Por José R. Oro
Aunque el real aniversario 75 de la fundación de la OTAN fue el pasado 4 de abril, el momento central de esa efeméride ocurrió del 9 al 11 de julio en Washington DC, la capital del país que ordenó su fundación y toma las decisiones centrales de la Alianza.
En julio de 2024, los líderes de la OTAN llegaron a Washington para celebrar el 75º aniversario de la alianza militar más poderosa del mundo. Durante 75 años, la OTAN supuestamente ha brindado “garantías de seguridad”; cuando en realidad ha sido el principal factor desestabilizador del planeta, y logró extenderse por fuerza o por “maña” desde Anchorage, Alaska hasta Helsinki, Finlandia. Y quieren aún más, porque el hambre se abre comiendo.
El Articulo 5 de la Alianza: dice que un ataque a uno es un ataque a todos, suerte de anacrónico “juramento de mosqueteros”. Desde la Operación Militar Especial rusa en Ucrania, la OTAN ha usado esta coyuntura, creada en particular por los EEUU., para reforzar el papel de la alianza en la “inseguridad europea”.
El “Nuevo Concepto Estratégico”– un documento rector que da forma al trabajo de la alianza– surgió en la Cumbre de Madrid en 2022, y fue implementado detalladamente en la reunión de Vilnius, Lituania (2023). La Cumbre de Washington en 2024 proclamó que, para seguir teniendo “éxitos”, la OTAN necesita dar pasos irresponsables y temerarios como la membresía de Ucrania, y contra Rusia en general.
¿Se invitó a Ucrania o este país presentó su solicitud de admisión a la OTAN en esta cumbre? Actualmente existe una marcada desconexión entre las expectativas del gobierno neo– nazi de Ucrania y la estrategia de la Alianza. Para los neo– nazis que gobiernan en Ucrania, ellos están librando una “guerra defensiva” (realmente provocada por los Estados Unidos y ellos mismos) contra el antagonista estratégico principal de la OTAN: la Federación Rusa.
El gobierno neo- nazi de Ucrania asistió y presentó su solicitud, aunque está en un limbo, porque varios miembros de la Alianza no la aceptan. Pero la Cumbre de Washington ofreció la “oportunidad” para que la Alianza de la OTAN invitara a Ucrania a unirse (o recibir su solicitud al respecto), lo que no significa que Ucrania ingresará mañana, si bien de cualquier manera constituye una enorme provocación contra Rusia.
En varios países europeos, la Cumbre de Washington fue vista también como una oportunidad para reestructurar la relación transatlántica. La participación de Estados Unidos sigue siendo esencial para la existencia de la OTAN. Pero la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania puso de relieve por qué Europa necesita paz y no guapería belicista anti rusa, y que el apoyo de los EEUU. es más peligroso que beneficioso. Europa ha tenido que aumentar la inversión bélica y más de 18 miembros de la OTAN gastan ahora por encima del dos por ciento de su PIB en “defensa”.
Durante su viaje a Washington en febrero, el Secretario General (saliente) de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que esta cumbre sería una oportunidad para que el pacto noratlántico planifique sus próximos 75 años. Invitar a Ucrania sería un acto que conduciría a una guerra abierta con Rusia, a corto o mediano plazo, no en otros 75 años. La Cumbre de Washington no pudo ignorar esa verdad. Durante la reunión de hecho se produjo la formalización de la OTAN II, que ahora no se proclama más una organización regional, sino planetaria.
Apostillas sobre la OTAN
La historia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte comienza inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial cuando las diplomacias estadounidense y británica prepararon el escenario para enfrentar a la URSS, quien había sido el principal aliado para derrotar al Eje nazi– fascista. Fue fundada en 1949, con los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, el Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), Canadá, Italia, Portugal, Noruega, Dinamarca e Islandia. Grecia y Turquía se unieron en 1952, Alemania Occidental y España en 1955 y 1982, respectivamente.
Después de la caída del Bloque Socialista, la Republica Checa, Hungría y Polonia se unieron al pacto agresivo en1999, mientras Bulgaria, los países bálticos ex– soviéticos (Lituania, Letonia y Estonia), Rumania, Eslovaquia y Eslovenia (ex– yugoslava), lo hicieron en el 2004. Albania y la ex– yugoslava Croacia en 2009, Montenegro y Macedonia del Norte en 2017 y 2020. La destruida Yugoslavia era uno de los fundadores y baluartes del Movimiento de Países No – Alineados.
