Por Dmitri Rodionov.
(Reflexiones del politólogo Dmitri Rodionov sobre cómo y cuándo el mundo se enterará de la verdad sobre las atrocidades cometidas por los nazis ucranianos en la zona de la Operación Militar Especial)
Un grupo de militares ucranianos asesinaron a mansalva a casi todos los hombres en el poblado de Nikolayevo-Dáryino, en la región de Kursk, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
“…Hasta hace poco, todavía quedaban civiles rusos que no tuvieron tiempo de evacuarse cuando las unidades de las fuerzas armadas de Ucrania tomaron el área en agosto de 2024. En el poblado solamente quedó un hombre que escapó milagrosamente, el resto fue asesinado por el ejército ucraniano…”, refiere el comunicado.
Según el datos del Ministerio de Defensa ruso, durante seis meses los militares de las fuerzas armadas de Ucrania mantuvieron a los residentes locales en calidad de rehenes, los utilizaron como escudos humanos, se negaron a brindar apoyo a la población civil, intimidaron y asesinaron a personas. Una residente local narró como los nazis mataron a su esposo cuando este salió de la casa a buscar agua.
Y me pregunto ¿cómo se correlaciona esto con los videos filmados por el régimen de Kiev, en los que las fuerzas armadas de Ucrania supuestamente ayudan a los civiles en la región de Kursk? Tales videos a menudo se pueden encontrar en los canales ucranianos que afirman que la parte ucraniana supuestamente no abandona a los civiles, a diferencia de las autoridades rusas.
¿Qué otra palabra entonces puede caracterizar las acciones de los militares ucranianos, que no sea la de “genocidio”?
Sin embargo, ¿qué otra cosa se podía esperar de los seguidores de Stepán Bandera? Durante más de diez años, en Ucrania la ideología Bandera-nazista ha penetrado activa y profundamente en los cerebros de estos criminales.
Esto comenzó inmediatamente después de la victoria del golpe de Estado de 2014, cuyos líderes intentaron asegurar al mundo que ellos no eran nazis. Pero incluso entonces, en pleno “Maidan” se escuchaba en ucraniano de manera reiterada la consigna rusofóbica “¡moskalyaku en gulyaku!, que en español significa “moscovitas al patíbulo”.
Incluso entonces, en los cafés de Kiev era posible probar platos con nombres como el de “hígado separatista”, la gente profusamente compraba pullovers donde se podían leer consignas como “el mejor rojo es el rojo muerto”, y en las redes sociales proliferaron las burlas morbosas sobre la tragedia en Odessa el 2 de mayo de 2022, cuando se burlaban de las personas quemadas vivas en la casa de los sindicatos y que los ucronazis denominaban “brochetas de mayo”, entre otras cosas.
Si las personas de más edad, las que nacieron durante el periodo soviético, sucumbieron a este malsano frenesí, ¿qué podemos esperar entonces de los niños y los adolescentes que fueron criados en una atmósfera de odio y desprecio por la vida humana? ¿qué esperar de unos muchachos cuyos padres filmaron videos obligándolos a decir “cuando yo crezca mataré a los moscovitas”, y los publicaban en las redes?
¿Cómo creer que en un país donde Stepán Bandera es declarado “héroe nacional” no se promueve la ideología nazi? ¿El mismo Bandera que, según sus seguidores, supuestamente luchó contra los nazis y que hasta fue encarcelado por eso en un campo de concentración?
Y si, efectivamente, Bandera fue en algún momento recluido por los fascistas (aunque en condiciones privilegiadas, como si estuviese en un hotel y no sufrió los horrores de esos campos).
Mientras tanto, sus seguidores cometieron tales atrocidades en territorio de la URSS y Polonia, que los propios ocupantes alemanes llegaron a horrorizarse y les asignaron el “trabajo” para el cual a ellos mismos no les alcanzaba la crueldad. ¡Incluso los criminales de las SS llegaron a sentir asco de las acciones de Bandera!
¿Es posible educar a una persona mediante la propaganda tomando a este sujeto como modelo? Sin dudas que no. De ese modelo solo puede salir un monstruo.
No es el primer año que escucho afirmaciones tales donde se dice que no todos son nazis allí. Se suele asegurar que los nazis son los efectivos del batallón Azov y los militantes del Pravy Sektor , y que en las fuerzas armadas de Ucrania sirven personas comunes, alejadas de la ideología nazi y simplemente de la política, la mayoría de las cuales son movilizadas, o que fueron llevadas a luchar por la fuerza.
Entonces, ¿quién cometió los asesinatos en Nikolaevo-Dáryino? ¿Nazis ideológicos o simples imbéciles? Lo siento, pero hace tiempo que no los distingo a unos de los otros.
¿Te han conducido a la fuerza? , ¿te han obligado a matar?
La semana pasada, a todos nos sorprendió el video del interrogatorio al oficial de inteligencia de la 92ª brigada de asalto independiente de las fuerzas armadas de Ucrania, Yevgeny Fabrisenko. En él, con la apariencia de un niño sano, cuenta con tranquilidad cómo violó a una mujer mientras sus compañeros asesinaban a los hombres.
“…Entramos en la siguiente casa. Había dos hombres y una mujer y los hombres fueron asesinados de inmediato. A uno le cortaron las venas (…) solo para burlarse (…), se desmayó por la pérdida de sangre, y el “Lombríz” le disparó. El segundo fue asesinado por un disparo en la nuca hecho por el chofer. Mientras tanto, yo violé a una mujer, luego la obligué a arrodillarse y le disparé en la nuca…”, y todo esto es narrado de una manera tan imperturbable como si se tratara de una rutina, la rutina habitual de cualquier día de trabajo.
