En ocasión del 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana, en el 132 aniversario del periódico Patria fundado por José Martí, me pareció pertinente destacar la personalidad del primer presidente del gremio de los periodistas cubanos, Ernesto Vera, y el relevante rol desempeñado en el escenario internacional para exponer y defender las posiciones de su país en ese ámbito.
Desde su posición en la Unión de Periodistas de Cuba (UPeC), se incorporó desde un principio (década de los 70) a las campañas y las luchas por un Nuevo Orden Informativo Internacional, cuya génesis comenzaba a brotar en los ámbitos de la UNESCO y muy en particular del Movimiento de los No Alineados y los países del Tercer Mundo.
También lo hizo desde su autoridad dentro de las directivas de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) y en todas las reuniones internacionales y escenarios donde tuvo la oportunidad de asistir y pronunciarse al respecto, como también de la Organización Internacional de Periodistas (OIP).
Vera fue un abanderado del Nuevo Orden no solo a lo largo de sus veinte años al frente de la UPeC, sino hasta mucho más adelante, en que siguió combatiendo y levantando su voz, particularmente después de las décadas del 70 y el 80 en que los temas relacionados con el nuevo orden informativo perdieron su fuerza inicial y la UNESCO tomó distancia de los mismos hasta desaparecer de las agendas del siglo XXI.
Es justo señalar que en aquellos momentos tampoco los gobiernos de los países que formaban la comunidad socialista de Europa del Este se adhirieron ni calorizaron los principios del nuevo orden informativo, lo cual sí hicieron- aunque débilmente- en cuanto al nuevo orden económico. La presión y el chantaje del gobierno de Estados Unidos se hicieron sentir en ese sensible tema.
Vera transitó por todos esos caminos y expresó las opiniones y las posiciones de Cuba con firmeza e inteligencia, con valentía y habilidad profesional, quedando siempre bien sentadas y esclarecidas con vista a un mejor futuro.
Cuba participó activamente como centro regional en el “pool” de agencias de noticias de los países No Alineados, del cual fue fundadora Prensa Latina junto a una veintena de agencias de ese movimiento: este fue un logro concreto en la creación del nuevo orden, que también se esfumó con el peso de los años, como consecuencia del auge temporal de la globalización neoliberal y sus negativos efectos.
A pesar de todo, es indiscutible que las condiciones del mundo de hoy han ido cambiando con respecto a las de hace veinte años, también en América Latina y el Caribe; se multiplican y crecen los esquemas de integración regionales que incorporan las más diversas actividades y se confirma que es posible desafiar la hegemonía unipolar e imperialista en diferentes ámbitos y aún derrotarla.
Parecería haber llegado el momento de replantearse a nivel latinoamericano e incluso mundial la lucha por el Nuevo Orden Informativo Internacional y para ello es necesario estimular y alentar la voluntad política de los estados que estén en disposición de incorporarse a esos empeños y de correr esos riesgos.
Paradójicamente, el desarrollo científico técnico de las comunicaciones y la aparición de las llamadas “redes sociales” lo convierte en algo más necesario y urgente, si queremos soberanía con justicia social, prosperidad y sostenibilidad para todos por igual.
En esas duras luchas que aún nos quedan, seguramente estarán presentes las enseñanzas, la firme voluntad y el ejemplo del colega, compañero y amigo, del cabal militante revolucionario que fue Ernesto Vera.
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