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miércoles 1 de mayo de 2024
Guerra Fría

“Puntos de inflexión. La Bomba y la Guerra Fría”. Impostura histórica esmeradamente elaborada

Uno de los más complejos y necesarios temas de discusión para desenmascarar la multifacética agresión mediática imperialista, que se sufre como nunca antes en la actualidad, es el estudio de las corrientes así llamadas “centristas” o “imparciales”, tanto en la historia, ciencias sociales y en la vida cotidiana. Mostrando supuestamente “la verdad” y “los hechos” de una manera inconexa y “apartidista”, realmente lo que logran es disfrazar y hacer más digeribles sus mentiras y fraudes históricos. Ese es el caso de “Puntos de Inflexión”, en su forma más pulida.

La superproducción fílmica “Oppenheimer” ganó siete estatuillas Oscar en total, tras ser la favorita con 13 nominaciones. Ganó el título de Mejor Película, Mejor Director para Christopher Nolan, Mejor Actor para Cillian Murphy y Mejor Actor de Reparto para Robert Downey Jr., además de los premios de Montaje, Fotografía y Música. Desde mucho antes de la ceremonia de los Oscar se veía venir ese éxito arrollador y recogiendo el batón del galardonado Christopher Nolan, estuvo el cineasta Brian Knappenberger. Su nuevo documental “Puntos de Inflexion” producido por la cadena Netflix, rastrea cómo la división del átomo de Robert Oppenheimer y las políticas del imperialismo condujeron a la bifurcación del mundo, manteniendo a toda la humanidad al borde de la catástrofe durante los últimos 80 años. Pero este profesionalmente elaborado documental fue hecho de forma tal que la verdadera historia es “reconstruida” y en muchos casos completamente falsificada.

“Turning Point: The Bomb and the Cold War” (Puntos de Inflexión: La Bomba y la Guerra Fría) es una serie de televisión documental, de nueve episodios y 10 horas de duración, una obra de una escala impresionante y una visión sorprendente (y deformada) del mundo construida en torno a unas 100 entrevistas con historiadores, testigos de primera mano, líderes y políticos (incluido el nefasto Volodymyr Zelensky). Gira en torno al desarrollo de la bomba atómica y la proliferación de armas nucleares en los años subsiguientes. La serie se extiende más allá de la desintegración de la Unión Soviética y del ascenso al poder de Vladimir V. Putin, encaminándonos hasta la actual Operación Militar Especial rusa en Ucrania, que es el centro de la saga.

El documental nos conduce a través del peligro, los prejuicios y la paranoia de la posguerra, se hace mucho énfasis en la lenta decadencia y el colapso de la Unión Soviética. Si bien gran parte de la atención se centra en los peligrosos enfrentamientos entre Estados Unidos y la URSS, el espectáculo se esfuerza por seguir el alcance global de la guerra fría y la amenaza nuclear. Hay secciones sobre Berlín, China y Cuba, como era de esperar, pero también sobre Irán, Guatemala, Angola e incluso las Islas Marshall.

Si el amplio alcance y el enfoque serio y factual (pero no necesariamente verídico) distinguen a la serie de muchos documentales en streaming (entre ellos el reciente docudrama “Einstein y la Bomba”), su exhaustividad a veces puede resultar agotadora, especialmente cuando lo que podría haber sido una contextualización concisa se desarrolla como una digresión prolongada. Esta amplitud no se logra necesariamente a expensas de la profundidad analítica o emotiva, sino en muchos casos es de carácter repetitivo. A diferencia de ”Oppenheimer”, la serie mira no sólo a las individualidades, sino que presenta también a los pueblos del mundo, siempre protagonistas de la historia.

