intestina que sometió al país desde sus inicios como República independiente.

Ayer…

Nótese que debieron transcurrir más de 40 años desde aquél 1810 para que, con la batalla de Pavón, en la provincia de Santa Fe, la suerte de los argentinos quedase sellada- ¿hasta nuestros días?-, cuando el ejército del puerto de Buenos Aires conducido por Bartolomé Mitre se impuso en extraño desenlace militar al de Justo José de Urquiza, quedando despejado el camino para la organización nacional y el fin del separatismo entre la Confederación Argentina y la provincia porteña. Sucedió el 17 de septiembre de 1861.

Se consolidaba así el inicio del modelo argentino actual, oligárquico, dependiente del imperio británico primero y de Estados Unidos después, exportador de su fecundo agro y de sus riquezas en recursos naturales.

Por supuesto que la violencia, “la guerra interior”, no se detuvo. Tras Pavón, contó en 1964 el historiador José María Rosa, la trompetería oligárquica anuncia la gran victoria…Sarmiento, desde Buenos Aires, le escribe el 20 de septiembre: “No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos”.
Y esa violencia “organizadora” continuó con el exterminio de los ranqueles y otras naciones indígenas, para extender las fronteras de la economía latifundista, a fines del XIX…

Con la represión sangrienta a los trabajadores en los comienzos del XX- por ejemplo la Semana Trágica en Buenos Aires, en enero de 1919, durante el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen y con un joven oficial llamado Juan Domingo Perón en los arsenales de las fuerzas represoras…

Con una política de persecución sistemática a militantes anarquistas, que alcanzó su pico en el fusilamiento del legendario Severino Di Giovanni, el 1 de febrero de 1931, hecho sobre el cual Roberto Arlt, uno de los grandes escritores argentinos, nos dejó una crónica memorable…

Con una historia de persecuciones, encarcelamientos y matanzas de dirigentes políticos, sindicales y estudiantiles de izquierda durante décadas, proceso que registró al menos cuatro casos trágicos que hablan por sí solos: el bombardeo a la Plaza de Mayo, en 1955; los fusilamiento a militantes peronistas en León Suárez (provincia de Buenos Aires) , el 9 de junio de 1956, narrados en forma magistral por Rodolfo Walsh en su obra Operación Masacre; las represiones ilegales de la Triple A durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, y el bestial genocidio perpetrado por la última dictadura cívico militar a partir de marzo de 1976… reivindicada en forma expresa y tácita por el gobierno del desquiciado Milei.

Esa danza macabra de sangre y violencia que encierra la historia argentina se expresa en el origen de su propia literatura, tal cual lo explicara el académico, crítico y novelista David Viñas (1927-2011), al señalar que esta nace con una violación, la del unitario en manos de partidarios de Juan Manuel de Rosas, en el texto ficcional El Matadero de Esteban Echeverría, publicado en 1871, 20 años después de la muerte de su autor.

Hoy…

El 13 de febrero último, el diario Página 12 informaba: Desde finales de la semana pasada circula por las redes sociales una versión que habla de un presunto pacto entre el gobernador bonaerense Axel Kicillof, con sus pares de Córdoba y Santa Fe, Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro, para activar el Pacto de San José de Flores y encabezar una rebelión provincialista contra el gobierno nacional.
¿A qué hecho histórico nos remite la mención de un Pacto de San José de Flores?

El 11 de noviembre de 1859, Mitre y Urquiza firmaban el Pacto Unión San José de Flores, con el que Buenos Aires se sumaba a la Confederación. Como ya vimos, en 1861 todo termina entre fusiles y caballerías, en Pavón.

Este lunes 26 de febrero, otro diario- Infobae- consigna: La disputa entre el gobierno nacional y Chubut (provincia patagónica y petrolera gobernada por un dirigente del partido de derecha fundado por el ex presidente Mauricio Macri, hoy aliado de Milei) por fondos retenidos de la coparticipación (los que la Nación debe enviar a las provincias) escaló este fin de semana. Desde Estados Unidos, adonde viajó para lucirse en una cumbre conservadora, el presidente, Javier Milei, volvió a arremeter contra el gobernador Ignacio “Nacho” Torres y el patagónico respondió…

En medio de sus desquicios y alucinaciones siquiátricas- en voz baja en el Congreso hay quienes ya piensan en un juicio por insania al presidente-, Milei siempre apela a insultos como excrementos humanos, delincuentes, corruptos y ladrones para calificar a la oposición, a legisladores propios que lo cuestionan y a todo aquél que piense distinto.

Por otro lado, desde Chubut y en principio con el acuerdo de otros gobernadores cercanos al propio gobierno nacional- entre ellos el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, primo de Mauricio-, su gobernador amenaza con el corte del suministro energético procedente de esa provincia y de vital importancia para zonas densamente pobladas del país…

¿Mañana…?

