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sábado 10 de mayo de 2025

Aunque los enemigos se nieguen a aceptarlo, en Cuba sí hay cambios, y significativos. (Parte I)

A los enemigos de Cuba no les gustan los ostensibles cambios que han ocurrido en nuestro país, porque están dirigidos a fortalecer y salvaguardar al socialismo, no para destruirlo y denigrarlo, como ellos desearían.

Quienes consideren que las transformaciones que se implementan para robustecer y consumar a cabalidad la construcción del socialismo en la sociedad cubana, no son realmente cambios, que ni se molesten en leer este artículo.

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La negación del Bloqueo (y sus efectos) es tan absurda que muchos enemigos no se atreven a hacerlo y buscan una variante, consistente en que “Cuba no hace lo suficiente” por quitar el susodicho engendro, que si el gobierno cubano “rechazó” lo ofrecido por Obama; hasta escuché a una persona- bastante inteligente por demás- decir el despropósito de que “Obama nos tiraba flores y de Cuba le tiraban piedras”.

Pero lo más frecuente es decir que Cuba no quiere hacer cambios y que los que hace son de naturaleza cosmética y de poca significación, que son consecuencia de “acordarse de Santa Bárbara cuando truena”. No importa, el objetivo es criticar a Cuba y a su gobierno, no importa lo que se haga, todo es malo para ellos “por definición”.

Los “cambios” no son todos económicos, en general se refieren a la consolidación de un “estado socialista de derecho”, pero la mayoría de ellos interaccionan con la economía (especialmente con la producción de bienes materiales y/o espirituales, que prefiero llamar intangibles) de una manera u otra. Pero cuando se cambia, esto se refiere a una diferencia de algo, es decir si subimos es que vamos a una cota más alta de la que sirvió de punto de partida y viceversa. Pero, ¿Cuál sería el punto de partida de los cambios actuales, con respecto a qué se medirían estos “cambios”? Aunque sea algo muy distante en el tiempo, esa cota debe establecerse a mi juicio, a partir de la “Ofensiva Revolucionaria” de 1968, uno de los más importantes momentos de la Revolución Cubana.

Se ha escrito en distintos medios supuestamente “objetivos”, opiniones que pretenden menoscabar la Ofensiva Revolucionaria y creo que el designio de casi todos ellos es desacreditar la Revolución Cubana y desviar el enfoque de todos hacia algo que ocurrió en muy diferentes condiciones históricas y sociales. No hay ninguna “objetividad” en los medios enemigos, sino los deseos de vilipendiar a Cuba y su historia reciente, insisto fehacientemente en el viejo refrán de “palos si bogas y palos si no bogas”.

Quiero defender la Ofensiva Revolucionaria con sus pros, contras, valiosas enseñanzas y el propósito de no repetir lo fallido e insistir denodadamente en continuar lo bueno. Como defiendo los cambios actuales que se implementan en Cuba, con su gobierno y pueblo en profundo contacto con la realidad.

Contexto político, económico y social de la Ofensiva Revolucionaria

En enero de 1968 se produjo el desmantelamiento de la “microfracción”, en la que un muy reducido grupo de cubanos de “izquierda” encabezados por un ex alto dirigente del antiguo Partido Socialista Popular y del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (separado por sectarismo), atentó de nuevo contra la unidad de las filas del Partido y de la Revolución, y también intentó abrir una brecha entre el PCC y la URSS/ Campo Socialista.

A nivel internacional, después de la Crisis de Octubre y de la invasión a la República Dominicana en 1965, el poderío del imperialismo estadounidense en la región era casi total. Solo Cuba desafiaba los dictados de la superpotencia imperialista.

En agosto 21, las tropas soviéticas y de otros países del Pacto de Varsovia entraron en Checoslovaquia, donde ya venía ocurriendo desde hacía algún tiempo un proceso de destrucción artero y disimulado del socialismo.

La guerra de Vietnam estaba en pleno apogeo, en medio de la heroica Ofensiva del Tet.

Como se observa, el escenario internacional no podía ser más complejo para Cuba y su Revolución, y eso se reflejaba directamente en su política interna.

Para quienes deseen una información más detallada, la fuente más certera acerca de la Ofensiva Revolucionaria es el discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el XI aniversario del heroico Asalto a Palacio [1]

Durante la Ofensiva Revolucionaria, 55 mil 636 de los pequeños y micro negocios que existían en el país, fueron intervenidos y una cantidad apreciable de ellos continuaron su labor como propiedad del estado cubano, no siempre con éxito. Otros fueron simplemente cerrados, principalmente bares y puestos de fritas. Del total arriba mencionado, existían: 11 mil 878 comercios de víveres (bodegas), tres mil 130 carnicerías, tres mil 198 bares, ocho mil 101 establecimientos de comida (restaurantes, friterías, cafeterías, etc.), seis mil 653 lavanderías, tres mil 643 barberías, mil 188 reparadoras de calzado, cuatro mil 544 talleres de mecánica automotriz, mil 598 artesanías y tres mil 345 carpinterías.

