Por Luis Casado
El inolvidable Bernard Maris- asesinado en lo de Charlie Hebdo el 7 de enero del 2015- no se ahogaba en poca agua. Solía sentar a los economistas en el sitio que les corresponde, señalando a qué punto los mandamases del FMI, del Banco Mundial y otras tristemente célebres instituciones eran (y siguen siendo aún hoy) unas patéticas nulidades.

De ahí que me llamase la atención la consideración y el respeto que siempre mostró por Maurice Allais, a pesar de que Allais fue distinguido con el premio del Banco de Suecia (mañosamente llamado Nobel de Economía) en el año 1988. Había que leer a Maurice Allais.
Lo que sigue muestra a qué punto Allais- que además de economista era ingeniero y un físico destacado- tenía la película clara. De paso describió la realidad de su tiempo, que sigue siendo- en peor- nuestra realidad de hoy:
En esencia, la creación de dinero de la nada, práctica común entre los bancos, es similar – y no dudo en decirlo para que se entienda plenamente lo que está en juego- a la falsificación de dinero, delito que, con toda razón, se castiga por ley. En términos concretos, conduce a los mismos resultados. La única diferencia radica en que los beneficiarios son distintos.
La economía mundial actual se sustenta en gigantescas pirámides de deuda, que se apoyan unas en otras en un frágil equilibrio. Nunca antes se había visto tal acumulación de promesas de pago. Nunca, quizá, había sido tan difícil afrontarla. Nunca, quizá, había surgido una inestabilidad potencial tan grande con una amenaza tan grande de colapso general. (Maurice Allais – La crisis mundial actual, 1999)
Si Allais viese lo que que ocurre en estos días se iría de espaldas, porque el volumen de emisiones de dinero sin respaldo- buena parte del cual no sirve a nada productivo sino a la pura especulación- alcanza niveles estratosféricos. Para muestra un botón, cuya fuente es la prensa alemana:
La ya enorme dependencia de Alemania de la deuda está destinada a aumentar aún más. Alemania pedirá prestados 180 mil millones de euros el próximo año para estimular su economía y financiar su gasto en defensa.
Creación monetaria y elevación demencial de la deuda pública y privada son todo uno. Hace unos días cité otra información proveniente de la prensa financiera francesa:
Deuda: Europa bate todos los récords. Los países de la zona euro emitirán 1,5 billones de euros de deuda pública en el 2026.
Con 310 mil millones de euros, Francia será una vez más el Estado que más deuda contrae. Largo tiempo “frugal”, Alemania se endeudará para invertir en defensa e infraestructuras.
Si tomas en cuenta que la deuda pública federal de EEUU. supera el 130 por ciento de su PIB, que Japón, por su parte, ostenta una deuda soberana equivalente al 260 por ciento de su PIB… te dices que el comentario de Maurice Allais en el año 1999 no tenía nada de alarmista:
Nunca, quizá, había surgido una inestabilidad potencial tan grande con una amenaza tan grande de colapso general.
En estos días exuberantes para los índices bursátiles, hay quién osa- tímidamente, es cierto- mencionar que Michael Burry- un médico que dirige un chiringuito de inversiones alternativas- apostó más de mil millones de dólares a la caída de las grandes empresas GAFAM. The Economic Times del 14 de noviembre lo cuenta así:

Michael Burry lo predijo: Las empresas estrella de la IA se desploman solo 10 días después de su apuesta bajista: Nvidia y Palantir caen en picado.
La apuesta bajista de Michael Burry sobre el auge de la IA se ha vuelto más sombría con la caída de Nvidia y Palantir, lo que genera nuevas dudas sobre si el mercado de la IA ha alcanzado su punto máximo. El movimiento captó la atención porque afectó a dos de las acciones más seguidas del mundo, nombres que habían impulsado el repunte del mercado durante casi dos años. Y la caída se produjo solo días después de que Burry, discretamente, abriera una posición vinculada a más de mil millones de dólares en opciones de venta contra el sector. El momento desató inmediatamente un debate: ¿era esta la primera grieta en la historia de la IA o simplemente un momento de presión dentro de un mercado sobre calentado?
Que esta maniobra se aparente a una poco ética manipulación financiera no le inquieta a nadie: después de todo la manipulación de los indices bursátiles es la regla.
Cuando Elon Musk, con el respaldo de su inmensa fortuna obtiene un crédito para invertir en sus propias empresas… el precio de cada acción sube y automáticamente Elon Musk es más rico pagando el crédito. Del mismo modo, si quienes poseen Bonos del Tesoro de EEUU.- China por ejemplo- los venden… otros poseedores, temiendo una devaluación de dichos Bonos, también los venden, provocando la baja del valor bursátil de esos pinches activos.
De ahí que los traders, brokers, scalpers y otros mercachifles de la puñeta financiera se espíen unos a otros todo el día: para evitar que la próxima manipulación los pille empelotas. Su rol, en ese circo, se asemeja al de los dateros del Hipódromo Chile quienes, a cambio de un billete, te proporcionaban informaciones de tipo “El 14 fijo en la cuarta el domingo”. Como en el tango Por una cabeza de Carlos Gardel.