Javier-Milei

Milei cumple las ordenes de sus mandantes: dejar a la sociedad en manos del mercado, desarticular el Estado, desarmar toda política de soberanía nacional en lo económico, lo político y lo educativo- cultural y avasallar los derechos que la Constitución prevé para las provincias, todo con una consecuencia fatal: el empobrecimiento de las mayorías sociales.

Entonces y a saber…¿Volverán los fusiles entre los argentinos? Dicho así suena a aventurado, pero no es imposible, tras una rebelión de la provincias eventualmente intervenidas por el poder federal.

Ante un escenario de esas características, el gobierno nacional cuenta con la Policía Federal, la Gendarmería- en principio una suerte de guardia de fronteras pero hace años aplicada a tareas de represión urbana- y la Prefectura Naval, en principio una fuerza guardacostas.
También con las Fuerzas Armadas, pero ¿quién puede asegurar que tanto unas como otras se comportarían en forma monolítica, disciplinada, sin fraccionarse?…

¿Y acaso las provincias están desarmadas?

No poseen Fuerzas Armadas- sí con bases de una y otras en sus jurisdicciones, y en caso de fracciones todo podría suceder-, pero además cada una de ellas tiene disponible a sus propios cuerpos policiales, algunos muy poderosos, como el de la provincia de Buenos Aires, y todos cruciales conocedores de los territorios, tanto por sus despliegues legales como por sus complicidades con el crimen organizado y el narcotráfico, áreas en las que los servicios de inteligencias y las agencias de seguridad de Estados Unidos, en especial la DEA, tienen significativa presencia.

La materialización de la hipótesis recién desarrollada pondría al país en un escenario de guerra civil caliente, pero es muy probable que las propias fuerzas económicas y políticas- locales y del exterior- interesadas en la libanización o balcanización de Argentina prefieran una modalidad fría, que se exprese en reformulaciones políticas, jurisdiccionales y administrativas a partir del funcionamiento hasta forzado y modificatorio de la propia Constitución, bajo un manto permanente de violencia social y política solapada.

El 24 de febrero reciente, el diario La Nación- con los medios de su grupo, los del Grupo Clarín y otros, descarados defensores de Milei y de la ultraderecha- daba cuenta de lo siguiente:

El diputado nacional de la opositora Unión por la Patria (UP) y ex candidato a la alcaldía de la ciudad capital, Leandro Santoro, compartió una dura advertencia de lo que cree que podría ocurrir si continúa el conflicto entre el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y el presidente Javier Milei por el giro de los fondos coparticipables. El legislador planteó que podría suceder el “desmembramiento de la Argentina”…“Dije que esto termina en la balcanización de la Argentina. El desmembramiento del país. Puede pasar lo que le pasó a los yugoslavos”, definió el politólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires.

De una u otra forma, se concretaría el sueño de las grandes corporaciones y tras del cual está Washington, capital plenipotenciaria de las inversiones de empresas estadounidenses en áreas económicas estratégicas y sus sirvientes locales, la ya caracterizada burguesía vernácula marginal y lumpen.

Una ex Argentina entonces dividida en nuevas formulaciones jurisdiccionales en orden al mapa de sus riquezas y recursos estratégicos. Por ejemplo: la pampa húmeda, su producción agroalimentaria y sus puertos en manos de las propias empresas-tal cual sucede desde hace años-; las provincias andinas del Norte con gigantes reservas de litio, en la mira expresa de Estados Unidos; las petroleras y atlánticas del Sur; y las mineras también andinas y aquellas que guardan en sus comarcas grandes reservas de agua y biodiversidad…

Nescafé…

Es la marca con la que Nestlé, la mega corporación suiza de la alimentación comercializa en forma global su café instantáneo y soluble, modalidad a la que aquí apelé para ensayar sobre algunas ideas en torno al porqué de la actual argentina gobernada por un loco de remate y en peligro de disolución.

Pues instantáneas y solubles son las prácticas sociales y políticas de última generación, en este siglo XXI digital, de redes sociales e Inteligencia Artificial, dispositivo ese que en los medios de comunicación tradicionales y las grandes plataformas opera- tal cual escribió hace poco el científico e intelectual estadounidense Noam Chomsky en The New York Times- como el mayor ladrón de propiedad intelectual de la Historia.

Mientras la población en general sea apática, pasiva y orientada hacia el consumismo y hacia el odio a los más vulnerables, los poderosos podrán hacer lo que quieran, afirmaba el propio Chomsky en 2018 acerca de los efectos del vertiginoso proceso que se me ocurre calificar de política Nescafé.

El artículo Qué es eso del síndrome de Houdini, de Roberto Gutiérrez Alcalá y publicado el 5 de febrero último por la Gaceta de la UNAM (Universidad Autónoma de México), nos alumbra en forma notable con algunas ideas que pueden ser útiles a la hora de explicarnos a la- digámosle categoría- política Nestlé.