Finalmente Finlandia y Suecia abandonaron su neutralidad que no estaba amenazada por nadie, y que les permitió un desarrollo económico– social muy considerable, para entrar en la alianza agresiva en 2023 y 2024.
La OTAN y la Guerra Fría
La OTAN y la Guerra Fría son hermanas gemelas, la primera fue creada para implementar la segunda contra la URSS. Pero no murió con el fin del coloso soviético.
Durante la Guerra Fría, la agresividad de la OTAN contra la Unión Soviética y el Tratado de Varsovia no condujo, afortunadamente, a una acción militar directa. El 1 de julio de 1968 se puso a la firma el Acuerdo sobre la no proliferación de las armas nucleares, que la OTAN no cumplió.
El 12 de diciembre de 1979, pretextando un imaginario “aumento de las capacidades nucleares del Tratado de Varsovia en Europa”, la OTAN desplegó misiles crucero y misiles de alcance medio Pershing II en Europa. De manera similar, en 1983 y 1984, en supuesta respuesta al estacionamiento de misiles de alcance medio SS-20 del Pacto de Varsovia en Europa, la OTAN desplegó más misiles Pershing II, una abierta provocación contra la URSS y sus aliados de Europa oriental. En el apogeo de la Guerra Fría, 16 países miembros mantuvieron una fuerza aproximada de cinco millones 252 mil 800 militares activos, incluidos hasta 435 mil estadounidenses desplegados en Europa.
La gran estafa de 1989
La caída de los gobiernos del Campo Socialista europeo en 1989 y la disolución del Pacto de Varsovia en 1991 eliminaron al único adversario de facto de la OTAN y provocaron una reevaluación estratégica de su propósito, ahora de mantener ese “mundo unipolar”. El cambio práctico comenzó con la firma en París en 1990 del Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa entre la OTAN y la Unión Soviética, que ordenaba reducciones militares específicas en todo el continente. Los países europeos representaban entonces el 34 por ciento del gasto militar de la OTAN; en 2012, esa cifra había caído al 21 por ciento, ya que realmente no se percibía ningún conflicto en Europa
La expansión se inició con la “reunificación alemana” el 3 de octubre de 1990, término eufemístico de la absorción de la República Democrática Alemana por Alemania Occidental incorporando a ese estado del Pacto de Varsovia a la OTAN.
Para asegurar la aprobación soviética de que una Alemania unida permaneciera en la OTAN, se acordó que no se estacionarían tropas no alemanas de la OTAN ni armas nucleares en el este de ese país. Jack Matlock, el embajador estadounidense en la Unión Soviética durante sus últimos años, confirmó que Occidente dio un «compromiso claro» de no expandirse, y documentos desclasificados indican que los negociadores soviéticos tenían la convicción de que la membresía de la OTAN estaba fuera de la mesa para países como Checoslovaquia, Hungría o Polonia. Hans– Dietrich Genscher, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania Occidental (1974-1992), dijo en una conversación con su colega Eduard Shevarnadze: «Para nosotros, una cosa es segura: la OTAN no se expandirá hacia el este».
En 1996, Gorbachov escribió en sus Memorias que «durante las negociaciones sobre la unificación de Alemania dieron garantías de que la OTAN no extendería su zona de operaciones hacia el este», y repitió esa aseveración en una entrevista en 2008.
Los memorandos publicados por el Archivo de Seguridad Nacional de los EEUU. en 2017 indican claramente que, de hecho, si se dieron múltiples “garantías” contra la expansión a los líderes soviéticos en 1990 y 1991. Pero no eran reales “garantías”, porque ninguna se cumplió, y la OTAN entró en los países del ex Campo Socialista, incluso en varias ex– repúblicas soviéticas.
Recientemente se incorporaron a la alianza dos estados neutrales del norte de Europa, uno de los cuales (Suecia) no había estado asociado con ninguna alianza militar o conflicto desde las guerras napoleónicas de principios del siglo XIX.
El surgimiento de la OTAN II
El 8 de julio de 1997, tres países ex socialistas (Hungría, la República Checa y Polonia) fueron invitados a unirse a la OTAN, lo que fue aceptado con euforia por todos los miembros de la Alianza agresiva.
