¿Qué nos pasará en el año 2025?
Por Gustavo Robreño Dolz
Cómo es habitual, se acerca el fin de año y comienzan a aparecer predicciones, probabilidades, suposiciones y anuncios de cuanto pudiera suceder en el año entrante, tomando como base de apreciación mucho de lo acontecido en 2024 y cuyo desenlace quedó pendiente.
Esta vez, sin embargo, lo complicado, contradictorio y convulso de la situación mundial aconseja a los analistas prudencia y paciencia, pues las expectativas e interrogantes se entremezclan hasta la confusión y no permiten predicciones muy acertadas desde ahora, frente a los riesgos globales que son diversos y seguramente no se resolverán antes de que culminen este año y sus angustias.
Como sombra fatal sobre el nuevo periodo anual se proyectan el tan mencionado cambio climático y su secuela de desastres naturales cada vez más dañinos y terribles sobre cualquier rincón del planeta en forma de terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones o sequías, tsunamis y ciclones tropicales y tifones, -por mencionar solo algunos de estos flagelos convertidos ya en el pan de cada día- que sirven para agravar en los países empobrecidos y en el mundo subdesarrollado en general las situaciones de hambrunas, enfermedades, epidemias, contaminación ambiental, crisis habitacional, desempleo, analfabetismo y falta de servicios sociales que conducen al más brusco descenso del nivel de vida de sectores numerosos de la población mundial, tal como ha venido ocurriendo en los años recientes.
Está claro que la comunidad internacional no ha sido capaz de siquiera aminorar o neutralizar buena parte de esa situación, según se exponen en las sucesivas Cumbres del Clima donde no se llega aún a resultados concretos ante la inercia y el olvido de los poderosos del capitalismo global, que han sido precisamente sus causantes por la codicia y el egoísmo implícitos en ese sistema de explotación y saqueo.
Entre las interrogantes políticas surgidas en el año que concluye no está nada resuelta la que aparece ahora como resultado de las elecciones presidenciales en el seno del Imperio yanqui y sus consecuencias. Las mismas dudas acerca del comportamiento del mandatario electo y su grupo se trasladan al próximo año, aun con mayores y más graves incertidumbres pues el equipo perdedor arde en busca de venganza y buscará la forma de ejercerla no solo dentro del país imperial, sino en cualquier rincón de la tierra y a cuenta de la humanidad entera si es preciso.
Tal como ha ocurrido en otros momentos de la historia humana y con respecto a otros grandes poderes pre existentes, su decadencia se vuelve peligrosa cuando los imperialistas aterrorizados procuran perpetuarla a toda costa y recurriendo a las políticas y los métodos más salvajes y primarios.
Es el caso actual del imperialismo norteamericano, sus políticos y empresarios irresponsables y prepotentes, muchos de ellos enfrentados entre sí, todos añoran los momentos en que dominaban el mundo sin que nadie los llamase al orden y la reflexión.
En ese sentido, señalemos al multilateralismo como uno de los pocos rasgos positivos que emergió con fuerza en el año que concluye. Esperemos por el 2025.
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