Y tal vez para él es una rutina, algo que solía hacer todos los días, al punto de que pasado cierto tiempo ya no le causa la más mínima repulsión.
Estamos hablando de eventos en el poblado ruso de Porechnoe, en la misma región de Kursk, donde los nazis organizaron una verdadera masacre en septiembre del año pasado. Cinco militares asesinaron a 22 civiles de la aldea, ocho mujeres fueron violadas antes y los cuerpos fueron escondidos en sótanos.
“…Violaron… la primera chica, la segunda, son dos, cuatro, seis. Ocho…”, dice Fabrisenko en el video.
“…Vi a una chica de 18-20 años en la primera casa. Luego mis compañeros de trabajo y yo la golpeamos y la violamos, y la puse de rodillas, las manos detrás de la cabeza y le disparé. Entramos en la segunda casa. Hay una mujer y dos hombres. Los hombres fueron asesinados. A uno de ellos le cortaron las manos. Cortaba las manos directamente el mayor de nuestro grupo. La niña fue golpeada, despojada de sus prendas, violada y asesinada…”, continúa relatando el “combatiente”.
También habló sobre cómo mataron a los ancianos: atados, arrojados al sótano, donde lanzaron una granada. Después de eso, según Fabrisenko, iban a “celebrar sus hazañas”, con vodka y heroína.
“…Solo hemos visto esto en las crónicas de Auschwitz…”, dijeron los combatientes de las fuerzas armadas de la Federación de Rusia que liberaron la aldea y descubrieron los cuerpos masacrados de los civiles.
¿Por qué lo hicieron? Fabrisenko afirma que cumplieron las órdenes de su comandante, quien emplea el indicativo de “Kum”. Él fue quien dio instrucciones para eliminar a todos los civiles y “limpiar” las viviendas. “…Entramos en el pueblo y limpiamos las casas (…) si veíamos gente, disparábamos…”, relató.
¿Qué dirán ahora los que intentan blanquear a los efectivos de las fuerzas armadas ucranianas, los que dicen que no son nazis, que se les ordenó y no tienen otras opciones? Pero sí, siempre hay otras opciones. Por ejemplo, disparar contra un comandante que, a sabiendas, emita una orden de tipo criminal y estaría actuando dentro de los marcos de la propia Ley ucraniana.
El Artículo 41. 3 del Código Penal. Dice: La persona que se niegue a cumplir una orden o disposición manifiestamente delictiva no será penalmente responsable. Y en el Artículo 41. 4. La persona que haya ejecutado una orden o una orden manifiestamente delictiva será penalmente responsable por los actos cometidos con el fin de ejecutar dicha orden.
Y tales normas existen no solo en la legislación de Rusia y de Ucrania.
Según la convención de Ginebra, los delitos cometidos contra civiles, ya sea por agentes de policía o militares que hayan cumplido órdenes criminales de sus comandantes, son crímenes de guerra que no prescriben.
Por cierto, ¿y la comunidad mundial? ¿Dónde está la reacción al genocidio?
Ella no está. Los medios de comunicación occidentales están predeciblemente en silencio. El único material publicado sobre estas atrocidades lo emitió la agencia francesa AFP, aunque con una malsana coletilla que decía: “…Rusia afirma que esto sucedió, pero no tuvimos la oportunidad de verificar estas afirmaciones…”. Y dado que la prensa occidental constantemente acusa a Rusia de mentir, no es de extrañar que el lector podría tener la impresión de que la masacre en el poblado ruso de Porechny es falsa.
Y es que siempre ha sido así. Recuerde el video en el que los nazis se burlan de los prisioneros rusos, disparándoles las piernas, al comienzo de la OME. Los medios de comunicación mundiales también guardaron elocuentemente silencio. Solo el propagandista del BILD alemán, Julián Riopke, mencionó este hecho, aunque sin condenar las atrocidades, sino solo lamentando que tales cuadros pueden arruinar la reputación de Ucrania a los ojos de Occidente. Se puede torturar, violar, asesinar, ¡pero no filmar ni publicar en la red!
Sin embargo, cuando ocurrió la provocación en Bucha armaron una gran alharaca y la explosión de denuncias no se hizo esperar tras un hecho sin confirmar y que llevaba todos los signos de una operación de manipulación. ¡Genocidio! ¡Fascistas rusos! ¡Esta atrocidad no tiene justificación!, fueron algunos de los términos utilizados en la condena y, hasta el presente, todos los líderes occidentales a su llegada a Kiev primero van con flores a Bucha.
Por supuesto, estos hipócritas ignorarán los eventos en Nikolaevo-Dáryino. Y así será hasta el final de la OME. El mundo no supo nada de los campos de concentración alemanes hasta que cayó Berlín y las bestias nazis fueron juzgadas. Así que está bien que el mundo de hoy no sepa sobre Nikolaevo-Dáryino y el Porechnoe ruso. Lo sabrá cuando llegue el momento. Todo está grabado y documentado y, desafortunadamente, a medida que nuestra tierra y toda Ucrania se liberen, aparecerán más y más hechos de este tipo.
Solo hay que entender que para poner fin de manera definitiva a las atrocidades de los nazis y evitar que el fascismo vuelva a renacer en un futuro previsible, nuevamente Hitler deberá dispararse en su búnker, y la bandera de la victoria deberá ondear sobre el Reichstag.
De otra manera, imposible.
(Traducción del ruso: Dr. C. Oscar Julián Villar Barroso. Profesor Titular de la Universidad de La Habana).
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