Primeros pasos para renegociar el Tlcan
Por Mariano Bullón Méndez*
Especial para Firmas Selectas de Prensa Latina
La renegociación o actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) ya fue propuesta desde 2014, bajo la presidencia de Barack Obama, cuando se cumplían 20 años de su entrada en vigor. Por tanto, la idea no es novedosa, como se pretende hacer ver, si bien siguen persistiendo una serie de temas pendientes o nuevos: energía, transporte, seguridad, migración que ameritan ser ajustados a las condiciones actuales.
Lo que sí es cierto es que su eventual ruptura puede poner en peligro las tres economías, tanto la mexicana como la norteamericana, incluyendo la canadiense, porque amenaza con la destrucción de las redes productivas y comerciales ya establecidas, con más de 20 años de funcionamiento.[1]
Después de amenazar en más de una ocasión -antes y tras asumir la presidencia- con abandonar o renegociar este Tratado comercial a favor de Estados Unidos, el presidente Trump ha cambiado su discurso:
a) Ahora habla de renegociarlo, no de abandonar el Tratado.
b) Al parecer ha comprendido la importancia estratégica de mantenerlo.
c) Su discurso es menos agresivo.
d) Finalmente ha dado la arrancada y pedido rapidez en la renegociación -siempre a favor de su país-, bajo las premisas de “Make America big again” y “America first”.
Las principales razones que alegaba y alega aún, y que fundamentan la eventual retirada de Estados Unidos del acuerdo, son, en síntesis, las siguientes:
1) Es un tratado mal negociado, que afecta a la economía estadounidense
2) Afecta el comercio porque produce un déficit comercial crónico con México;
3) Ha robado los empleos a los nacionales;
4) Hay que retirarse o renegociarlo, tomando en cuenta los intereses estadounidenses.
El mandatario había considerado que en el Tlcan radicaba la causa de la pérdida de una gran cantidad de empleos en Estados Unidos, al propiciar el traslado de fábricas a México para ahorrar costos de producción.
Actualmente su posición, en torno a los pactos comerciales, ha evolucionado. Había prometido que anularía el Tlcan a menos que fuese renegociado de un modo que beneficiase mucho más a a su país, y lo acusó de devastar la industria manufacturera estadounidense al incentivar el uso de la mano de obra barata mexicana.
Ahora, en cambio, su gobierno contempla sólo cambios secundarios que preservarían buena parte del actual tratado, según el bosquejo enviado al Congreso. La propuesta incluye un polémico artículo que permitiría a las firmas cuestionar las leyes nacionales a través de tribunales privados. (Sin Embargo, 2017)
No hay que olvidar, que Trump había calificado el Tlcan como un “desastre” y culpado-junto con el comercio deficitario con China-, del deterioro y la pérdida de empleos en el sector manufacturero estadounidense.
De modo que, finalmente, se mostró decidido a renegociarlo con el objetivo de lograr un mayor equilibrio en el comercio bilateral con México, país que acumuló un superávit comercial con EE.UU de 66 mil millones de dólares al cierre de 2016.
Bajo esas premisas, dio “el primer paso en el proceso de renegociaciones con Canadá y México, cuando su administración notificó al Congreso que planeaba llevar a cabo conversaciones formales en agosto.” (Donnan y Webber, 2017)
La decisión se dio a conocer mediante una carta enviada a los líderes de ese órgano legislativo por Robert Lighthizer, nuevo representante comercial de E.E.U.U, solicitando la notificación requerida con un plazo de 90 días para el comienzo de nuevas conversaciones comerciales. Las demoras en la confirmación de Lighthizer, juramentado el 15 de mayo, habían retrasado los esfuerzos para cumplir la promesa del presidente de renegociar con rapidez el Tlcan.
En dicha carta, Lighthizer dejó claro que el objetivo de Estados Unidos era la “modernización” del Tratado, y señaló la necesidad de negociar temas como el comercio digital y la actualización de las normas sobre propiedad intelectual y comercio de servicios.
