Por Frei Betto*
Para Firmas Selectas de Prensa Latina
En los últimos 30 años los países periféricos, a excepción de China, transfirieron a las naciones metropolitanas capitalistas US$10,6 trillones, cuantía que equivale a cinco veces el PIB del Brasil.
Ese dato acaba con el mito de que son los países ricos quienes invierten en los pobres. De hecho, sucede lo contrario. La diferencia es que la fuga de capitales no llega a los países desarrollados como inversión sino como mera especulación a través de los paraísos fiscales. Son considerados paraísos fiscales los 48 países y jurisdicciones enlistados por el FMI como centros financieros offshores. Ésa es la verdadera mafia criminal que drena recursos de los pobres hacia los ricos y de ese modo impide la reducción de las desigualdades sociales y el aumento de la calidad de vida de millones de personas.
En las últimas tres décadas las transferencias legales de países pobres hacia los ricos suman US$1,1 trillones. Las no registradas ascienden a US$ 10,6 trillones, de los cuales US$ 7 trillones salieron por medios ilegales.
En el 2011 los habitantes de países periféricos tenían en paraísos fiscales US$ 4,4 trillones. Dinero que el fisco no recolectó, que la economía local no recibió, y del cual la población no resultó beneficiada.
Los paraísos fiscales reciben flujos financieros de criminales vía corrupción, evasión fiscal y comercial, ocultamiento, etc. Los datos del 2014 indican que, en ese año, acogieron US$ 505 mil millones del tráfico de drogas; US$ 109 mil millones del tráfico de personas; US$ 1,3 mil millones del comercio de órganos humanos; y otros valores elevados, producto del contrabando de pesca, madera (con efecto en la deforestación), tráfico de armas y de piedras preciosas, robo de petróleo y falsificación de medicamentos, productos electrónicos y tabaco.
El valor global de flujos criminales transnacionales fue de aproximadamente US$ 1,1 a US$ 1,4 trillones en el 2014. Su impacto económico es significativo, y los crímenes amenazan la seguridad y la estabilidad mundiales.
El almacenamiento de activos está basado en bancos de datos del FMI: Investigación Coordinada sobre Inversiones Directas (CEDIS); Investigación Coordinada en Portfolio (CEPIS); Posición Internacional de Inversiones (PII); y el banco de datos del Banco de Pagos internacionales (BPI) sobre depósitos bancarios en los paraísos fiscales.
Debe tenerse en cuenta que más del 80 % de los paraísos fiscales no reportaron -o reportaron alegando confidencialidad- de modo que los números están tomados a la baja. Todos los datos anteriores constan en el informe “Flujos financieros y paraísos fiscales: una combinación para limitar la vida de billones de personas”
Los autores son el Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc), junto con el Centro de Investigación Aplicada de la Escuela de Economía de Noruega (SNF); la Global Financial Integrity (GFI); la Universidad Jawaharlal Nehru, de la India; y el Instituto Nigeriano de Investigación Social y Económica.
ag/fb