La mayoría, si no todas, de estas pequeñas empresas eran el epítome de la propiedad privada, del individualismo y de contribuir mayormente al enriquecimiento personal de los propietarios y a la explotación de sus trabajadores. Una cantidad apreciable de ellas eran propiedad de emigrantes españoles, chinos y libaneses entre otros. La mayoría de los dueños tenía posiciones políticas adversas a la Revolución, y algunos conspiraban contra ella, disponiendo de recursos económicos y de otro tipo para perjudicarla. Eran la representación de una clase social muriente con un enfoque que no estaba dirigido a satisfacer las necesidades del pueblo o apoyar la construcción del socialismo, de ninguna manera.

También fue cerrada unos días más tarde, de forma completamente inconexa con lo antes mencionado, una vigorosa y exitosa entidad estatal: El Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV). Tema este que quiero visitar brevemente, por el tremendo reto que aún constituye el problema de la vivienda en nuestro país, que es una de las causas impulsoras de la grave emigración de jóvenes ciudadanos.

El Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas y la diferencia entre sueño y utopía

Lotería Nacional, Renta de la Lotería Nacional o Lotería de Cuba fueron varios de los nombres que recibió una Lotería creada ya durante la época colonial en la hoy República de Cuba y que existió hasta 1959. Durante la colonia y antes del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 devino en fuente de lucro e inmoralidad y un poderoso instrumento de corrupción política al servicio de los gobernantes del país.

El 16 de febrero de 1959, el Líder de la Revolución Fidel Castro Ruz anunció la creación del Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), presidido por la destacada militante Ortodoxa y combatiente del 26 de Julio, Pastorita Núñez.

La Revolución cubana ideó una fórmula de que los billetes adquiridos para los sorteos de la Lotería no perdieran el valor, ni siquiera aquellos que no eran premiados, sino que se constituyeran en bonos de ahorro y ganasen incluso intereses. Ello hizo posible que el sistema de juego se transmutara en un sistema de ahorro. En su primer año de vida, el INAV construyó el reparto Camilo Cienfuegos, en la Habana del Este, con mil 360 viviendas, un centro comercial, campos deportivos, parques y áreas verdes. También construyó numerosas casas en el Wajay y otros lugares No dispongo de estadísticas confiables, pero muchos miles de casas y apartamentos, fueron construidos en diversas partes del país. El último sorteo del INAV se realizó en Cuba el sábado 16 de marzo de 1968.

El Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), ¿Daño colateral?

Dentro de la Ofensiva Revolucionaria, en el mismo contexto temporal pero no conceptual, se produjo el cierre del INAV, algo que aun desafía la razón. Como decíamos arriba, en 1959 fue creado el Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), con el objetivo de liquidar los juegos ilícitos de azar (la bolita), otras corruptelas batistianas como la Lotería Nacional y recaudar fondos para la construcción de viviendas para el pueblo. Su éxito fue indudable. Las obras del INAV no han sido superadas en calidad de ejecución y diseño por ningún otro plan de construcción de viviendas sociales en Cuba a lo largo de más de 50 años.

Pastorita Núñez

Se cerró el INAV y algunas personas compensaron su ausencia con la antisocial y ancestral “bolita”, tan resistente a los antibióticos. La lotería regulada y controlada por el INAV y el Gobierno Revolucionario fue sustituida por los números de Puerto Rico y Miami, la recaudación dejó de recibirla el país y pasó a las manos de elementos indeseables de la sociedad cubana.

Muchas decisiones del proceso de la “Ofensiva Revolucionaria” en el que pereció repentinamente el INAV, han sido revertidas con el tiempo, en una nueva fase que ha convertido a las MIPYMES en nuevos y poderosos actores económicos al servicio de la sociedad cubana. Hay bares, barberos, paladares, artesanos, carpinteros, energía renovable, producción de cosméticos y muchas otras actividades económicas privadas y mixtas, muchas de ellas completamente nuevas y sin parangón con las que desaparecieron en la Ofensiva Revolucionaria. Las que no conspiran de ninguna manera, sino que respaldan vigorosamente, la construcción del socialismo cubano. En el futuro serán muchísimo más importantes, incluyendo inversión extranjera, de cubanos residentes en el exterior, entre otros aspectos.

