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viernes 26 de julio de 2024

Entrevista literaria a José Honório Rodrigues (I)

Por Frei Betto

FB: Muchos consideran que el pensamiento liberal es la base de nuestra fragilidad democrática. ¿Concuerda con esa afirmación?

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JHR: Ese ha sido el papel de los liberales en la historia brasileña. Derrotados en las urnas y alejados del poder, se fueron tornando, además de indignados, intolerantes, y elaboraron una concepción conspirativa de la historia que consideraba indispensable la intervención del odio, la intriga, la insensibilidad, el resentimiento, la intolerancia, la intransigencia, la indignación ante el éxito inesperado e imprevisto, como sucedió entonces en varias partes del mundo, de sus fuerzas como minorías. En Brasil, la concepción conspirativa de la historia tiene orígenes liberales.

FB: ¿Podría detallar cómo es esa actitud conspirativa?

JHR: Las conspiraciones tiene como objetivo interrumpir el proceso normal de la victoria de la mayoría, especialmente después de las derrotas en las urnas, cuyo veredicto nunca aceptan: culpan al pueblo de inmadurez para elegir. El proceso histórico brasileño se ha hecho anormal por la intervención de fuerzas minoritarias, sobre todo después del agravamiento del desequilibrio entre las aspiraciones brasileñas y las instituciones arcaicas.

FB: ¿El brasileño no es un pueblo conciliador?

JHR: La política de conciliación ha sido casi siempre una mistificación que ha servido para desviar el curso del proceso histórico.
FB: Sin embargo, hay quienes consideran que nuestro proceso histórico está exento de revueltas.

JHR: Aun así, sería falso decir que nuestra historia desconoce los procesos sangrientos, porque el sufrimiento, la miseria y el hambre nos acompañan desde hace siglos. Todos esos elementos han sido ocultados por una historiografía al servicio de las elites y por el gran desconocimiento de nuestra formación. Una historiografía no debe hablar en nombre de la tradición, sino de la verdad.
FB: ¿Cree que la solución para Brasil estaría en la forma de gobierno?

JHR: Creo que es un error pensar que el problema más grave de Brasil se manifiesta en las llamadas crisis de sucesión, lo que lleva a observadores menos atentos a pensar en la reforma del poder ejecutivo, como si la monarquía o la república, el presidencialismo o el parlamentarismo fueran realmente capaces de evitar la inestabilidad. Hay una relación de corte funcional entre la estabilidad económico-social y la inestabilidad política, y esta solo desaparecerá cuando aquella se ajuste a las exigencias de la vida brasileña.

FB: ¿Concuerda con la idea de que existe una desconexión entre la clase política y la sociedad?

JHR: La divergencia entre el poder y la sociedad es otra tesis que merece atención. Después de escribirla fue que, releyendo a Alberto Torres, me percaté de que este afirmaba lo mismo cuando dijo que “la separación entre la política y la vida social adquirió en nuestra patria el máximo de distancia”, y, a continuación, que “la política es, de arriba abajo, un mecanismo ajeno a la sociedad, perturbador del orden, contrario a su progreso”. La divergencia se manifiesta especialmente en la falta de integración social, porque prácticamente dos tercios del pueblo brasileño es marginado, vive en la periferia del poder, no tiene nada que ver con él, no participa en su constitución, no tiene vida cívica y sufre del más completo desinterés por parte de los poderes.

FB: ¿Considera importante una nueva reforma electoral?

JHR: Las pequeñas reformas electorales siempre han sido el callejón sin salida de la trayectoria brasileña. Ninguna reforma ha sido completa, la propia abolición no concluyó con una reforma agraria. Se culpa de la resurrección de los problemas a los remiendos de los fósiles. El proceso histórico brasileño se compone más de momentos de frenado que de aceleración, y el liderazgo ha sido más dominador que creador. La bandera de la reforma, la renovación, la modernización, es una bandera nacional, no pertenece a grupos, debe romper las barreras sociales y unir a todos en la misión común, evitando las interrupciones caóticas y haciendo que el poder recupere su legitimidad mediante el voto popular. (continuará)

Nota del autor: José Honório Rodrigues (1913-1987) fue historiador y miembro de la Academia Brasileña de las Letras. Todo el texto anterior es extraído literalmente de la introducción de su libro Conciliação e reforma no Brasil, publicado en 1965 por Civilização Brasileira.

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