Por Luis Ernesto Guerra

Las democracias soberanas se sostienen y sustentan en la participación directa de la ciudadanía.

Durante algunos meses anduvieron diciendo que no reconocerían los resultados electorales, si les son adversos por no favorecer a sus intereses mezquinos, y anclados en el pasado neoliberal, oprobioso, injusto, insensible e inhumano. Venezuela Bolivariana cada día que pasa se reinventa, es creativa, inventiva, solidaria y humanista.

De acuerdo a los indicadores de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Venezuela Bolivariana es el país con mayor crecimiento de la región latinoamericana, a pesar de toda una maquinaria y arma de guerra económica desplegada y diseminada, como es: bloqueo, medidas coercitivas unilaterales, órdenes ejecutivas y más de 930 sanciones, impuestas por el globalismo, unilateralismo, el hegemón estadounidense, que tiene al dólar como moneda de sanciones.

Venezuela ha tenido que reinventarse en 25 años de Revolución Bolivariana, bañada de un pueblo consciente, revestido del poder comunal, de la calle, en donde la gente está dispuesta con dignidad y soberanía a defender su patrimonio económico, a defender su Estado-Nación, rumbo a la independencia definitiva, porque la flama libertaria de emancipación y soberanía se extiende hasta la Guayana Esequiba.

Cuánta parafernalia fascista del bigdata, la dictadura del algoritmo, sus boots, pretende difundir en la comunidad internacional, pero sus fakenews y narrativa descontextualizada de la arena antihegemónica y antiimperialista de un pueblo tejido de diversidad sociocultural originaria y de Madre África, cada día va convirtiendo en más perfectible su Revolución, que le pertenece al pueblo bolivariano de Venezuela.

Cómo le duele al gobierno federal yanqui, al pentágono, al establecimiento, orden unilateral ,consenso de Washington, al onegenismo, financiado por USAID, la incubadora de subversión política e ideológica como es la Agencia Central de Inteligencia (CIA), al Buró Federal de Investigaciones(FBI) y al Comando Sur convertido en el dron explosivo de desestabilización de democracias soberanas como son: Cuba, Nicaragua y Venezuela Bolivariana, porque sus pueblos se tejen de Poder Popular, de Sujeto Pueblo, que constituyen la columna vertebral de revoluciones con profundas raíces identitarias socioculturales, de resistencia, emancipación y defensa de la vida, del derecho humano a vivir en paz con justicia social, resistencia desde la batalla cultural y de las ideas.

El Consejo Nacional Electoral proclamó este lunes como presidente de Venezuela a Nicolás Maduro Moro, para el sexenio del periodo 2025– 2031, acto de entrega de credenciales que tuvo la participación de la comunidad internacional, veedores internacionales e instituciones como la Policía y las Fuerzas Armadas.

El presidente de Venezuela Nicolás Maduro, dijo que se dio la batalla final contra el fascismo y ganamos, ahora tendrán que respetar la Constitución y las leyes.

“El tiempo de odio lo superamos, viene el tiempo de reconciliación, le planteamos a los que generamos corriente de opinión contra la campaña de odio de las redes sociales”, manifestó Maduro. Advirtió qué se acabó el perdón contra aquellos/as que pretendieron sabotear el proceso electoral con el jaqueo del sistema para generar un apagón de luz en Venezuela para que no haya resultados de las elecciones.” No se equivoquen con nosotros, estamos decididos a ser libres, vamos a defender el derecho a la democracia y el pueblo movilizado de manera permanente”.

Pretendieron desestabilizar una Revolución que viene resistiendo el sabotaje y recurrentes intentos de magnicidio y otras nefastas acciones massmediáticas, antidemocráticas, coloniales e imperialistas, que huelen a Plan Cóndor 2.0 y Comando Sur.

El mundo estuvo atento a un proceso electoral presidencial, dotado de uno de los sistemas electorales más seguros del mundo, en donde el voto es electrónico y completamente automatizado, sometido, además, a auditorías plenas, transparente, totalmente confiable, auditable y que está garantizado por el Poder Popular Electoral, mediante Constitución y marco legal en esa materia, que expresa la continuidad de una democracia soberana, que jamás se subordinará a ningún subterfugio del llamado Estado profundo, establecimiento y decadente orden mundial unilateral, que no deja de cometer genocidio en contra del pueblo de Palestina.

Más de 900 observadores/as electorales provenientes de los cinco continentes del mundo, de 107 países pertenecientes a organizaciones sociales, políticas, culturales, intelectuales, hemos estado presentes en el proceso electoral presidencial que se realizó en la República Bolivariana de Venezuela el domingo 28 de julio del 2024, proceso que se desarrolló en paz, con armonía, con el amor característico del pueblo venezolano, que tiene una génesis de emancipación y libertad, con un gran acumulado proveniente del general Simón Bolívar, comandante Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros, reelecto para un tercer periodo presidencial, por voluntad suprema de un pueblo que ama la vida y la paz en abundancia con justicia social.