El presidente checo, Vaclav Havel, representante principal del neoliberalismo y anti– rusismo de su partido Foro Civil, acogió con satisfacción la ampliación. El ministro polaco de Asuntos Exteriores, Bronislaw Geremek (uno de los principales sepultureros de Polonia socialista), dijo uno de los mayores disparates históricos que he escuchado: «Polonia vuelve para siempre a donde siempre perteneció: el mundo libre». El Ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Janos Martonyi, afirmó que Hungría estaba regresando «a su hábitat natural». La ampliación también fue bien recibida por la Secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright (nacida en Praga), quien afirmó que la expansión haría «para el este de Europa lo que la OTAN ya ha ayudado a hacer para el oeste de Europa”
No hacen falta más citas para ver que estas acciones no se relacionan con ninguna “seguridad europea”, sino con una demencial rusofobia e imperialismo fascista.
La expansión fue criticada dentro de Estados Unidos por algunos expertos como un «error político de proporciones históricas». Según George F. Kennan , diplomático estadounidense y ex defensor de la política de contención, sin ninguna sospecha de tener “simpatías comunistas” o algo semejante: «puede esperarse que la decisión tenga un efecto adverso en el desarrollo de la democracia rusa; restaurar la atmósfera de la guerra fría, dañar las relaciones del Oriente con Occidente e impulsar la política exterior rusa en direcciones decididamente no de nuestro agrado”, “insisto que es un desatino que puede alcanzar una escala épica”.
Una de las acciones más criminales en la historia de la OTAN fue el asalto económico, político y militar para la desintegración de Yugoslavia. Ya desde 1991 los conflictos internos de ese estado multinacional eran alimentados por el imperialismo mundial, con la OTAN como punta de lanza. Todo alcanzó su clímax en 1999 cuando la alianza militar llevó a cabo una feroz campaña de bombardeos aéreos contra la República Federativa de Yugoslavia durante la guerra que habían alimentado minuciosamente en Kosovo. Los ataques aéreos duraron del 24 de marzo al 10 de junio de 1999 e involucraron mil aviones desde bases en Italia y Alemania, el portaaviones Roosevelt y submarinos nucleares en el Adriático.
Como se observa, los conceptos y estrategias de la OTAN, evolucionaron hacia formas aún más provocativas, agresivas y violentas, al sentirse más empoderada, sin respetar a Rusia (pero odiándola igual) como hicieran con la URSS. Fue el inicio de la OTAN II y de la Guerra Fría II.
La OTAN y la falacia del “Mundo Unipolar”
En abril del 2008 en la Cumbre de Bucarest, la OTAN dijo a Georgia y Ucrania que eventualmente podrían convertirse en miembros. La cuestión de la potencial membresía de Georgia y Ucrania en la OTAN provocó duras críticas por parte de Rusia, al igual que los planes noratlánticos para un sistema de misiles antibalísticos en Polonia y la República Checa. Aunque dio “garantías” de que el sistema no tenía como objetivo a Rusia, Vladimir Putin y Dmitri Medvedev lo denunciaron como una grave amenaza, como es lógico.
En 2009, el presidente Barack Obama propuso utilizar el sistema de combate AEGIS basado en barcos, sin limitar nuevas bases en Turquía, España, Portugal, Rumania y Polonia; mejorando las capacidades de selección de objetivos de las bombas nucleares tácticas B61 y desplegándolas en el más sigiloso F- 35. El 15 de junio de 2016, la OTAN reconoció oficialmente a la guerra cibernética como un dominio operativo- militar, igual que la guerra terrestre, marítima y aeroespacial. Eso significa que cualquier ciberataque a miembros de la OTAN puede activar el notorio Artículo 5.
La situación en Ucrania desde el golpe de estado de la CIA en el 2014 provocó una nueva tensión entre OTAN, y Rusia. En febrero de 2015, la OTAN formó una nueva «punta de lanza» de cinco mil soldados en bases en Estonia, Lituania, Letonia, Polonia, Rumania y Bulgaria.
Con el pretexto del conflicto en Ucrania, tanto Finlandia como Suecia solicitaron su membresía el 18 de mayo de 2022,
El intento de darle permanencia a un mundo “unipolar” está basado en buena medida en el poderío de la nueva forma OTAN y viceversa. La formulación de la nueva alianza agresiva es sencilla OTAN II = Guerra Fría II.(sigue…).
rmh/jro