Por Frei Betto
El documental de François-Xavier Drouet, “El Evangelio de la Revolución”, sobre el impacto político de las Comunidades Eclesiales de Base y la Teología de la Liberación en el contexto latinoamericano, es una obra de arte sorprendente.
Lejos de caer en el panfleto superficial, la obra emplea una narrativa que combina rigor documental, audacia estética y una profunda dimensión humana para revisitar momentos de las luchas revolucionarias en El Salvador, Brasil, Nicaragua y México. El resultado es una película vigorosa, capaz de conectar con quienes vivieron los períodos de lucha armada de la segunda mitad del siglo XX y con el significado bíblico de la palabra «revolución» para los sectores empobrecidos de la sociedad, motivados por la fe cristiana.
Uno de los aspectos más positivos del documental es su capacidad para iluminar a figuras históricas- líderes políticos, pensadores, activistas anónimos- sin reducirlas a caricaturas. La cámara sigue a cada figura con respeto, revelando contradicciones, miedos, dudas y logros. En lugar de construir héroes idealizados, presenta a personas reales cuya fuerza política surge precisamente de la vulnerabilidad y la valentía cotidiana.
Esta perspectiva humanizadora refuerza la comprensión de que los procesos de transformación los llevan a cabo personas comunes: los pobres, los jóvenes, personas impulsadas por la ética, la empatía y un profundo sentido de la justicia.
La dirección emplea un ingenioso montaje, entrelazando materiales de archivo, testimonios y registros históricos simbólicos. El ritmo es constante, pero nunca apresurado: el espectador se deja llevar por la reflexión a medida que las imágenes se despliegan a la misma velocidad que las luchas populares por la liberación. El documental sugiere, sin ser didáctico, que la historia a veces es cíclica y que el anhelo de transformación regresa cuando la sociedad se enfrenta a la desigualdad y la violencia estructural.
La cinematografía es otro punto destacado. Hay un cuidado casi litúrgico de la luz: rostros tristes de personas oprimidas iluminados por una ardua esperanza; montañas silenciosas que señalan horizontes utópicos; testimonios que evocan valentía y resistencia. Esta estética dota al documental de un aura poética, como si cada fotograma intentara capturar no solo hechos, sino el espíritu de una época. La belleza visual nunca es gratuita; refuerza el mensaje central de que la revolución también está hecha de imaginación, sensibilidad y amor.
Destaca especialmente por su articulación entre política y espiritualidad. Al tratar la lucha revolucionaria como una especie de evangelio, una buena noticia, un anuncio de un mundo posible, la narrativa crea un terreno fértil para la reflexión sobre la ética, la solidaridad y el compromiso colectivo. La revolución no se presenta como un mero acto de violencia, sino como una opción paciente y comunitaria en sociedades y contextos que han suprimido todas las vías pacíficas y democráticas. Este enfoque amplía el horizonte del espectador, invitándolo a ver la lucha por la transformación social como una práctica de cuidado, esperanza y fe.

El Evangelio de la Revolución conecta el pasado y el presente, estableciendo paralelismos entre ciclos pasados de opresión y desafíos actuales, como la expansión del fundamentalismo evangélico y la inviabilidad del camino revolucionario. No se detiene en el lamento: destaca los logros, las lecciones aprendidas y, sobre todo, la persistencia de quienes siguen creyendo en la dignidad humana como base de cualquier cambio. Este movimiento transmite al público una sensación de continuidad histórica, como si cada acto de resistencia formara parte de una larga cadena.
Es, por tanto, una obra luminosa. Quizás su mayor mérito resida en recordarnos que, incluso en tiempos de desilusión, hay vidas, ideales y experiencias que insisten en señalar otro camino. La película celebra la valentía de quienes se atrevieron a soñar y demuestra que la revolución, más que una propuesta política, es una forma de caminar a la luz de la fe y de hacer realidad el plan de Dios en la historia.
Nota del editor: Según el sitio web del MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra), https://mst.org.br, el 26 de noviembre se estrenó en Brasil la película “Evangelho da Revolução” (Evangelio de la Revolución), el primer largometraje documental dedicado a la historia de la Teología de la Liberación en América Latina, tras su paso por varios festivales y su estreno en cines de cinco países europeos.
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