Por Kintto Lucas *
Para Firmas Selectas de Prensa Latina
Hay una planta en el Cabo de los Ruiseñores que según dicen llegó de Los Andes. Cuentan además que tiene proteínas, vitaminas, minerales, y qué sé yo cuantas cosas más. Algunos ruiseñores comentan que es un cereal como el trigo, pero no lo es. Otros dicen que es un grano como el maíz, pero no se parece a un grano. Algunas ruiseñoras dicen que es una hortaliza cuando tierna, y un grano cuando madura.
Al fin de cuentas, la quinua, que así la llaman, puede ser todo eso y algo más. Además, y sobre todo, tiene una semilla de suave sabor que da un gusto diferente a cualquier plato, y también una imagen diferente. Es la planta de los dioses, y llevó mucho tiempo poder sembrarla y cultivarla.
Cuando llegaron los ruiseñores a Tierra Negra y se encontraron con esta planta, con esta semilla, recordaron que sus ancestros hablaban de ella en el Aquelarre de Zugarramurdi. Las brujas sembraban esta planta como una semilla sagrada. Alguien la llevó desde Los Andes para salvarla de la guerra y la destrucción. Pizarro y sus amigos, y los amigos de sus amigos, en su intento por destruirla, reemplazaron la quinua por los cereales. Así y todo sobrevivió. En Tierra Negra es alimento principal junto el amaranto y, de a poco fue llegando al mundo.
En las paredes de sus cabañas las brujas tienen pequeños papeles, con recetas traídas de muy lejos unas, de rincones andinos otras, creadas en Tierra Negra muchas. Por su nombre y la combinación llama la atención la receta de Zugarramurdi: un postre de quinua y maduro, con la dulzura de un aquelarre. Dicen las brujas de Tierra Negra, que solo es más dulce hacer el amor sin fin, o sea muriendo de placer.
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