El 20 de mayo de 1902 simboliza la desaparición del sistema colonial español que aherrojó a la isla durante 400 años y el fin de la primera intervención militar yanqui en Cuba.
Estas victorias del pueblo cubano no son poca cosa. Mediante la Constitución de 1901 se estableció el Estado Nacional cubano en forma de República. La fecha constituye un peldaño más en la larga batalla de nuestro pueblo por alcanzar la soberanía nacional y la justicia social.
Hay que aplaudir el advenimiento del Estado Nacional cubano y la Constitución de 1901 como su plasmación legal, que se extendió hasta la proclamación de la Constitución de 1940. Lo que hay que criticar y denunciar es la Enmienda Platt y las relaciones neocoloniales implantadas por el imperialismo norteamericano, pues el 20 de mayo también tiene un lado oscuro y de frustración.
Ese día se inauguró en Cuba otra forma de dominación extranjera, distinta al colonialismo español: el neocolonialismo norteamericano.
La aparente soberanía alcanzada escondía un yugo de nuevo tipo para la sufrida Nación cubana. También se debe destacar que este hecho refleja, a su vez, la fuerza del espíritu independentista de los cubanos.
Desde principios del Siglo XIX el gobierno norteamericano pretendía la anexión de Cuba. El empuje independentista impidió que en 1902 el imperialismo del Norte cumpliera ese objetivo. Los anexionistas tuvieron que ceder. No obstante, impedir la anexión fue una victoria parcial de nuestro pueblo.
Ante el rechazo de los cubanos, el imperio inventó una nueva fórmula explotadora y de disfrazada dominación: el neocolonialismo. El afán por concluir la obra independentista truncada fue un acicate que promovió posteriormente la formación antiimperialista del movimiento revolucionario de Cuba.
“La culminación de la obra de los libertadores de Cuba”
La plena independencia y soberanía nacionales se completaron 57 años más tarde, el 1 de enero de 1959. Fue la Revolución Cubana, encabezada por Fidel Castro, la que culminó la obra de los libertadores del Siglo XIX y suprimió las relaciones de explotación neocolonialistas.
El enero victorioso recogió lo mejor de los acontecimientos históricos precedentes del pueblo cubano; entre ellos, lo positivo del 20 de mayo de 1902. Sin la República establecida en esa fecha, los resultados de la heroica gesta insurreccional y antiimperialista de Cuba hubiera sido más difícil.
Los cubanos patriotas, que son los más, de dentro y de fuera, debemos rescatar el 20 de mayo como una fecha nuestra, con sus luces y sus sombras. Los avances logrados en ese momento histórico pertenecen a los cubanos que lucharon, luchan y lucharán por la independencia y soberanía nacionales.
Si rebajamos la conmemoración de la fecha, el imperio y sus secuaces anexionistas la tomarán como suya falseando la realidad histórica.
rmh/fvg
*Doctor en Ciencias Económicas.