“Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y vi un caballo bayo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía…” Ap. 6,7-8.
Guerra, Pandemia, Cambio Climático, el tríptico calamitoso que nos muestra la inminente posibilidad de la ¿sexta? extinción masiva en nuestro bello planeta azul.
Hágase la salvedad que esta vez no son trilobites o dinosaurios, sino nosotros mismos los que podemos desaparecer. Son las tres categóricas amenazas existenciales, que las sociedades basadas en el Capitalismo, no sólo se niegan a ver seriamente, más aún las generan y catalizan irresponsablemente.
“Guerra. Seamos serios, no le echemos la culpa a Rusia”
Por doquier hay conflictos armados. Etiopía, Yemen, Myanmar, Siria, Malí, Níger, Sudan/Darfur/Sudan del Sur, Burkina Faso, Somalia, Congo, Colombia, Mozambique, Afganistán, Palestina, Armenia, Azerbaiyán, etc.
Desde el 24 de febrero, la atención mundial de los grandes medios capitalistas está puesta en Ucrania, como si no existieran otros conflictos armados en el resto del planeta.
Más aún, como si no hubiera existido una guerra despiadada y genocida con decenas de miles de muertos contra las regiones ruso – parlantes de Lugansk y de Donetsk, o como también se le conoce, en el Donbás (cuenca del rio Don) desde 2014.
Grafico I
El politólogo Francis Fukuyama proclamó que la conclusión de la Guerra Fría marcó “el fin de la historia”, un triunfo de la democracia occidental capitalista y liberal sobre las ideologías del real progreso de la humanidad.
Creía este autor que el siglo XXI vería una sociedad posconflicto globalizada que avanzaría de forma determinista hacia la paz y la prosperidad colectivas.
La tesis de Fukuyama fue refutada de inmediato, no podía ser de otra manera, la historia no tiene fin. Además la esencia del capitalismo es absolutamente antagónica con tal “paz y prosperidad colectivas”.
“Cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra”, Fidel Castro Ruz, Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, llegó al núcleo mismo de las causas de la guerra, cuando era quizás el más joven jefe de estado en el mundo con 34 años, y estas palabras fueron pronunciadas en las Naciones Unidas, ante decenas de jefes de Estado, ya en septiembre de 1960.
En vez de paz, el terrorismo, los conflictos étnicos, las guerras “civiles” y las operaciones bélicas híbridas y especiales (técnicas utilizadas por las naciones capitalistas desarrolladas para hostigar o desestabilizar a los oponentes a través de medios no tradicionales) representaron la mayor parte de la violencia no estatal, intra- estatal e interestatal en el siglo XXI. Pero afortunadamente un conflicto nuclear aún no se ha producido, lo que no excluye en lo absoluto que sus posibilidades sean pocas.
A continuación, algunos comentarios sobre los principales conflictos bélicos de nuestro siglo:
Segunda Guerra del Congo (1998-2003)
La guerra más mortífera del siglo XXI hasta el presente, fue un conflicto que tuvo su génesis en el siglo XX e incluso antes. El genocidio de Ruanda, el derrocamiento y la muerte de Mobutu Sese Seko y la lucha étnica entre los pueblos hutu y tutsi fueron factores que contribuyeron directamente a la Segunda Guerra del Congo.
En mayo de 1997, el líder rebelde Laurent Kabila depuso a Mobutu y cambió el nombre de Zaire a República Democrática del Congo (RDC)., pero pronto se vio envuelto en una guerra civil con algunas de las fuerzas que lo habían elevado al poder. El tercio oriental de la República Democrática del Congo se convirtió en un campo de batalla sangriento, con los ejércitos de nueve países y una variedad de milicias afiliadas devastando y masacrando.
Angola, Namibia, Chad, Sudán y Zimbabue respaldaron a las fuerzas del gobierno congoleño de Kabila, mientras que las tropas de Burundi, Ruanda y Uganda apoyaron a los rebeldes anti-Kabila. Se estima que tres millones de personas, en su mayoría civiles, murieron en los combates o como resultado del conflicto.