Otro ejemplo de faramalla trapacera es el mercado de monedas digitales. La prensa financiera anuncia, compungida:
El bitcoin se hunde bajo los 100 mil dólares… Las criptomonedas no escapan al malestar de Wall Street con relación a las tecnológicas y los activos (¿?) arriesgados.
El bitcoin cayó mas de 20 por ciento desde su récord a principios de octubre a más de U$ 125 mil (Les Echos, Paris. 14 nov. 2025).
Tú me crees si te da la gana: la primera transacción conocida de bitcoin tuvo lugar el 12 de octubre del 2009, en la que dos nuevos especuladores intercambiaron cinco mil 50 bitcoins por U$ 5,02- pagados vía Paypal- lo que corresponde a un precio unitario de U$ 0,001 por bitcoin. ¿Cómo logró el bitcoin pasar de U$ 0,001 a U$ 125 mil? ¿Ah? Gracias a su introducción en Bolsa.
El bitcoin no tiene respaldo: se trata, como sentenció Maurice Allais, de una simple “falsificación de dinero, delito que, con toda razón, se castiga por ley”. Esta vez ni siquiera fue un banco, sino un quidam cualquiera, un espabilao conocedor del abismal vacío que constituye la “ciencia económica” y de la inconmensurable codicia de sus actores. ¿Qué produce el bitcoin? Nada. ¿Qué respalda el bitcoin? Nada. Pero… ya puestos a jugar plata, tanto da el Casino, las patas de los caballos, la lotería o el Pepito paga doble. Este juego de azar no trae consecuencias. Como dice el ya citado Maurice Allais “lo que pierden unos lo ganan otros” y p’al carajo.
¿Te sorprendería saber que este sector- si oso llamarlo así- se presta para osadas travesuras?
“El Consorcio Internacional de periodistas de investigación (ICIJ) puso en evidencia la circulación de centenares de millones de euros de criptomonedas ligadas a asociaciones criminales en plataformas como Binance y OKX, los principales actores del sector”.
Lo cual no es óbice u obstáculo para que la Unión Europea se sume a la danza de los incautos- o mafiosos- según lo que cuenta la publicación financiera parisina Les Echos del 17 de noviembre
pasado:
Bitcoin : ¿pronto un nuevo fondo para invertir en un marco europeo?
Amundi pronto debiese ofrecerle a los ahorradores franceses la oportunidad de diversificar sus colocaciones. Un producto de ahorro, esperado para el 2026, promete una exposición (al riesgo) simplificada y garantizada al bitcoin en un marco reglamentado.”
Quienes aún buscan un laburo, una chamba, una pega, un yugo para ganarse la vida… ¡no se enteran! Junto a los chiringuitos de Tacos, Kebabs, Sushis, Arepas y Burgers, proliferan en estos días los boliches de asesoría financiera que, a cambio de un billete, te explican cómo hacerte rico invirtiendo en la Bolsa. Nada nuevo bajo el sol, como ya veremos. Uno de ellos, Tomás Maraver de Nartex Capital, en España, alerta:
“La burbuja de la IA va a pinchar sí o sí, la única duda es cuándo”.
En eso le copia a Michael Burry, y advierte- rotundo- de que se están invirtiendo cantidades ingentes de recursos sin que se atisbe por ahora un nivel razonable de retornos (Cinco días, España, 16 nov. 2025).
Nada nuevo. El año fatídico de 1929… ¿te dice algo? El sol brillaba sobre Wall Street y los especuladores hacían su agosto. Los índices bursátiles subían y subían a tal punto y con tanto vigor que el más famoso economista de la época, Irving Fisher, ascendió a los cielos haciendo la más imbécil declaración que jamás haya salido de boca de economista, y mira que abundan…
“El precio de las acciones alcanzó una meseta permanente”.
Días después todo se fue al carajo, y fue la Gran Depresión, fenómeno que afectó a todo el planeta.
La prensa aseguró que los traders se suicidaban lanzándose desde los skycrappers de New York, en la primera acción decente de sus vidas. Servidor es extremadamente escéptico: nunca se ha visto suicidarse a un reptil venenoso mordiéndose a sí mismo. Lo realmente curioso es que el Banco de Suecia no le diera a Irving Fisher el pseudo premio Nobel de Economía.
Todo lo que precede tiene por objeto mostrar que en Economía nada es nuevo.
A mí me sorprendió constatar que los ataques, insultos e improperios que le lanzaron a Robespierre durante la Revolución Francesa (y que siguen lanzándole aún hoy…) se basaron en los mismos argumentos y justificaciones que esgrimen ahora quienes se oponen a que unas pocas decenas de mil-millonarios paguen impuestos.

Francia ostenta una deuda pública que equivale al 115 por ciento de su PIB, hazaña lograda mayormente por los tres últimos catastróficos presidentes de la República: el condenado por la Justicia Nicolas Sarkozy cuyos procesos en curso auguran de otra estadía en prisión, François Hollande, un socialdemócrata ante el cual el renegado Karl Kautsky queda como príncipe, y el muy seriamente apodado Mozart de las Finanzas, el patético y psicopático Emmanuel Macron.
