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martes 18 de junio de 2024
UNION EUROPEA

Corolarios de las elecciones parlamentarias

La extrema derecha europea se frota las manos

Por Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza

Las elecciones parlamentarias en la Unión Europea (UE), escalonadas en cada uno de los 27 países miembros entre el 6 y el 9 de junio, ratificaron una tendencia hacia la derecha-extrema derecha que se viene reforzando desde hace algunos años. Explican parcialmente este comportamiento las grandes preocupaciones ciudadanas pendientes de resolución. Entre ellas, la caída del poder adquisitivo de la mayor parte de la población europea, cuestiones de seguridad y soluciones al complejo tema de la migración. Así como las consecuencias nefastas de la guerra Rusia- Ucrania. Todo esto en una Unión que parece desorientada- cuando no desgastada- en su propia identidad de considerarse uno de los polos mundiales con poder propio.

Las encuestas previas sobre tendencias no se equivocaron con respecto a los resultados de las parlamentarias continentales: el amplio espectro de la derecha mantiene casi integralmente su fuerza a pesar del retroceso del sector liberal; la extrema derecha da un salto hacia adelante; en tanto socialistas, izquierda radical y verdes pagan el precio de un retroceso, con escasas excepciones como en algunos países nórdicos.

Una vez concluido el conteo de los votos, la radiografía electoral muestra al gran espectro de derecha (incluyendo liberales) y de la extrema derecha casi con 400 eurodiputados, sobre un total de 720, lo que representa un cómodo 55 por ciento.

En tanto las fuerzas progresistas (socialistas, ecologistas, izquierda radical) logran apenas 224 bancas, es decir el 31.11 por ciento de los votos. El resto, incluye fuerzas que actualmente no participan en ningún grupo parlamentario, pero que en el futuro podrían alinearse y entre las cuales prevalece la ultraderecha.

UNION EUROPEA

En este escenario global surge la pregunta clave de si se mantendrá la actual alianza de gobierno de la Unión Europea compuesta hasta fines de mayo por democratacristianos (centro derecha), liberales y socialistas, es decir los sectores que sostuvieron el último quinquenio la presidencia de la democristiana alemana Ursula von de Leyen. O bien, como corolario de los resultados electorales se podría producir una reorganización de las alianzas entre el centro- derecha, incorporando a sectores de la ultraderecha. El actual bloque gubernativo de la UE se define como marcadamente pro europeo, en tanto entre las pujantes extremas derechas existen grupos euroescépticos, lo que podría significar un freno a esa hipotética reformulación de alianzas que aseguren la gobernabilidad de la Unión.

El escenario para la décima legislatura a punto de comenzar se clarificará en las próximas cinco semanas, dado que el calendario es muy preciso. Entre el 18 de junio y el 4 de julio se formarán los nuevos grupos políticos en el Parlamento Europeo, según afinidades político- ideológicas. El 16 de julio se reunirá la Eurocámara para designar sus autoridades para la primera mitad del próximo quinquenio. Previamente, el 27 y 28 de junio se realizará la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que deberá consensuar nombres para los altos cargos por renovarse, entre ellos la presidencia tanto de la Comisión Europea como del Consejo Europeo.

Terremoto político en Francia

El Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella, con más del 31 por ciento de los votos provocó una verdadera ruptura política en el país galo, relegando a la fuerza del presidente Emmanuel Macron a un lejano segundo puesto aproximadamente con el 14.50 por ciento de los votantes, apenas por encima de los socialistas que alcanzaron el 13.80 por ciento.

Dos horas después de conocerse los resultados, el mismo domingo 9 de junio, el presidente francés anunció la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a elecciones parlamentarias para el 30 de junio (primer turno) y el 7 de julio (segunda vuelta). “Disolución, apuesta extrema” encabezaba el lunes la edición del cotidiano francés Liberation. En tanto Le Figaro titulaba, “Desautorizado (rechazado), Macron contra la pared”. El País, de España hablaba ese mismo día de una “derrota humillante” del actual presidente.

Desde entonces, los análisis de políticos y medios de información manejan distintas hipótesis. Mientras que, para algunos dirigentes, especialmente de la derecha y la extrema derecha, la decisión era la única posibilidad que tenía Macron ante su estrepitosa derrota electoral, analistas políticos y representantes de fuerzas ecológicas y progresistas subrayan el riesgo enorme que conlleva esta disolución. De confirmarse la actual tendencia electoral, si no se produce un cambio significativo en la política interna, el próximo 8 de julio Francia podría despertarse con Jordan Bardella como primer ministro de ultraderecha, quien cohabitaría dos años y medio, hasta las próximas elecciones presidenciales del 2027, con Emmanuel Macron, quien se mantendría en su rol presidencial.