Ergo, las siete trasformaciones de acuerdo al discurso del presidente Maduro en el Palacio de Miraflores, se convertirán en un decreto ejecutivo para cumplirse. Así lo dijo el mandante soberano que es el pueblo bañado de comuna y unión cívico-militar.

Algunos presidentes atrapados por el neoliberalismo y capitalismo salvaje en ciernes como: Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay han invocado a la OEAlmagro, zoocriadero de golpes de Estado.

No a la injerencia y subversión política e ideológica de países tutelados por el multilateral Fondo Monetario Internacional(FMI), que cuelga sobre las espaldas de sus pueblos empobrecidos una deuda externa, convertida en eterna.

Alerta Organización de Estados Americanos (OEA), hay que respetar la voluntad soberana del sujeto pueblo, expresada en las urnas, porque Venezuela no es una colonia estadounidense, ni patio trasero de un otanismo que huele a asedio e injerencia, de una estructura oligárquica- pro imperialista, que quiso mediante su narrativa de las fakenews sabotear la democracia soberana venezolana, que está convertida en una de las economías latinoamericanas más sólidas de la región mediante el “ Programa de Recuperación Económica”, sustentado en cuatro medidas que son:

“1. Estímulo a la producción nacional; 2. Ampliación de la recaudación tributaria; 3. Impulso a las exportaciones no tradicionales; 4. Apoyo a los/as emprendedores/as”.

Interpelando a la memoria cabe recordar que en el 2020 Venezuela tuvo ingresos petroleros por el orden de los 743 millones de dólares, lo que representaba un 99 por ciento menos que los percibidos en 2012 (50 mil millones de dólares). Fue el peor momento de las sanciones ilegales.

Hoy se puede mirar en las calles de Caracas, otras ciudades y Estados los logros de una “Economía en crecimiento, Control de la inflación, estabilización de la moneda, un país de emprendedores, mayor protección social” y a un pueblo que consume lo que produce con dignidad y soberanía.

Los ojos del mundo estuvieron atentos a un proceso electoral que quiso penetrar a expresidentes de la región latinoamericana, en una añeja identidad con las ultraderechas neofascistas, que provocaron el estrangulamiento de la economía del pueblo. Entonces ellos se acostumbraron a la explotación laboral, a colgar en las espaldas de la gente el peso injusto, insensible e inhumano de una deuda externa que cada vez más asfixia el pleno disfrute de los derechos fundamentales y humanos de un pueblo que no se doblegará jamás a la agenda de los multilaterales, que ha implementado diferentes modalidades de pobreza multidimensional, convertido a la Policía y Fuerzas Armadas en aparato de represión, concomitante de rotular a los defensores y activistas de derechos humanos, en el enemigo interno a combatir y reprimir.

Por ahora el imperialismo vigila, porque en los BRICS de economías emergentes se consolida la integración, la alianza estratégica de nuestros pueblos, también mediante, la Organización y Cooperación de Shangai (OCS), desde una matriz netamente antihegemónica.
En Venezuela se respira democracia soberana y esto no me lo han contado, lo estamos viviendo y mirando a un pueblo en donde la democracia se vuelve soberana y perfectible.

No han podido, ni podrán estrangular la voluntad soberana del pueblo venezolano, que a pesar del pretendido y abortado intento para hackear y sabotear el sistema electoral venezolano- uno de los más rigurosos, automatizados y electrónicos del mundo, que tiene un proceso de 16 filtros y auditorías- con un plan orquestado por una oposición violenta, autoritaria, que vino posicionada y construyendo una narrativa de tinte filofascista al más rampante estilo del Plan Cóndor 2.0, proveniente además, de esa madriguera de asedio e injerencia, que se ha erigido en tuteladora de la democracia en Latinoamérica y el Caribe.

En Venezuela Bolivariana, no nos han contado, hemos visto al proceso electoral desarrollarse y realizarse de manera natural, recorriendo diferentes sitios electorales. Como uno de los más de 900 observadores/as electorales internacionales puedo dar fe de que es el sistema electoral más seguro, riguroso del mundo, que cuenta, además, con el aval de la fundación Carter de filiación estadounidense, que tiene toda la transparencia.

Decimos la verdad y solamente la verdad de lo observado como observador electoral internacional.

Las elecciones en Venezuela se llevaron a cabo luego de 25 años de Revolución Bolivariana. Su resultado augura un presente y futuro en la región latinoamericana y del Caribe robusto, fuerte, en materia de integración, y al mismo tiempo acelerará el irreversible proceso con rumbo a un nuevo orden multicéntrico y multipolar sustentando en los BRICS desde el Sur global.

En Venezuela se respira democracia soberana y esto no me lo han contado, lo estamos viendo, viviendo y palpando porque aquí existe un pueblo y gobierno en donde la democracia se vuelve soberana y perfectible rumbo a las siete transformaciones y en tránsito al socialismo.

El presidente Nicolás Maduro expresó que ganó la paz, la paz del pueblo bolivariano, con justicia social.

¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!

rmh/leg