Firmas selectas

Artículos de Opinión, comentarios y análisis

domingo 3 de agosto de 2025

Ecuador: ¿Noboa y el FMI labran la agitación popular?

Por Luis Onofa

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y el Fondo Monetario Internacional, FMI, podrían estar sembrando la semilla de una agitación popular en su contra, por ahora adormecida en el país, con la lluvia de ajustes que vienen aplicando en lo que va de este año, aprovechando la mayoría absoluta con la que cuenta el mandatario en la Asamblea Nacional.

Hace poco, los trabajadores de la cultura salieron a manifestarse en las calles de Quito en rechazo a la supresión del ministerio de ese sector. Lo propio han hecho los trabajadores de la salud y la educación, que planean ampliar el espectro de sus protestas en los próximos días. Podrían ser el preludio de movilizaciones nacionales, según han anunciado algunos dirigentes sindicales.

¿Cuál es la causa de los brotes del descontento? El mandatario y el organismo internacional están poniendo un enorme fardo de ajustes sobre los hombros de un país exhausto y fatigado por ocho años de neoliberalismo. Aprovechan el capital político que el gobernante adquirió al haber ganado la presidencia del país, por segunda ocasión, en las elecciones de abril de 2025. No importa que esa victoria haya estado cargada de ilegitimidad. Ese es un pasado que el propio mandatario y los medios hegemónicos han procurado sepultar en lo más profundo de la memoria popular mediante la forja de otros hechos, discursos y relatos distractores.

El mandatario acaba de despedir a cinco mil trabajadores del sector público como cura a lo que él y los ideólogos del neoliberalismo llaman obesidad del estado, que para ellos es la causa de todos los males de los que adolece el país. En nombre de la reducción del tamaño del Estado ha eliminado instituciones públicas y ha restado derechos políticos a las mujeres. Ha ensanchado la puerta al ingreso del capital transnacional al sector minero y a las reservas naturales del país. Planea aumentar las aportaciones de los trabajadores a la seguridad social. Ha dejado en el vacío a la cultura, despojándola de su ministerio. Lo propio ha hecho con el deporte y el medio ambiente.

Y, como esas medidas no solo generan descontento, sino que pueden expresarse en protestas callejeras, ha dotado a las fuerzas del orden de mayor poder de acción e inmunidad y de una inteligencia facultada a ingresar, sin el riesgo de delinquir, en la vida privada de la población y de la oposición política, en nombre del combate a la violencia que protagoniza el narcotráfico. Y, para completar su amurallamiento contra cualquier intento de protesta popular, el gobernante tiene en camino la aprobación por referendo de la presencia de tropas extranjeras en territorio del país, que no pueden ser otras que las de Estados Unidos de América. El mandatario asegura que va a ganar esa consulta.

El camino de ajustes escogido por Noboa carece de legitimidad, según expertos. Ha recurrido al mecanismo constitucional de “proyectos de ley económico urgentes” para lograr que la Asamblea Nacional apruebe de manera rápida todas las reformas legales y constitucionales que requieren aquellas medidas. No le ha importado que sus proyectos violen normas de procedimiento constitucionales.

La táctica de ajustar temprano a la población y de reformar la estructura institucional del estado al comienzo de un mandato para aprovechar el apoyo popular de un gobierno, no es nueva. Ha estado presente en los planes de la derecha y en la estrategia del FMI desde hace al menos 40 años, cuando el país comenzó a golpear las puertas de ese organismo en busca de auxilio financiero para la caja fiscal. Todo para garantizar recursos para el pago de la deuda pública externa. Ello le ha impedido al país tener una estrategia de desarrollo económico de mediano y largo plazos.

Los brotes de descontento social frente al neoliberalismo que ahora aparecen en el país podrían estar mostrando la gestación de un camino distinto a la clásica formación de un frente político de centro izquierda que algunos sectores progresistas impulsaron en la campaña electoral para los comicios presidenciales y legislativos de 2025. Esa alternativa, necesaria para contrarrestar la actual hegemonía de la derecha en Ecuador, parece diferida, al menos por el momento.

Las dos fuerzas políticas y sociales que podrían forjar ese camino están en una etapa de transición. La primera de ellas, Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE acaba de renovar su cuadro dirigente mediante elecciones, en julio de 2025. Leonidas Iza, que impulsaba una coalición con la Revolución Ciudadana, encabezada por el ex presidente Rafael Correa, ha dado paso a Marlon Vargas, en cuya agenda no aparece esa opción política, aunque sí constan demandas que cuestionan al neoliberalismo.

Vargas, líder de los pueblos autóctonos de la amazonía, ha dicho que está abierto al diálogo con el gobierno como táctica de su organización para la compleja coyuntura por la que atraviesa el país. El gobierno de Daniel Noboa se apresuró a aplaudir esa posición y a abrir las puertas del régimen neoliberal a una mesa de negociaciones con la CONAIE. No había podido hacerlo con Iza, quien considera que el régimen que gobierna el país representa los intereses de la oligarquía, que históricamente ha esclavizado a los indígenas.

De su lado, la Revolución Ciudadana, asediada por el gobierno de Noboa y por los medios hegemónicos, que buscan debilitarla y desaparecerla del escenario político, ha sufrido deserciones en la Asamblea Nacional y afronta un debate interno sobre estrategias y tácticas por seguir en el futuro.

Sin embargo, los hechos suelen ser poderosos condicionantes del destino de los pueblos. Y ese destino, aunque parezca paradójico, podrían estar apresurándolo con sus ajustes el propio Noboa y el FMI, su mentor ideológico.

rmh/lo

Logo de Prensa Latina
Más artículos :

……………………………………………….

Las opiniones expresadas en estos artículos son responsabilidad exclusiva de sus autores.

……………………………………………….