Triple juego contra Rusia
Por Gustavo Robreño Dolz
Asoman esperanzas, al menos temporales, de que pueda alcanzarse un alto el fuego dentro del llamado “conflicto ucraniano” engendrado por Occidente contra Rusia, pues es consecuencia del golpe de estado lanzado en la Ucrania de 2014 contra el gobierno legítimo allí establecido entonces.
Ese golpe fue dirigido por el gobierno imperialista de los Estados Unidos (de turno) y formó parte de los planes de aislamiento, agresiones y derrota contra la Federación de Rusia con el propósito de debilitarla, desgastarla y sacarla del escenario mundial aprovechando los momentos posteriores a la disolución de la poderosa Unión Soviética.
Verían de este modo cumplido el fracasado sueño imperial imposible de realizar desde 1917, a pesar de todos los medios empleados, incluida la devastadora agresión hitleriana, que hoy trata de revivir el terrorismo nazifascista desde Ucrania.
El llamado conflicto ucraniano es una secuela de todo eso; es una continuación en los tiempos actuales y en un escenario que consideraron propicio, tras ensayos fracasados en Chechenia, Georgia, Kazajastán y cuantas regiones fronterizas encontraron posibles para atacar y desestabilizar a Rusia.
En el caso de Ucrania, sin embargo, muchas de esas condiciones ya habían cambiado, Rusia reaccionó con firmeza y energía, a la vez que con previsión y prudencia, respeto a la población civil ucraniana, pero decisión de defender sus derechos, lanzando la operación militar especial que paró en seco a los ilusionados agresores y permitió a la diplomacia rusa las aclaraciones pertinentes frente a la rusofobia mundial lanzada torpemente por Occidente y que abarcó la economía, el comercio e incluso la cultura y las artes, hasta el deporte.
Los intentos contra Rusia han fracasado en toda la línea y en todos los aspectos, de manera relevante en el plano económico, donde el gran país euroasiático crece y se consolida, amplía sus vínculos con todas las regiones del mundo.
Contra Rusia hay un evidente triple juego que los rusos han desenmascarado, tras frenar militarmente la agresión, que era la primera prioridad y han cumplido exitosamente; por una parte, está Zelensky que quiere perpetuarse en el poder y justificar la guerra que ya ha costado tanto al pueblo ucraniano; otro factor es la Unión Europea, que aspira a las riquezas de Ucrania y ve a sus socios yanquis como competidores; finalmente está el gobierno imperialista de Estados Unidos, que promovió y atizó la guerra (era Biden) con sus habituales propósitos de dominación y saqueo, fracasados en este caso y que hoy Trump muestra con intenciones de política interna, culpando al anciano y mediocre ex mandatario como responsable de esa derrota yanqui.
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