Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda
El 18 y 19 de mayo (2024), por iniciativa del partido de ultraderecha VOX y su dirigente Santiago Abascal y bajo el nombre “Europa Viva 24” (www.europaviva.es), se realizó en el Palacio de Vistalegre de Madrid, España, la convención de “simpatizantes, dirigentes del partido, concejales, vicepresidentes autonómicos, diputados nacionales y autonómicos e invitados internacionales” (https://t.ly/og0ED).
En la masiva reunión de unas 11 mil personas, que coreaban «Que no, que no, que no me da la gana, una dictadura como la venezolana», «Puigdemont a prisión», «Zurdos de mierda» y/ o «Ladrones», (https://t.ly/sRii_) participaron como invitados, entre otros: Roger Severino, vicepresidente de Heritage Foundation de la Atlas Network, el think-tank de los libertarios norteamericanos; Matt y Mercedes Schlapp, organizadores de la Conservative Political Action Conference (CPAC) de los Estados Unidos; el exprimer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki; la presidenta de la Agrupación Nacional francesa, Marine Le Pen; el presidente de Chega de Portugal, André Ventura; el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli; el primer ministro de Hungría, Viktor Orban; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; entre los latinoamericanos, José Antonio Kast del Partido Republicano chileno y portavoz de la campaña “Sí por Pinochet”; pero ante todo Javier Milei, actual presidente de Argentina y primer gobernante libertario anarco-capitalista del mundo.
En definitiva, una congregación de fieles de la economía de libre mercado, junto con católicos ajenos a la Doctrina Social de la Iglesia, defensores de la civilización occidental, la familia tradicional y la propiedad privada, así como partidarios o auspiciadores de las figuras de Donald Trump o Jair Bolsonaro, al mismo tiempo que convencidos de que el “socialismo” (con más precisión de lo que creen es el socialismo) es el enemigo a derrotar en los actuales tiempos, junto al “peligro” universal que representan China y Rusia, en acuerdo con la visión de los EEUU.
Si bien la convención tuvo mayoría europea y buscaba acumular fuerzas y presencia política para las elecciones de representantes al Parlamento Europeo que se realizarán entre el jueves 6 y el domingo 9 de junio (2024), no es ni la primera reunión de las ultraderechas ni el único foro que las convoca. La gran novedad ha sido la presencia de Milei, cuyas ideas económicas centrales y sus “extravagancias” o “locuras” (como suele gustar a la prensa comercial) son también conocidas. Pero esta vez se expresaron por quien ocupa la presidencia de un país y está dispuesto a ponerlas en ejecución para demostrar que son “verdaderas”, capaces de “cambiar el mundo”, establecer el reino de los empresarios y de los intereses privados, y derrotar al “maldito y cancerígeno socialismo”, como ha vuelto a subrayarlo en su esperado discurso (https://t.ly/5XMzk ; https://t.ly/AWwbg).
Me he referido al pensamiento libertario en varios artículos y necesariamente he tenido que nombrar al presidente Javier Milei. Vuelvo sobre el tema porque sus ideas están alcanzando amplios círculos latinoamericanos y tienen que ver con un modelo de economía que genera adeptos en Ecuador.
Desde América Latina lo expresado en Europa Viva 24 no puede juzgarse simplemente como un nuevo exabrupto, propio de alguien que solo merece la calidad de enajenado o enfermo. Javier Milei es, hasta el momento, el “intelectual orgánico” con éxito entre lo que podemos identificar como las élites del poder económico de la región y, además, de los intereses de los EEUU. en el continente, así como del capitalismo de “libre competencia”. Es alguien que los expresa desde la política. Y que dice aquello que no son capaces de decir los empresarios y tampoco otros líderes políticos. Puede fundamentar conceptos de grandes teóricos de la economía neoliberal y del libertarianismo que normalmente son desconocidos por la clase capitalista latinoamericana, poco o nada ilustrada, sobre todo en los países más subdesarrollados como Ecuador. Milei también desafía a las esferas académicas. Despierta seguidores y moviliza “fanáticos”, como bien lo ha observado Marcos Roitman (https://t.ly/B9JUx). En los think-tanks del pensamiento libertario ecuatoriano no hay un solo profesional que exhiba las razones de Milei, y los tres gobernantes empresariales del país sucedidos desde 2017 tampoco rebasan las consignas económicas propias del dominio oligárquico que restauraron.
Los teóricos que han inspirado al pensamiento libertario y que en múltiples oportunidades han sido citados por el mandatario argentino, estudiaron realidades de países centrales y ninguno las de América Latina (https://t.ly/oW5Ac). Todos eran antisocialistas y anti estatistas. Al aplicar sus ideas en la región se ha producido una inversión de la realidad, que queda suplantada por la imagen abstracta de lo que debería ser un régimen de “libertad económica”. Se eleva a categoría de ideal el sistema capitalista de la primera revolución industrial, es decir, el de “libre competencia”, concluyendo que la intervención del Estado atacó su naturaleza. Y por esta vía, se tergiversa la historia económica latinoamericana, porque ocurrió al revés de lo planteado, ya que en la región fue precisamente el intervencionismo estatal el que logró promover mejoras sociales que el sistema de “libre empresa” no impulsó. Al desconocer esta situación, es fácil concluir que la “libertad” individual ordenará hoy la vida de todos, sin necesidad de la “justicia social”, una idea “injusta, porque implica un robo” y que “atenta directamente contra la libertad y la propiedad del individuo”, como sostuvo Milei en su discurso. Además, es clara la ignorancia sobre socialismo, marxismo y progresismo, confundidos con el intervencionismo del Estado en la economía.
Paradójicamente, Milei (dijo: “me importa un rábano lo que opinen los zurdos”) acude nada menos que al italiano Antonio Gramsci (1891-1937), uno de los teóricos marxistas más reconocidos en el mundo, para explicar su misión: librar la “batalla ideológica” para que las ideas de la libertad adquieran “verdadera hegemonía global”. Pero al expresar al capitalismo y a los intereses de los empresarios y capas ricas de la sociedad, el neoliberalismo latinoamericano y el libertarianismo que es su forma más elevada, carecen de propuestas para solucionar el acumulado histórico de atraso, pobreza y desempleo que solo crecen en la región precisamente de la mano de gobiernos empresariales.
La propaganda política y el uso de los medios de comunicación comerciales han logrado expandir la idea de que hasta los pobres pueden ser “emprendedores”. Una revista empresarial ecuatoriana publicó un artículo que concluye que las microempresas tuvieron “mayor aumento”, mientras el comercio, la manufactura y la agricultura “experimentaron ligeros descensos o crecimientos modestos”, destacándose el sector servicios, que “lideró el crecimiento empresarial en 2023”, reconociendo que, sin embargo, el desafío que se enfrenta es la “calidad del empleo y equidad salarial”, para concluir que, por tanto, no estamos “tan mal” (http://n9.cl/zl1sc). Esta situación da cuenta del retroceso histórico del país, que revive un cuadro del subdesarrollo en el cual los “empresarios” no crecen en el tradicional sector primario, mucho menos en el secundario, sino que lo hacen en el terciario y, además, como microempresarios, concepto que “romantiza” la pobreza.
Desmontar las propuestas de las ultraderechas y de la ideología neoliberal/ libertaria ha pasado a formar parte de la lucha social en América Latina. Retomando a Gramsci, es necesario cultivar la hegemonía cultural de una visión que liquide los fundamentos teóricos que mueven a las élites del poder económico de la región, para frenar el desastre social que ocasionan.
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