Episodios de “Puntos de Inflexión”, con sus títulos originales:

E – 1. El sol salió con tremenda fuerza.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos comienza a trabajar en un proyecto (“Manhattan”) de alto secreto que resulta en los bombardeos atómicos sobre Japón y un conflicto global que dura décadas. Entre los entrevistados de este episodio se encuentran los escritores Garrett Graff, Marie Elise Sorette, el político georgiano Georgi Kandalaki, el ex– campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov, y el “presidente” de Ucrania Wolodomir Zelensky. Fuerte enfoque anti – ruso

E – 2. La contaminación del suelo

Muestra con la mayor crudeza y exageración, los peores momentos de la era de Stalin y de la Revolución Cultural maoísta en la RPCh. No muestra ningún logro, solo los problemas bajo la peor luz posible. Muy anti– rusa la primera ministra de Estonia Kaja Kallas, en tanto T. Neftaly, historiador de la Crisis de Octubre, ofrece sus versiones acerca de estos y otros hechos.

E – 3 Locura institucional

Preparándose para la guerra contra la Unión Soviética, Estados Unidos comienza a probar armas termonucleares; la CIA forma e interfiere en la política mundial. No se mencionan los cientos de intentos de asesinato contra Fidel Castro

E – 4 El Muro

Estados Unidos y la Unión Soviética se ven envueltos en una carrera armamentista nuclear; se construye el muro dividiendo a Berlín. Se trata de presentar al presidente Kennedy buscando una “solución pacífica” después de la Crisis de Octubre en Cuba.

E – 5. Juegos de Guerra

Con ambas partes preparándose y planeando para el peor de los casos, los presidentes Reagan y Gorbachov “encuentran un terreno común”. La tragedia golpea a la URSS, desastre nuclear en Chernóbil.

E – 6. El Imperio es insostenible

La URSS y el Campo Socialista se debilitan rápidamente, cae el Muro de Berlín; la dirección del PCUS trata de derrocar, de forma tardía y desorganizada, a M. S. Gorbachov.

E – 7. El fin de la historia

Surge un nuevo líder (¿?) ruso, Boris Yeltsin, alcohólico y oportunista, las repúblicas de la URSS buscan la separación. A medida que la Unión Soviética se disuelve, varias potencias firman un tratado histórico sobre armas nucleares. Ocurre un supuesto “Fin de la Historia” a la Francis Fukuyama.

E – 8 Moscú no callará

Rusia lucha por encontrar una identidad nacional cuando Vladimir Putin llega al poder; con la Guerra Fría en el espejo retrovisor. Comienza una guerra contra el terrorismo en distintas partes del mundo, justa a veces (como el enfrentamiento del gobierno sirio contra quienes trataron de derrocarlo), pero más frecuentemente un pretexto para la agresión a los procesos nacionales no considerados aceptables por los Estados Unidos.

E – 9. Todavía no hemos muerto

Muestra a Rusia como invasora de Georgia y Ucrania, y se somete al presidente V.V. Putin a un intenso escrutinio, siempre con un enfoque negativo. Mientras prospera la desinformación, persisten las amenazas de guerra nuclear.

En una de las escenas más impactantes de la serie, el estratega nuclear convertido en denunciante Daniel Ellsberg (que murió el año pasado) analiza una propuesta oficial recientemente desclasificada de finales de la década de 1950 para un ataque estadounidense que habría acabado con una quinta parte de la población mundial.

«Oppenheimer» y “Puntos de Inflexión” deberían proyectarse gratuitamente en el Capitolio y en la Casa Blanca ante aquellos empeñados en gastar 1,7 billones de dólares en las próximas décadas para construir nuevas armas nucleares. Solo los que desean una catástrofe existencial, o en la nómina de Northrop Grumman, la principal compañía militar con contratos de «modernización» nuclear, podrían verlas y seguir apoyando el rearme nuclear de EEUU., un espectáculo de horror que ahora está en marcha con la bendición de los políticos del Potomac.