Podrían salir al cruce de este escenario las candidaturas unitarias para los comicios del 30 de junio de todo el espectro progresista (socialistas, comunistas, verdes y Francia Insumisa). Estas fuerzas anticiparon consensualmente el lunes 10 a la noche la formación de un Frente Popular. Todos estos sectores sumados- teniendo como referencia los resultados de las elecciones europeas-, parten con un piso de 30 por ciento del electorado, con varios puntos de retraso con respecto a toda la ultraderecha unida que llega casi al 38 por ciento si se cuentan los porcentajes del Reagrupamiento Nacional junto con los del partido Reconquista (de Eric Zemmour).

En las próximas horas y en una intensa carrera contra el reloj ya que hasta el viernes 14 se deben inscribir las candidaturas, se podrían dar otros escenarios de recomposición de alianzas e, incluso, una muy difícil (por no decir casi imposible) eventual “resurrección” macroniana si lograra reunir apoyos circunstanciales de otros sectores de centro y de la derecha. Diversas señales de las últimas horas indicarían que un grupo del Partido Republicanos (que con su lista La Derecha obtuvo 7.24 por ciento de votos el 9 de junio) estaría más proclive a negociar con Marine Le Pen que con Emmanuel Macron, lo que podría ser, en caso de confirmarse, un elemento decisivo en el reforzamiento de la candidatura de Bardella.

Pase lo que pase es evidente que el punto de partida de todas las hipótesis anti-Le Pen, parten de una situación defensiva. Desde el mismo cierre de los centros de voto el domingo pasado, la ofensiva política la tiene el Reagrupamiento Nacional (RN) en tanto gran vencedor. Sin olvidar, además, que fue Jordan Bardella- cabeza de lista del RN en las europeas, mano derecha de Marine Le Pen, y joven figura ascendente de la ultraderecha- quien desafió a Emmanuel Macron a tomar la decisión de disolver la Asamblea Nacional.

Futuro incierto

Analizando la dinámica de los cuatro países más poblados de la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia y España) y sus resultados electorales, se pueden avanzar algunas hipótesis que podrían incidir en la marcha de la UE a corto plazo.

El eje Francia-Alemania, que constituye la columna vertebral y locomotora económico-financiera del proyecto comunitario, sale malherido de la consulta electoral del 9 de junio. Tanto el liberal Emmanuel Macron, condenado en su país a una lejana segunda posición, como el socialdemócrata canciller alemán Olaf Scholz, relegado a la tercera posición muy por detrás de los democristianos y con dos puntos de retraso con respecto a la ultraderechista AfD (Alternativa por Alemania), pierden autoridad en el contexto nacional y europeo. Los dos principales líderes del actual proyecto unitario se verán confrontados muy a corto plazo a redefinir roles, protagonismos y prioridades políticas en cada uno de sus países como consecuencia del último resultado de las urnas.

Ambos dirigentes, en los últimos meses, se definieron, además, como dos de los principales pilares comunitarios de apoyo a Volodimir Zelenski y su accionar bélico. Desde el inicio del conflicto 28 meses atrás es significativo el impacto negativo del mismo en la vida cotidiana de la población europea con su componente de crisis energética, aumento de precios esenciales, tendencia inflacionista y malestar campesino- ante los beneficios otorgados por la UE a los productos agrícolas ucranios- por citar solo algunas facetas de esta problemática.

En las últimas semanas, los dos multiplicaron anuncios de apoyos militares multimillonarios a Kiev. Ambos países decidieron autorizar, incluso, armamento ofensivo para ser utilizado desde Ucrania contra territorio ruso. Macron, además, anunció la posibilidad de enviar soldados franceses al campo de batalla, lo que creó un malestar significativo tanto en su país como en la UE.

Los votos de sanción contra Macron y Scholz en las elecciones europeas podrían expresar, también, el cansancio de una parte importante del electorado europeo ante el costo ya astronómico que le implica esa guerra. Y que se multiplicará aún más en la fase de reconstrucción. Si las elecciones suelen considerarse como plebiscitos sobre políticas de gobierno, en todo caso, ni a Macron ni a Scholz la guerra de Ucrania parece haberle aportado resultados políticos positivos.

Para el próximo fin de semana, el 15 y 16 de junio, el gobierno suizo convoca en Bürgenstock, Lago de Cuatro Cantones, una Conferencia Internacional para el proceso de paz en Ucrania. Con la promesa de participación de representantes de alto nivel de 90 países y organizaciones internacionales pretende comenzar a definir una hoja de ruta para una salida pacífica.

Aunque la no invitación de Rusia conspira contra eventuales resultados concretos, este espacio internacional al cual, en todo caso, Emmanuel Macron y Olaf Scholz prometieron participar, podría ofrecerle una puerta de salida al proyecto más militarista sostenido por la Unión Europea.

Macron y Scholz, así como otros dirigentes europeos, podrían en Bürgenstock, si escuchan el lenguaje de las urnas del domingo 9 de junio, comenzar a replantearse sus argumentos bélicos y apostar a una auténtica salida negociada de este conflicto que desgasta a Europa en su vida cotidiana.

rmh/sf

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