La causa real son los descomunales recursos naturales de la cuenca del rio Congo y las fronteras absurdas establecidas por las potencias coloniales mucho tiempo atrás.
La guerra “civil” siria
Mientras la Primavera Árabe se extendía por Oriente Medio y el norte de África, los levantamientos “populares” organizados y apoyados por las potencias capitalistas encabezadas por los EE.UU. derrocaron a los gobiernos en Túnez, Libia, Egipto y Yemen, sumiendo a la región en un caos indescriptible del cual aún no han salido.
En Siria el presidente Bashar al-Assad respondió a las protestas con una combinación de concesiones políticas y mano firme contra el terrorismo incitado por los EEUU. e Israel. El levantamiento proporcionó un caldo de cultivo fértil para grupos extremistas como ISIS.
A medida que las potencias regionales y los países occidentales asumían un papel más importante en el conflicto, parecía inevitable que Assad fuera expulsado del poder.
En 2015, Rusia, apoyó militarmente al gobierno legítimo de Siria y revirtió el rumbo de la guerra. Cuatro millones de personas huyeron del país, mientras que millones más fueron desplazados internamente. Al menos 470.000 muertes fueron causadas directa o indirectamente por la guerra y esa cifra crece a diario.
Iraq
El gobierno de George W. Bush e Israel habían tratado de derrocar al gobierno de Saddam Hussein antes de los eventos del 11 de septiembre de 2001, pero el ataque terrorista más mortífero en la historia de los Estados Unidos proporcionaría el casus belli para la Guerra de Iraq .
Citando vínculos entre el régimen iraquí y al-Qaeda , así como la presencia en Iraq de armas de destrucción masiva- ambas afirmaciones que finalmente resultaron ser falsas-, EEUU. lanzó un ataque contra Iraq el 20 de marzo de 2003.
Cuando se retiraron las fuerzas de combate estadounidenses en agosto de 2010, habían muerto más de cuatro mil 700 soldados de la coalición; al menos 200 mil civiles iraquíes murieron, pero algunos estimados sitúan ese total mucho más alto.
La violencia sectaria que había asolado el país tras el derrocamiento del gobierno del BAAZ de Hussein dio lugar al Estado Islámico en Iraq y el Levante (ISIL, también llamado ISIS), un grupo sunita que buscaba establecer un califato en Iraq y Siria. Entre 2013 y finales de 2016, ISIL asesinó a más de 50 mil civiles.
Afganistán
A las pocas semanas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos comenzó a realizar ataques aéreos contra el régimen talibán en Afganistán.
Los talibanes, una facción islamista ultraconservadora que se había hecho con el poder con el apoyo directo de la CIA tras la retirada soviética de Afganistán, habían proporcionado un refugio seguro para al-Qaeda y su líder, Osama bin Laden, punta de lanza de los EEUU. contra los soviéticos.
Para diciembre de 2001, los talibanes habían sido expulsados del poder, pero tanto los talibanes afganos como sus homólogos paquistaníes recuperarían fuerza en las áreas tribales que se extienden a ambos lados de la frontera de esos dos países. Impulsaron el cultivo de amapola en las zonas bajo su control, y el comercio del opio financió gran parte de sus actividades militares.
Entre 2001 y 2016, se estima que un mínimo (pero muchísimos más en realidad) de 30 mil soldados y policías afganos y 31 mil civiles afganos murieron. Más de tres mil 500 soldados de la coalición liderada por la OTANperecieron y los talibanes pakistaníes mataron a 30 mil soldados y civiles. ¿Y los talibanes qué? Bien, gracias, de vuelta en el poder.
Guerra “civil” yemení e intervención wahabita
La fase actual de la guerra civil en Yemen tuvo su génesis en el levantamiento que derrocó al gobierno de ?ali?, dirigido por los rebeldes ?utis. En septiembre de 2014, los rebeldes entraron en Sanaa.
El conflicto se internacionalizó cuando una coalición liderada por Arabia Saudita invadió Yemen, con el uso de avanzadísimas armas que le venden los EEUU. y la Unión Europea. La mayoría de las muertes de civiles fueron el resultado de ataques aéreos de la coalición. Más de tres millones de yemeníes habían sido desplazados por la guerra y la hambruna.