En el orden del día de los “halcones” guerreristas, figuran un nuevo misil nuclear de crucero lanzado desde el mar, una bomba gravitacional con implosión de radiación en dos etapas, un bombardero estratégico de largo alcance, la sustitución de 400 misiles nucleares en silos subterráneos por 600 nuevos misiles intercontinentales, conocidos como «Centinelas», que podrían transportar cada uno hasta tres ojivas 20 veces más poderosas que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

Vemos a un Albert Einstein que en la vida real presionó para financiar la investigación de la bomba atómica, y luego se opuso resueltamente al proyecto. Podría haber sido su historia, o la historia de uno de los 70 científicos que firmaron una demanda llamada «Truman, no lances la bomba», petición que R. Oppenheimer aplastó, persuadiendo a Edward Teller, el «padre de la bomba de hidrógeno» para que no presentara a Truman la solicitud redactada por Leo Szilard, el físico jefe del laboratorio de Chicago del Proyecto Manhattan. La referencia a la petición fue tan breve, silenciosa y susurrada, que gran parte del público (especialmente el estadounidense) podría haberla ignorado.

Muchas décadas después, podríamos perder de nuevo la oportunidad de alertar a cientos de millones de personas sobre el enorme peligro nuclear que se cierne sobre el mundo de hoy, y evitar un holocausto nuclear. “Puntos de inflexión” muestra esta pesadilla en la que perecerían quizás cinco de los ocho mil millones de personas de la Tierra, inmediatamente o con la hambruna de un invierno nuclear. Pero no lo hace ni equitativamente (no indica que la fuente del peligro es la intención de eternizar un mundo unipolar) ni suficientemente.

Algunos aspectos a remarcar

1. Este es un ejemplo de propaganda sofisticada, que trata de aparecer como “imparcial”, sin serlo. Aceptan algunas culpas de los Estados Unidos como agresor imperialista en el pasado, pero nunca en la actualidad, en el presente todos los pecados son de Rusia, China, Irán, RPDC, Putin, etc. Prácticamente cada episodio comienza con el vigente conflicto en Ucrania y es una especie de apoyo para la aprobación por el Congreso de los EEUU. de los envíos multimillonarios de “ayuda” militar a una Ucrania dirigida por los neo– nazis como punta de lanza contra Rusia. ¿Y Gaza? ¿Y el Bloqueo contra Cuba? Bien, gracias.

2. Algunos de los entrevistados son tan “imparciales” como Zelenski, Candolezza Rice, Jan Stoltenberg (secretario general de la OTAN), la primera ministra de Estonia, entre otros del mismo pelaje. El foco de la animosidad es siempre Rusia y muy en especial Putin, a quien se muestra como una persona que quiere reconstruir no tanto a la URSS sino al Imperio Ruso del tiempo de los zares.

3. La cobertura del conflicto del Medio Oriente uno de los enfrentamientos más críticos y peligrosos de la humanidad es insignificante, cero atención al problema palestino (acerca de Gaza y de Cisjordania hoy, nada), muy poco, poquísimo sobre las Guerras de Corea y de Vietnam. Una curiosidad es que a las manifestaciones anti- socialistas de Leipzig (entonces República Democrática Alemana) la noche del 9 de octubre de 1989, se le dedica dos veces más tiempo en el documental que a los conflictos del Medio Oriente, Vietnam y Corea tomados de conjunto.

4. En el tema de la Crisis de Octubre, se menciona la invasión de Playa Girón muy someramente. No se menciona que la URSS estaba rodeada por completo por cientos de bases estadounidenses repletas de armas nucleares.

5. No debemos confundir a “Puntos de Inflexión” con obras importantes de denuncia sincera, como el documental “La historia no contada de los Estados Unidos” obra maestra del gran Oliver Stone (2012) o la no menos valiosa (aunque imprecisa) “La niebla de la guerra” del Errol Morris y Robert McNamara (2003). Me impresionó sobremanera ver cómo “Puntos de Inflexión” hábilmente proclama criticar a Estados Unidos por su papel en la Guerra Fría, cuán enajenados e irracionales son mostrados a los televidentes el Complejo Militar-Industrial (incluyendo su primera mención en la despedida de D. Eisenhower de la presidencia en 1960) y en ocasiones el gobierno estadounidense en general. El McCarthismo es ampliamente mostrado, sobre todo con los inhumanos asesinatos de los esposos Rosenberg, repitiendo cosas que ya se saben desde hace mucho tiempo. Pero siempre, al final e invariablemente, la Unión Soviética y sus aliados son los “villanos” o por lo menos son los más “villanos”.