En Internet podemos leer información del supuesto síndrome de Houdini, el cual consistiría en la incapacidad o la evitación de establecer vínculos emocionales profundos y duraderos con otra persona…

Sin embargo, este supuesto “síndrome”… no constituye una patología reconocida por la ciencia…

Ricardo Trujillo Correa, de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala: “En todo caso nos encontramos con la psicopatologización de la vida cotidiana… Es una forma de no responsabilizarte de la vida propia…

En los términos del amor líquido que propone Zygmunt Bauman, vivimos en una época en la que tocamos al otro de manera superficial, porque profundizar en él nos da miedo, aburre y/o cansa. De hecho, si nos fijamos bien, como ya lo dijo Walter Benjamin, el mundo actual ha sido diseñado en la lógica del centro comercial, para estar en tránsito constante, no para permanecer. Por ejemplo, los programas de televisión o los videos de Instagram o Facebook están elaborados para que veamos y escuchemos no un discurso amplio y profundo, sino corto y veloz. Esto nos mete en lo que podría llamarse la memización de la cultura, por la cual siempre estamos transitando en la superficie y lo inmediato.

Trujillo Correa recuerda la novela “Cosmópolis”, de Don DeLillo, en la que un joven multimillonario vive en una limusina equipada con pantallas de televisión y monitores de computadora: ahí come, tiene sexo, atiende sus negocios… y de cuando en cuando baja a la calle para caminar mientras la limusina lo sigue, en una metáfora de la existencia de quien está en todas partes y, a la vez, en ninguna…
La socióloga y escritora franco-israelí Eva Illouz, autora del libro Intimidades congeladas, emprendió una investigación cualitativa de las intervenciones en las app de citas como Tinder y encontró que parte de la lógica de buscar pareja en ese tipo de aplicaciones se asocia a la lógica del mercado. Vas al mercado y seleccionas: esto sí, esto no; esto me conviene, esto no me conviene. De esta manera, en lugar de una personalidad, lo que ves en el otro es un producto de consumo. Pero tú también te vuelves un producto y entonces la dinámica se te revierte. O sea, tú eres no sólo el buscador, el comprador, sino también el buscado, el producto…

Estamos entonces ante un comportamiento social que da cuenta de la actual etapa del sistema capitalista- imperialista, que es el de la mercancía como totalidad, una suerte de nueva dictadura que deshumaniza en términos ontológicos y tiene una expresión política de mázima, la que en Argentina se sintetizó con la emergencia de un siquiátrico en la cumbre del poder político, por obra y desgracia de aquellos votos instantáneos y solubles.

¿Pero acaso el espectro político tradicional- por derecha y por izquierda- es sólo víctima de ese proceso o además cumple el objetivo rol de ser también causa y responsable del mismo?

Es, por demás, sostenible afirmar que se inscriben en la segunda formulación y lo más grave del panorama es que la política Nescafé infectó a los actores autotitulados nacionales y populares o progresistas- no importan en este caso las palabras-, que por sus carencias teóricas, oportunismos, corrupciones e incapacidades alisaron el camino de llegada al gobierno de esta experiencia de ultraderecha sicopatológica que puede derivar en escenarios trágicos…Y aquí y al respecto se hace insoslayable citar a uno de los más importantes ensayistas argentinos, Ezequiel Martínez Estrada (1895-1964), quien en La literatura y la formación de una conciencia nacional- Para un revisión de la letras argentinas (Losada, Buenos Aires, 1967) sentenció: parodiar es nuestro destino trágico.

Y para el final una breve, pero inquietante apostilla que hace pocos días publicó en sus cuentas de redes sociales el lúcido profesor, licenciado en Historia y doctor en Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Carlos Ciappina:

Hipótesis insoportable: ¿Será que Milei descubrió el verdadero corazón y alma de las mayorías argentinas?

rmh/ved

Victor Ego Ducrot

Ego Ducrot, Victor Periodista, escritor y docente universitario argentino. Doctor en Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina; profesor titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, donde también tiene a su cargo seminarios de posgrado y doctorado sobre Intencionalidad Editorial (Un modelo teórico y práctico para la producción y el análisis de contenidos mediáticos); Medios de Comunicación y Criminología: Análisis y Producción Crítica de Narrativas sobre Delito, Crimen y Violencia; Ensayo Periodístico o Periodismo de Ensayo e Historia: Urgencias y mutaciones en el tránsito en los Siglos XX y XXI. Leer más... Columnista en medios argentinos y latinoamericanos. Fundador y actual director de la Agencia Periodística de Buenos Aires (AgePeBA). Autor de numerosos libros, entre ellos Los sabores de la Patria; Norma; Bs. As. 1996 y reeditado en 2010; Los sabores de la Historia; Norma; Bs.As; 1997; Recolonización o independencia: América Latina en el Siglo XXI, Norma; Bs.As., 2004, en coautoría con Stella Calloni; El derrocado (novela histórica); Sudamericana; Bs.As.; 2005.

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