Conflicto de Ucrania, parte principal (no la única) de la acción concertada para debilitar y/o destruir a Rusia
En noviembre de 2013, el presidente legítimo de Ucrania , V. Yanukovich , rechazó un desigual acuerdo de asociación con la Unión Europea a favor de lazos más estrechos con Rusia.
Kiev, la capital de Ucrania, estalló en protestas callejeras organizadas por los EEUU. y los manifestantes establecieron un campamento en Maidan Nezalezhnosti (“Plaza de la Independencia”) de la ciudad.
En febrero de 2014, grupos neo- nazis bien armados y organizados (fingiendo que eran las fuerzas de seguridad del gobierno) abrieron fuego contra los manifestantes, matando a decenas. La reacción resultante barrió a Yanukovich del poder. Casi de inmediato se produjeron las acciones pro– rusas en Crimea, Donetsk y Lugansk. En febrero de 2015 se firmó un alto el fuego que disminuyó, pero no detuvo, el derramamiento de sangre.
La guerra en el este de Ucrania que ya había cobrado antes del 24 de febero entre 14 mil y 17 mil muertes se unió a los conflictos en Transdniestria, las regiones de Osetia del Sur y Abjasia, el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán y revueltas en Kazajistán, todos ellos más o menos directamente creados o fomentados por EEUU. y la OTAN.
A principios de 2022, unas 100 mil personas, la gran mayoría civiles, habían muerto en las regiones ex– soviéticas. Intentos de caos en Belarús fallaron por la firme acción del gobierno de Aleksandr Lukashenko.
Las armas del Apocalipsis. Tabla I
Si los EE.UU. y la OTAN cruzan “líneas rojas” que están muy claramente establecidas por Rusia, el gigante euroasiático se va a defender con todo lo que tenga, incluyendo armas nucleares, punto. La capitulación de Gorbachov– Yeltsin no se va a repetir.
En un intercambio nuclear masivo entre Rusia y los EEUU., la humanidad probablemente no sobreviva y si algo sobrevive de ella, va a ser muy diferente a lo que es hoy.
Rusia dispone de un extraordinario poder nuclear, que no es inferior al de EEUU., pero este último país tiene la ventaja de centenares de bases en el exterior para proyectar sus armas nucleares, bases estas que deben ser aniquiladas.
Pero los modernos misiles hipersónicos rusos, son poco menos que indetenibles y marcan la paridad. Algunos ejemplos del poder de los vectores de las armas nucleares de vanguardia rusas serían los siguientes:
El RS-28 Sarmat, un misil balístico intercontinental armado con ojivas termonucleares (hasta 10 ojivas pesadas o 15 más ligeras). Un nuevo torpedo nuclear, el sistema multipropósito oceánico Status-6, capaz de crear un tsunami de hasta 500 metros de altura que contaminaría radioactivamente las costas enemigas con cobalto-60. Un vehículo hipersónico conocido como Avangard , capaz de realizar maniobras a 20 veces la velocidad del sonido, lo que lo hace «absolutamente invulnerable para cualquier sistema de defensa antimisiles». También posee Rusia un torpedo submarino de propulsión nuclear y un misil de crucero de propulsión nuclear (9M730 Burevestnik), ambos con alcance efectivamente ilimitado.
Como se observa, los EE.UU. y la OTAN pueden seguir con sus políticas agresivas contra Rusia, pero sin impunidad. El poderío ruso en armas nucleares es simplemente muy grande, como lo es asimismo el estadounidense. Nadie escaparía de la destrucción después de un intercambio que envuelva cientos o miles de ojivas nucleares.
Anoche tuve un sueño
Que nadie merecía
¿cuánto de pesadilla
Quedará todavía?
Yo soñé un agujero
Bajo tierra y oscuro
Y espero que mi sueño
No sea mi futuro.
Silvio Rodriguez. Sueño de una noche de verano. En “Causas y Azares” (1986).
rm/jro