6. Debemos insistir que este documental se convirtió en un componente silencioso de las campañas de recaudación de fondos para la guerra en Ucrania. Zelenskyy es una de las personas más entrevistadas y presentado bajo una luz “heroica”. No se presenta a la brigada Azov, a los asesinos Banderistas, a los neo– nazis que exterminaron decenas de líderes obreros de izquierda en la Casa de los Sindicatos de Odessa o que dispararon contra los manifestantes contra el Maidan. Dado que se trata de un conflicto actual, esto realmente debilita la credibilidad del trabajo en su conjunto. Más allá de la extrema politización y animosidad ya existente en muchos funcionarios estadounidenses y sus “enfoques” hacia los conflictos entre Estados Unidos y Rusia, en esta serie se presenta una “demonización” total de Rusia. Todo esto podría haberse evitado si hubiera habido una lista equilibrada de entrevistados, o simplemente hubieran presentado a Ucrania en su verdadero contexto, desde el golpe de las CIA en el 2014

7. Se acusa directamente a V. V. Putin de ser el culpable por la reactivación de la “Guerra Fría” en nuestros tiempos. De las invasiones a Irak, del incumplimiento de las promesas de que la OTAN no se expendería hacia el este, de la actividad anti– rusa en Ucrania, países bálticos, Georgia, de la desestabilización en el Cáucaso, etc. no se dice mucho, y siempre los rusos son presentados como los agresores. Pero la verdadera historia dice lo contrario y prevalecerá, por mucho que ”Puntos de inflexión” trate de ignorarlo.

8. A pesar de preconizar durante su campaña electoral no ser el primero en usar armas nucleares, la llamada «Revisión de la Postura Nuclear» del presidente J. Biden se hace eco de la aprobación de su predecesor D. Trump de ser el primero en usarlas en caso de que los «intereses de nuestros aliados se vean amenazados». No es lo único a lo que Biden faltaría de sus promesas, el Bloqueo contra Cuba es otro ejemplo.

9. En fin, este muy profesional producto cinematográfico está dirigido a falsificar la historia, con las habituales combinaciones de verdades fuera de contexto o con “medias verdades”, de darle muy poco tiempo a las cosas más embarazosas para los Estados Unidos, aunque se les mencione para cubrir las apariencias.

La Casa Blanca y una buena parte del Congreso de los Estados Unidos quieren empujar a una población estadounidense, que pareciera caminar sonámbula, a la Tercera Guerra Mundial con Rusia, una nación de 145 millones de personas, 195 etnias diferentes y más de seis mil armas nucleares. Para aquellos que insisten en que se sigan financiando guerras eternas por el dominio mundial, para aquellos en altos cargos que rechazan los llamados a un alto el fuego, este documental (cualquiera sea su intención) nos recuerda el peligro existencial que enfrentamos en un océano de negación, complicidad y excepcionalidad (de creer que Estados Unidos, como Israel, es el Pueblo Elegido y que lo ha convertido, por lo tanto, en un Destino Manifiesto). Lo mismo ocurre con las amenazas y provocaciones contra la RP China, Irán o la RPD de Corea.

Para terminar de comentar “Puntos de inflexión” afirmaría que es una obra cinematográfica pulida y prolija, con una gran cantidad de entrevistas a protagonistas, muchos datos y sobre todo mala, muy mala intención.

Rmh/jro

José R. Oro
José R. Oro

José R. Oro Nació en Cuba en 1952. Geólogo de profesión, es autor de cuatro libros y más de 100 artículos especializados en minería, geología, ingeniería y medio ambiente y muchos otros de temas sociales, política y economía. Habla español, inglés, ruso y portugués. Experiencia en el desarrollo de grandes proyectos mineros y de infraestructura en Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Finlandia, Estados Unidos y Canadá. Vive en Connecticut, Estados Unidos. Casado.

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