Por Julio C. Gambina
Argentina ya tiene libre disponibilidad por 20 mil millones de dólares con la oficialización del swap suscrito con Estados Unidos.
El gobierno podrá usar parte de esos dólares para frenar la corrida por la devaluación del peso que viene ocurriendo desde hace unas semanas, especialmente luego del resultado electoral del 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires.
Claro que el gobierno perjuró que solo los utilizará para cancelar vencimientos de deuda para el 2026 por más de 18 mil millones de dólares. Si así fuera vale interrogarse sobre la premura en anunciar la asistencia financiera estadounidense, que no se agota con el swap e incluye un préstamo de un consorcio de bancos transnacionales por otros 20 mil millones de dólares.
Esta realidad del swap fue largamente publicitada y queda claro que los anuncios e incluso su materialización no resuelven los problemas ante la gravedad de la situación económica y política en el país.
Más aún, el Tesoro de EEUU. ya intervino en tres ocasiones “comprando pesos”, o sea, inyectando dólares al mercado cambiario para que la demanda de divisas se satisfaga.
Se trata de un barril sin fondo, ya que ni la billetera más importante del sistema capitalista contiene la corrida hacia el dólar de quienes tienen excedentes de pesos, una minoría que interviene en los mercados de la especulación en la Argentina.

A propósito de la intervención del Estado estadounidense para el salvataje del gobierno de ultraderecha de Javier Milei, la crítica en EEUU. crece y se interrogan sobre por qué el “salvataje” a la Argentina con tantas necesidades, problemas y demandas en el país del Norte. Con el gobierno cerrado (shutdown) ya por tres semanas, hay trabajadores que no perciben sus ingresos, con un alza de precios derivadas de la suba de aranceles dispuesta por Trump desde abril pasado. Es una guerra comercial que no termina y puede escalar si no hay acuerdo con China en un cara a cara del empresario gobernante en Washington y el titular del gigante asiático.
La realidad es que no solo critican trabajadores con ingresos suspendidos, sino que el arco de productores agrarios, los farmers, demandan atención. Con ellos, suben la voz los representantes de la oposición en reclamo de respuestas institucionales que justifiquen las razones de la intervención en Argentina, comprometiendo cuantiosos recursos. No se trata solo de economía, sino principalmente de política.
En efecto, Trump cuida a su principal socio en la región, territorio plataforma para una estrategia global de sostenimiento del papel rector de EEUU. en el capitalismo mundial.
La esencia es la reconfiguración
A días de la elección de medio término, el bloque de ultraderecha que expresa la relación Trump- Milei necesita sostener un resultado que facilite continuar con la tarea del ajuste y la reestructuración reaccionaria del capitalismo en Argentina.
Esa alianza política sustenta un proyecto económico que supone mantener a la cabeza del sistema mundial a EEUU., por lo tanto frenar el empuje desplegado en las últimas décadas por China, quien disputa la hegemonía del orden mundial.
Ambos jefes de Estado se necesitan, aun cuando la incidencia de la Argentina en el Producto mundial sea mínima. Argentina está en el podio de los tres grandes de la región, luego de Brasil y México. Además, la estrategia de Washington supone modificaciones hacia la derecha en las elecciones próximas de Colombia y de Chile. Por eso la presión en estas horas sobre el gobierno colombiano y sobre Venezuela. Pretende Trump culpabilizar a ambos países en el negocio narco, cuando lo que le interesa es el petróleo venezolano y la anuencia y subordinación del vecino.
Correr hacia la derecha a Colombia y a Chile, colocaría a tres países en el bloque de afinidad derechista con Trump, intentando minimizar la capacidad de acción de los gobiernos de Brasil y México.
Lo esencial es la crisis en el capitalismo mundial, especialmente en EEUU, que este fin de semana movilizó millones de personas en prácticamente todo el país en contra del autoritarismo de la Casa Blanca.
El capitalismo está en reconfiguración y por eso toda la emisión monetaria para el salvataje del capitalismo en la crisis del 2008 se orienta en estas horas a la modernización y la innovación tecnológica, cuya bandera de vanguardia es la Inteligencia Artificial, IA.
A esto apuestan Milei y Trump, por eso el interés en la producción energética, especialmente la nuclear, en el uso del agua y en la minería metalífera. Todo un combo necesario para la producción sustentada en IA.

De ahí la asociación de las grandes tecnológicas con Trump y la oferta de Milei para radicar “Centros de datos” en la Patagonia, territorio de abundancia de agua, con clima adecuado y centro de la acumulación productiva energética sustentada en hidrocarburos no convencionales.
Esa es la apuesta y por eso la respuesta de Trump a la prensa de EEUU., en el sentido de que “no sabes nada” y en la Argentina “se están muriendo”. No es por humanismo que EEUU. asiste a la Argentina, sino en defensa propia, para apuntalar una propuesta de orden global bajo la dirección de Washington.
Eso se juega el 26/10
La asistencia de EEUU. está en el centro de la campaña electoral, aun cuando tiene poco efecto, por ahora, en los mercados bursátiles y de cambio, territorio de accionar de una minoría, pero vidriera de la economía y la política.
El gobierno trata de mostrar su vínculo con la sociedad “ideal”, o quizá idealizada, del sistema mundial. Queremos ser como EEUU., incluso mejor que ellos en una década, si seguimos este rumbo, sostiene Milei.
La incógnita es la respuesta electoral de la sociedad y más aún, la capacidad del movimiento popular para construir una alternativa política más allá de la elección del domingo 26.
El gobierno aun pregona la herencia recibida. Sabe que una parte de la población no quiere volver atrás, y que aun decepcionada con los resultados de la motosierra, la licuadora y la desregulación, mantiene expectativas.
Se trata de una crisis de representación que demanda la emergencia de una propuesta política que entusiasme al colectivo social con un horizonte de acciones de transformación de la economía y la política en beneficio de la mayoría social. Es la tarea más allá del resultado electoral.
Asistimos a un momento de reconfiguración mundial y local del capitalismo, con el interrogante reiterado sobre quién vencerá a quién, segundos afuera dirían en el cuadrilátero del box.
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