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jueves 21 de noviembre de 2024

Ecuador: Balance del plebiscito para la izquierda

El plebiscito del pasado 21 de abril en Ecuador mostró un hecho nada publicitado y menos analizado por la derecha, que hegemoniza la interpretación de los resultados de cara al espacio público: la izquierda resistió el intenso bombardeo político e ideológico de la derecha a sus tesis y obtuvo un resultado que, aunque minoritario, mantiene la base de apoyo electoral que registra en años recientes.

En promedio, más del 30 por ciento de los votantes, y en algunos casos, casi el 40 por ciento, rechazó nueve de las 11 preguntas propuestas por el presidente Daniel Noboa. En consecuencia, el mandatario obtuvo pronunciamiento popular mayoritario en nueve preguntas, pero perdió en dos de ellas, consideradas fundamentales.

En los siete años de dominio neoliberal, la Revolución Ciudadana (RC), la mayor fuerza política de la centroizquierda, ha obtenido más de 30 por ciento de votación en primera vuelta de las elecciones presidenciales y, si a ella se suman las de otras fuerzas de la misma tendencia, el porcentaje supera el 40 por ciento. En segunda vuelta, RC se ha aproximado al 50 por ciento. En los comicios legislativos de 2021 y 2023, logró convertirse en mayoría.

Daniel Noboa

La campaña de rechazo a las 11 preguntas de la consulta propuestas por el presidente Daniel Noboa, fue impulsada, por cuerda separada, por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la centroizquierdista Revolución Ciudadana (RC), y por algunas organizaciones sindicales y sociales. Las preguntas de Noboa buscaban que los electores den al mandatario instrumentos constitucionales y legales para enfrentar el narcotráfico, fuente principal de la inseguridad que azota al país y que han colocado a Ecuador entre los más inseguros en el mundo. Sin embargo, algunos analistas consideran que el propósito fundamental del mandatario era obtener respaldo a sus aspiraciones de buscar su reelección en los comicios de 2025.

En el paquete de preguntas constaban dos que buscaban afianzar el modelo neoliberal: relajamiento del régimen laboral actual, y licencia para que los inversionistas extranjeros lleven a tribunales foráneos eventuales litigios con el estado ecuatoriano. En estos temas, calificados por algunos analistas locales como “la joya de la corona” del plebiscito de Noboa, el gobernante fue derrotado.

Apenas finalizado el plebiscito, tanto Noboa y todo el arco de la derecha, como el espectro de movimientos y organizaciones políticas de izquierda están abocados a afrontar los comicios generales del próximo año. Para la izquierda, el reto es formar una alianza capaz de enfrentar la avalancha política y mediática de la derecha, a la que le aterra la perspectiva de un gobierno de centroizquierda encabezado por la RC. La historia electoral reciente del país ha mostrado que a una sola de las agrupaciones de izquierda le es insuficiente ganar la primera vuelta para ser gobierno, porque para la segunda se une toda la derecha para cerrarle el paso.

Una alianza de las fuerzas izquierda pasa por ventilar y zanjar las fracturas que ha dejado el ejercicio del poder; fraguar un programa de gobierno, escoger candidatos y, finalmente definir una estrategia para enfrentar el ataque de la derecha durante una campaña electoral. Uno de los pilares de la plataforma indígena es la resistencia a la gran explotación minera transnacional, inserta recientemente en la economía nacional, y a la del petróleo, puntal de la economía del país desde hace medio siglo. Este es uno de los temas de discrepancia. No obstante, podrían encontrarse en temas como distribución equitativa de la riqueza; inversión pública en salud, educación e infraestructura; empleo, tecnología, derechos humanos y de tercera generación.

Después de una década de experiencia progresista (2007-2017) Ecuador enfrenta un retroceso neoliberal, que se refleja en un estancamiento de la economía, caída de la inversión pública, motor del desarrollo; agudizamiento del desempleo, pobreza, deterioro de los servicios públicos en salud y educación, inseguridad y una pérdida de iniciativa en la agenda internacional y en el simbólico campo de la cultura.

A muchos analistas y políticos les preocupa el gradual debilitamiento de la práctica democrática en beneficio de un autoritarismo, que se apoya en las fuerzas del orden para frenar un latente descontento popular y en una narrativa mediática que busca destrozar toda pretensión progresista.

El combate a la inseguridad se apoya cada vez más en la asistencia militar estadounidense y menos en una estrategia de apoyo regional de países como México y Colombia, y menos todavía en demanda alguna a los países consumidores de drogas.

Al momento, es notoria la ausencia de políticas sociales para los estratos marginales urbanos y campesinos, no obstante los insistentes pedidos de organizaciones sociales y políticas que consideran al abandono estatal de aquellos sectores como una de las causas principales de la violencia que azota al país y que se reflejó en una tasa de 43.2 muertes por cada cien mil habitantes en 2023, la mayoría de ellas ocurridas en populosas zonas pobres.

Ecuador irá a elecciones generales, presidenciales y legislativas, el 9 de enero de 2025. Será la tercera convocatoria a la población a las urnas en apenas año y medio, como reflejo de la conflictiva situación política, económica y social por la que atraviesa el país.

rmh/lo

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