También significó que el Tlcan necesitaba incluir nuevas normas laborales y ambientales, así como tratar asuntos relacionados con la conducta de las empresas estatales. Todos estos temas ya habían sido negociados en el Tratado Trans-Pacífico (Tpp, por sus siglas en inglés), del cual Estados Unidos se retiró en virtud de su proclamado proteccionismo y bilateralismo comercial.
Por parte de México, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía afirmó su “deseo de modernizar el Tlcan para afrontar los retos del siglo XXI”. De igual modo declaró, recientemente, que anticipaba sostener conversaciones con Lighthizer durante la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec, por sus siglas en inglés) en Vietnam.
«Estaremos yendo a China en septiembre para poder seguir adelante con esta agenda y sí utilizarla geopolíticamente como un apalancamiento estratégico (…) Se manda la señal de que tenemos muchas alternativas», destacó Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México recientemente. (Cesla, 2017)
Hay que recordar que China es el segundo socio comercial de México, después de Estados Unidos, y donde ese país latinoamericano envía actualmente cerca del 80% de sus exportaciones bajo el Tlcan.
A ello se añade que el subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores para América del Norte, Carlos Sada, declarara recientemente: «no se espera que el proceso sea lineal”, pero México está listo para iniciar las negociaciones. Agregó también que sin el Tlcan, millones de puestos de trabajo en Estados Unidos no hubieran existido; “lo que hace que América del Norte concentre el 25 por ciento del PIB mundial es precisamente la integración como región”, puntualizó (Clemente, 2017)
Hay que destacar que, desde el principio, los beneficios del Tlcan fueron exagerados. La idea de que reduciría la emigración mexicana a EE.UU. resultó errónea: la importación de maíz estadounidense subsidiado por México desmanteló los negocios de muchos pequeños agricultores y los impulsó a buscar empleo al otro lado de la frontera.
Pero los costos han sido exagerados todavía más. La idea de que las reducciones arancelarias fomentadas por el Tlcan han trasladado los empleos manufactureros estadounidenses a México es equivocada. Un análisis más a fondo pudiera mostrar evidencias de que el cambio tecnológico, además del impacto nada insignificante de la competencia china, son los verdaderos causantes.
Una búsqueda económicamente desacertada y poco realista de la reubicación de los empleos del sector manufacturero estadounidense conduciría, además, al riesgo real de dañar profundamente una parte establecida -y consolidada a través de los años-, del sistema de comercio de EE.UU. y del resto del mundo. (Financial Times, 2017)
Todo parece indicar que el Tlcan se va renegociar a partir de agosto y las negociaciones terminarían antes del cierre de 2017, lo cual conviene tanto a la administración estadounidense (por la premura de Trump, quien se ha dado cuenta del riesgo que corre la economía de su país ante tanta incertidumbre) como al gobierno mexicano, al que le vendría bien un resultado sólido con una mejoría sustantiva de las condiciones para esa nación, sobre todo ante el proceso eleccionario de 2018.
La Habana, 23 de mayo de 2017
ag/mb
[1] El entramado productivo conformado en ese lapso, encadena fuertemente las tres economías del Note de América. Cualquier cambio en la estructura o funcionamiento de las relaciones comerciales trilaterales, afectaría el empleo, disminuiría los flujos comerciales y reduciría la inversión productiva y en infraestructura.
Principal bibliografía consultada:
Donnan, Sh. y Jude Webber (2017). Trump da primeros pasos para TLCAN 2.0. Financial Times. 18 de mayo de 2017. Disponible en: http://www.elfinanciero.com.mx/
CESLA (2017). México busca alternativas en China frente a Estados Unidos. 12 de mayo de 2017. Fuente: América Economía. Disponible en: http://www.cesla.com
Clemente (2017). México está listo para iniciar negociaciones del TLCAN: Carlos Sada. Disponible en: http://www.elfinanciero.com.mx
Financial Times (2017). ¿Por qué actualizar el TLCAN? 21 de mayo de 2017. Disponible en: http://www.elfinanciero.com.mx
Sin Embargo (2017). Trump plantea nuevo TLCAN en dos semanas; revive ley de 1962 que restringe importaciones. 20 de Abril de 2017. Con información de Economía Hoy/EFE/AP. Disponible en: http://www.sinembargo.mx