El déficit presupuestario consuetudinario tenía y tiene como principales explicaciones la necesidad de crearle un pingüe negocio al mundo de las finanzas y concentrar cada vez más la riqueza producida en pocas manos.
La gigantesca deuda no proviene del aumento del gasto, sino de la reducción de la recaudación impositiva en virtud de la eliminación del impuesto a la fortuna, la evasión fiscal no combatida (las grandes empresas como LVMH disponen de decenas de filiales en paraísos fiscales), de las exenciones del pago de cotizaciones sociales a esas mismas grandes empresas con la excusa de mejorar la “atractividad” de Francia para la inversión, de las subvenciones- sin contrapartida- a los mismos a concurrencia de 210 mil millones de euros anuales.
A la hora de pagar, el gobierno designado por Macron propuso un Presupuesto en el que se destruyen sistemáticamente los derechos de los trabajadores, la Seguridad Social, las pensiones de los jubilados, la asistencia a los desempleados, en suma el “modelo social francés” que ha sido el orgullo de la Francia de la pos guerra. Según estos malhechores, deben pagar los miserables.
Sin embargo, distintos análisis concluyen en que bastaría con cobrarles un dos por ciento de impuestos a unos 47 mil-millonarios para equilibrar las cuentas públicas. O bien, mediante la llamada tasa Zucman (economista francés), cobrar una pequeña contribución a unos mil 800 privilegiados cuya fortuna excede los 100 millones de euros.
¿Por qué a estas pobres gentes? Porque si de cada euro ganado el personal- yo entre ellos- paga 53 centavos de impuestos… los millonarios solo pagan en promedio 25 centavos. Una de las razones de la increíble concentración de la riqueza en pocas manos. ¿Te parece conocido?
Las contribuciones sugeridas para que el riquerío haga su parte de sacrificio son calificadas de “impuesto confiscatorio”, “atentado a la propiedad”, “suicidio económico”, “incitación al exilio fiscal”, y otros epítetos tan entretenidos como esos.
Durante la Revolución, Robespierre intentó proteger a los miserables de las secciones parisinas que ya no podían pagar ni el precio del pan en razón del aggiotage, otra práctica tan antigua como Matusalén:
El aggiotage, del italiano aggio, es una maniobra especulativa que consiste en acaparar bienes, contando sobre el aumento del precio producido por la escasez y/o la inflación, e incluso sobre la manipulación de los costos para producirla.
El aggiotage consiste en manipular las cotizaciones bursátiles para hacer variar las tasas de cambio o los precios de las mercancías, con el fin de obtener una ganancia.
Los aggios (es decir los intereses, las comisiones, los gastos) remuneran los bancos por los servicios a sus clientes.
No solo del aggiotage: también de las emisiones de assignats (dinero de papel) emitido de manera incontrolada- para pagar las deudas de la monarquía- siguiendo el sistema del escocés John Law- economista inventor del papel pintado-, que se tradujo en una imparable inflación.
Robespierre arguyó que el derecho de propiedad debe tener límites, y señaló un ejemplo: en el riquerío que formaba parte de los revolucionarios anti-monárquicos había esclavistas enriquecidos en la trata de seres humanos. Esos seres humanos eran su propiedad y su riqueza. Robespierre se alzó contra el esclavismo.
Pero… Uti, sed non abuti (usar, pero no abusar) era un adagio del cual los girondinos (los progresistas, los socialdemócratas, los moderados…) no querían oír hablar. Robespierre propuso dos textos, que serían los artículos VII y VIII de su proyecto de Constitución:
“VII: El derecho de propiedad está limitado, como todos los demás, por el respeto a los derechos del prójimo”.
“VIII: No puede dañar ni la seguridad, ni la libertad, ni la existencia, ni la propiedad de nuestros semejantes”.
Por eso le llamaron del nombre del puerco, y rechazaron tales textos. Brissot, por medio de su pasquín Le Patriote, declaró: “Ponerle trabas” al derecho de propiedad “es arruinar a los propietarios y a los no propietarios” (sic). Con relación al impuesto progresivo, el mismo Brissot condenó “este impuesto absurdo, destructivo de la igualdad”, y que será la ruina “de la industria”.
Cambon, el 27 de febrero, y Barère el 18 de marzo (1793), pidieron la pena de muerte para cualquiera que atentase contra “las propiedades territoriales, comerciales o industriales” (Fuente: Robespierre, política y mística. Henri Guillemin. Ed. Seuil. Paris. 1987).
Si no sabías por qué, en Chile, los miserables que viven en poblaciones callampas- chabolas, chozas, rucas- construidas en terrenos baldíos que no les pertenecen son llamados “usurpadores”… ahora lo sabes.
Nada nuevo: durante la Revolución Francesa (1789 – 1793) los ricos burgueses que liquidaron la monarquía- y de paso guillotinaron a Robespierre- nunca miraron hacia los infectos barrios bajos donde vivían los miserables.
Cuando vino la Restauración y el Imperio, los usaron como carne de cañón al servicio de la ambición de otro psicópata ladrón llamado Napoleón: las guerras calman al personal.
rmh/lc