Luis Casado
El genocidio de los Hereros y de los Namas- perpetrado bajo las órdenes de Lothar von Trotha en el Sud-Oeste africano alemán (Deutsch-Südwestafrika, actual Namibia) a partir de 1904- es considerado el primer genocidio del siglo XX.
La sistemática exterminación de la población local tuvo lugar en el marco de la conquista de su territorio por las tropas coloniales alemanas entre 1884 y 1911. Dicha invasión provocó la muerte del 80 por ciento de los autóctonos (65 mil Héréros y casi 20 mil Namas).
Hasta ahí… peccata minuta o, como decía un maestro que conocí trabajando en la construcción en mis años mozos, “una poquedad”. Sus habilidades de artesano medieval le permitían medir a ojo, milimétricamente, y nunca tuvo necesidad de reglas, ni de un pie de rey que también llaman calibre Vernier, ni de tornillos micrométricos, ni de cintas ni de odómetros.
Todo lo que yo consideraba errores… para el maestro era “una poquedad”. Que yo sepa, nunca se le cayó un edificio…
Pero nunca olvides dónde estás jugando.
Visto lo que han visto, en el Santiago Bernabeu son muy exigentes. Tengo para mí que en el Old Trafford y similares también. Servidor era un chamo cuando le llevaron al Estado Nacional de Chile- en comparación, un potrero- a ver al Real Madrid y su mágica delantera en la que brillaban Alfredo Di Stefano, Paco Puskás y Ferenc Gento.
No es por nada, pero ahí está el detalle del genocidio cometido por los alemanes en Namibia. Si se trata de los pieles rojas de América del norte… no passsa ná. Si lo haces en Argelia… allí por no haber no hubo ni una guerra: se trataba de “mantener el orden” (sic), para lo cual hubo que enviar un millón y medio de soldados metropolitanos, entre los cuales Jean-Claude, el ángel de la guarda que recibió a mis padres y hermanos en Francia cuando salieron de los campos de concentración de la dictadura chilena.
Lo realmente malo es cometer masacres y latrocinios en Europa.
Dado que los europeos pueden masacrar a quién se les ofrezca, excepto a los europeos. Fue lo que no comprendió un cierto Adolf Hitler, aún cuando contó con la entusiasta colaboración de buena parte de Europa: el gobierno títere de Pétain en Francia desde luego, y más filonazis europeos de los que se admitieron al fin de la guerra. Holanda acaba de publicar una lista de cerca de medio millón de ciudadanos suyos que durante la guerra trabajaron para la Wehrmacht. Los que saben dicen que la lista es un pálido reflejo de la amplitud de la colaboración real.
Todos y cada uno de los países de la UE tiene su hachita que afilar. Desde Finlandia a los Balcanes, sin olvidar a la Italia fascista, y al resto del paquete de claveles.
Tal parece que los fascistas dejaron simiente: si miras alrededor… media docena de países de la UE tienen neofascistas en sus gobiernos, Austria se apresta a designar Canciller a un neonazi, Alemania por no tener no tiene ni gobierno, mientras Elon Musk le aviva la cueca a la ultra derecha de triste recuerdo. Gran Bretaña se parece a Francia en la degradación de sus líderes políticos de utilería. En Francia, justamente, hace poco condenaron a Sarkozy a prisión, y ayer comenzó otro juicio en su
contra en lo que un magistrado calificó de “gangsterismo en banda organizada”. Macron vive en su mundo de psicópata narcisista perverso, ha perdido todas las elecciones, tiene al país sometido a un gobierno de cumbiamba, mientras picha floja, léase François Hollande, el tipo que destruyó al Partido Socialista galo, hizo primer ministro a Manuel Valls e inventó a Macron (extraído del Banco Rothschild), aspira a ser presidente de nuevo en el 2027.
Este sarao de patéticos “líereh” que se agitó cuanto pudo para ayudar al triunfo del aún insepulto Joe Biden, y luego corrió compungido a lustrarle los zapatos a Trump, ve llegar al burbujeante mercader yanqui con una mezcla de terror, inquietud y respeto al amo autoritario, sin ser capaz de articular media palabra coherente. La Unión Europea es un protectorado del Imperio: nunca fue más claro que ahora.
Trump lo sabe, y le repite a quién quiera escucharle que de ahora en adelante la UE tiene que pagar, someterse y cerrar el tarro. ¿Comprendes ahora porqué el título de esta parida es Lo malo es hacerlo en Europa?
Donald expresó públicamente sus designios. Quiere recuperar el Canal de Panamá, porque la idea de controlar el tráfico marítimo entre el océano Pacífico y el océano Atlántico le resulta erógena. Le echó un vistazo al gobierno de Canadá- en el que Justin Trudeau hace de caricatura de Macron- y concibió la idea de anexar ese país como a Puerto Rico: ahora eres un socio asociado en sociedad, firma aquí y shut up! Donald no se detuvo en tan buen camino: como es tiempo de Ofertas, Saldos, For sale!, Liquidación, Compre ahora y pague después… quiere comprar Groenlandia.
Curiosamente, ningún jefe de Estado europeo alzó la voz para protestar, ni ofreció enviar tropas para defender la soberanía de los Estados mencionados, ni le aplicó sanciones económicas a EEUU. como hizo con Rusia o Venezuela, ni pidió convocar el Consejo de Seguridad de la ONU, ni declaró persona non grata al pinche mercader quincallero que Donald envía como embajador.
Mientras tanto Elon Musk multiplica sus patochadas en Europa y trata a Keir Starmer, primer ministro británico, del nombre del puerco, y otras travesuras parecidas. Y declara su amor por los fascistas.
Por ahí el fracasado canciller Scholz osó declarar que no es el propietario de una red social el que define las elecciones en Alemania (eso está por verse). El inenarrable Macron carraspeó diciendo que Musk favorece una “internacional reaccionaria” en Europa, visto que no le da para levantar el tono.
Una vez más… Lo malo es hacerlo en Europa… Para muestra un botón: los jefes de Estado de Senegal y el Chad protestaron ante declaraciones de Macron quién afirmó que los países africanos (que expulsaron a las tropas francesas de sus territorios) hicieron mal y que por el contrario debían agradecer (sic). Cuando no es Europa… es tu deber agradecer ser convertido en colonia.
Ya veremos cómo termina esta curiosa versión de Avatar, en la cual la UE juega el papel de Pandora. Al Imperio- dirigido por Donald Trump- le da igual que se trate de Europa, de América Latina, de África, de Oceanía, de Asia, de Merindol Les Oliviers o de las lunas de Saturno…
Por eso se repite a sí mismo:
Si no somos nosotros… ¿Quién?
rmh/lc
