Firmas selectas

Artículos de Opinión, comentarios y análisis

sábado 23 de agosto de 2025

La máquina de la discordia: Cómo las redes amplifican la polarización

Por Frei Betto

¿Es evitable la polarización? Mi respuesta es sí, siempre que se adopten ciertas medidas. Antes de que existieran las redes digitales, la gente se irritaba mucho al recibir noticias- a través de conversaciones, televisión, radio o periódicos- sobre un político u otra persona que les desagradaba, y su máxima reacción se limitaba a comentarios despectivos dentro de su círculo familiar y de amigos.

Ahora, abren sus celulares como si desenvainaran un puñal o cargaran un arma, y propagan su odio hacia el político u otra persona con alcance global. Antes, se enfurecían contra su oponente y, más allá de las paredes de su entorno, solo quienes estaban cerca podían oírlos.

Las redes sociales se han convertido en uno de los principales escenarios del debate político e ideológico actual. Plataformas como Twitter (X), Facebook, Instagram y TikTok no solo reflejan los conflictos sociales, sino que a menudo los intensifican. En este escenario, comprender los mecanismos que exacerban o reducen la polarización ideológica es esencial para lograr un entorno digital más sano y democrático.

Con los avances tecnológicos, las emociones han alcanzado un alcance global en tiempo real. La aplicación convierte el meme (vía WhatsApp, X, Instagram, TikTok, etc.) a un formato optimizado (como JPEG, MP4); se adjuntan metadatos (quién lo publicó, cuándo, ubicación, descripción, hashtags); el contenido se envía a los servidores de la red a través de internet (wifi o datos móviles). Y a través del algoritmo, el mensaje se propaga como un virus.

Esta polarización ideológica se intensifica en las redes sociales por una combinación de factores tecnológicos, psicológicos y sociales. Los algoritmos de las plataformas están programados para maximizar la interacción, y el contenido que genera indignación, miedo o ira tiende a captar más la atención del público. Esto significa que el discurso más extremo, provocador o polarizado suele tener mayor alcance.

El éxito de las redes sociales, incluyendo la creación de dependencia en el usuario, se debe a la emoción. A mayor emoción, mayor interacción, lo que, según Freud, genera síntomas neuróticos. Es el resultado de impulsos inconscientes, a menudo agresivos o, como señala Melanie Klein, esquizoparanoide.

Por lo tanto, sus efectos nocivos, como el odio, generalmente escapan al control del individuo. Si la noticia le desagrada y afecta sus emociones, reacciona impulsivamente antes de abordarla racionalmente. Como resultado, recurre inmediatamente a su arma de represalia: internet. Cancela, detona, elimina y ofende a su oponente o intenta ridiculizarlo con memes, críticas mordaces, videos o montajes.

El uso de noticias falsas y desinformación también intensifica la polarización. Cuando circula información falsa y se utiliza para atacar al «enemigo», se crea un ambiente de desconfianza y animosidad, lo que dificulta aún más cualquier intento de entendimiento mutuo.

La polarización se exacerba porque el uso de las redes digitales induce al narcisismo y al individualismo, que consolidan el tribalismo.

En tribus o burbujas, los usuarios se exponen a opiniones similares a las suyas. Esto reduce la capacidad de aceptar diferentes puntos de vista, transformándolos en divergentes, y crea la sensación de que la «otra parte» es irracional o malintencionada. Las personas comienzan a debatir no ideas, sino afirmaciones a menudo infundadas. La lógica del «nosotros contra ellos» se impone y el diálogo da paso a la confrontación. Se da importancia a lo que no tiene importancia.

Al sentirse amenazadas en su identidad e ideología (incluso sin ser conscientes de tener una ideología), las personas reaccionan con resentimiento y adoptan una actitud de radicalización destructiva. Esto es fomentado por algoritmos, programados para aumentar el número de usuarios y crear dependencia, nomofobia.

Hay dos medidas que considero importantes para mitigar la polarización: la regulación gubernamental de las big techs, con transparencia en cuanto a los algoritmos; y la educación digital en las familias y las escuelas. Los teléfonos inteligentes y las computadoras son armas virtuales. Como los cuchillos, sirven para el bien, como cortar comida, o para el mal, como asesinar. Los niños y jóvenes deben saber cómo usarlos de forma útil, con moderación y empatía cognitiva, poniéndose en el lugar del otro. Esto conducirá a menos enfrentamientos y a más debate.

Es necesario fomentar la educación para la ciudadanía digital. Desde una edad temprana, es posible enseñar a las personas a navegar por las redes sociales de forma responsable, con empatía y capacidad argumentativa. Con esto se crea una cultura online más madura, capaz de gestionar las divergencias sin recurrir a la confrontación emocional y, a menudo, irracional.

Diversificar las fuentes de información también es esencial. Acceder a contenido de diferentes líneas editoriales, escuchar voces externas a la propia burbuja y evitar juicios inmediatos contribuye a una visión más compleja y menos maniquea de la realidad.

Otra acción importante es fomentar el pensamiento crítico. Antes de compartir noticias u opiniones, es fundamental verificar la veracidad de la información y reflexionar sobre sus implicaciones. Combatir la desinformación es una forma concreta de reducir los conflictos innecesarios.

Influenciadores, periodistas, educadores y líderes de opinión desempeñan un papel fundamental en este proceso. Cuando las figuras públicas adoptan una postura equilibrada y respetuosa inspiran a sus seguidores a hacer lo mismo. Las plataformas digitales pueden contribuir ajustando sus algoritmos para valorar el contenido constructivo y pluralista, en lugar de premiar únicamente lo que se viraliza a través de la indignación.

Promover el diálogo, fomentar la empatía, diversificar las fuentes de información e invertir en educación digital son estrategias que, si se adoptan conjuntamente, pueden transformar el entorno virtual en un espacio más democrático, pluralista y constructivo. La responsabilidad es colectiva, pero cada usuario tiene el poder de contribuir a este cambio.

rmh/fb

Logo de Prensa Latina
Más artículos :

……………………………………………….

Las opiniones expresadas en estos artículos son responsabilidad exclusiva de sus autores.

……………………………………………….