Por Kintto Lucas
Para Firmas Selectas de Prensa Latina
No creo en la mentira sino en la ira, nunca en el destino sino en el vino, jamás en el secreto sino en el reto. No en el abismo sino en el seísmo, nunca en la promesa sino en la marsellesa, jamás en lo que se nombra sino en su sombra.
No creo en la miseria sino en la feria, nunca en la pradera sino en la pantera, jamás en la fiera vencida sino en su vida. No en el bostezo sino en el beso, nunca en el brazo sino en el abrazo, jamás en los celos sino en lo oculto detrás de los velos.
No creo en la argolla sino en la claraboya, nunca en el rocío sino en el río, jamás en la corriente sino en la vertiente. No en la historia sino en la memoria, nunca en la mirada sino en la cascada, jamás en los retazos sino en los pasos.
No creo en la moral sino en el ojal, nunca en el paredón sino en el peñón, jamás en el dogal sino en el umbral. No en la hiel sino en la miel, nunca en el recato sino en el olfato, jamás en singular sino en plural.
No creo en el vaso medio lleno sino en el agua del sereno, nunca en el bien ni en el mal sino en el sabor del tamal, jamás en la llave de la puerta sino en la ventana siempre abierta. No en el consumo sino en el humo del churumo, nunca en el juego sino en el fuego, jamás en los nubarrones sino en los escalones.
No creo en los dueños sino en los sueños, nunca en los viajes a Plutón sino en la madera del bastón, jamás en los muros de una frontera ni en las estrellas de una bandera sino en el cobijo de una pollera.
No en las armas sino en las palmas, nunca en la vida o la muerte y mucho menos en la suerte, jamás en la palabra usada sino en la palabra osada. No creo en el farsante sino en el aguante, nunca en la hipocresía sino en el vuelo del águila harpía, jamás en la coeficiencia sino en la conciencia.
No en el tajo sino en el badajo, nunca en el altar sino el amar, jamás en un dios que castiga sino en la espiga. No creo en el lente sino en el puente, nunca en el jamás sino en el vendrás, nunca en el revés sino en el después…
ag/kl