Con la experiencia del tiempo hemos aprendido que eliminar al INAV no significó, ni de lejos, eliminar el juego. Como no vender alcohol legalmente no significa que la gente no lo consuma, solo que los ingresos se van a los bolsillos de los malandros, que producen sin controles de calidad, para más desgracia. La creación de una “Lotería Socialista Pastorita Núñez”, le daría impulso material y entusiasmo espiritual a la construcción y reparación de viviendas en el país, y, en un formidable doble efecto, el dinero que ahora va a parar a manos de delincuentes, “luchadores” y “vivos de la calle” seria restituido a la nación para ser usado en paliar y mejorar el agudo problema habitacional. El ser humano necesita soñar, no lo olvidemos. Parte significativa del esfuerzo de hoy es detener “el desánimo” y acrecentar el optimismo. Una idea sobre esta sugerencia seria:

• No tener premios en efectivo. Por ejemplo el Premio Grande en épocas de la colonia y la republica equivaldría a 1.2 – 1.5 millones de USD hoy en día.

• Tener muchísimos premios, que irían desde un automóvil, a una cena para dos en un buen restaurant, pasando por motos, aires acondicionados, televisores y mil cosas más. En unos momentos tan difíciles como los actuales, cualquier alegría enfrenta al desánimo que nuestros enemigos se esmeran en generar.

• Mantener el concepto de ahorro del INAV con los billetes no triunfadores.

Dedico este breve comentario a la memoria de la gran revolucionaria cubana Pastorita Núñez González, expresándole el agradecimiento de los muchísimos cubanos que han habitado las estupendas viviendas (llamadas casas o barrios de Pastorita aun hoy, muchas décadas después) que, junto al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ella impulsó y construyó.

Cuba y el mundo en 1968 y en la actualidad

La Cuba en 1968 y la Cuba actual son muy diferentes. Algunos elementos de comparación y/o disimilitud serian: En 1968 la población cubana crecía aceleradamente al 2.2 por ciento anual [1], tenía unos ocho millones de habitantes, creíamos que pronto llegaría “la abundancia”, como la gente de mi edad de seguro recordarán. En el 2022 la población cubana, unos 11 millones y fracción, lleva ya varios años sin crecer, en realidad disminuyendo, y el envejecimiento poblacional junto a la emigración de jóvenes profesionales, presenta nuevos y apremiantes retos económicos y sociales para el pueblo y el gobierno cubanos.

Ya en 1968 se comenzaba a importar alimentos que se podían producir en el país y el Comandante el Jefe alertaba [1] sobre este mal con el ejemplo de la insuficiente producción e importación de leche. Aun hoy 54 años más tarde, estamos esforzándonos por sustituir importaciones, con impactos muy negativos en la economía nacional y un campo donde faltan brazos (sobre todo brazos jóvenes) [2] para tener la muy pregonada independencia alimentaria, que con mucho dolor digo, se ha vuelto un trabajo de Sísifo. No deseo mencionar la zafra azucarera.

Existía entonces y lamentablemente tovavía perdura, muy feroz e intensificado, el cruel e ilegal Bloqueo económico, comercial y financiero de los EE.UU. contra Cuba. Su efecto es acumulativo, es llover sobre mojado y se requieren los cambios que se están produciendo hoy día con la mayor decisión y celeridad.

Cuba dispone hoy día de un gran desarrollo educacional y científico, como lo ha demostrado de forma dramática el enfrentamiento a la Pandemia de COVID -19. Cuba posee muchos positivos indicadores internacionales como alto índice de desarrollo humano, bajo índice de pobreza, alfabetización, baja criminalidad, excelente coeficiente de Gini y una desigualdad de ingresos (aunque aún muy bajos), mucho menor que otros países, entre otros indicadores.

Debemos partir de un punto principal, que es el centro de los “cambios” que se producen en nuestra sociedad: El pueblo cubano en su vasta mayoría está decidido a construir una sociedad socialista próspera, sostenible y humana, reconoce el papel rector del Partido Comunista en la sociedad. Por ello, insisto sin temor a la repetición: los “cambios” solo tienen sentido para perfeccionar y hacer posible una sociedad socialista en toda su amplitud.

La unidad del pueblo hoy es más fuerte que en 1968, y se ha avanzado en la reducción del racismo, ha mejorado significativamente la igualdad de género, muy disminuida la homofobia y otras discriminatorias mezquindades. Existe una gran tolerancia religiosa (tema sobre el cual hay abundante y malintencionadas falsificaciones de la realidad) y de creencias, en fin, un notable fortalecimiento de la sociedad civil cubana. El pueblo votó y aprobó por amplia mayoría la nueva Constitución el 24 de febrero de 2019.

Muchas de las actividades económicas que pasaron al estado en 1968 hoy están en manos no-estatales (con lo que estoy totalmente de acuerdo), muy pocas no. En fin, esa es la dinámica del “camino hacia lo ignoto” y del planteamiento medular de Fidel Castro: “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado”.

¿Fue correcta y exitosa de Ofensiva Revolucionaria? ¿No fue contradictoria a los cambios de hoy?

Mi opinión es que sí, fue correcta y exitosa, y fue un paso de avance en aquel ya lejano entonces, en dirección al socialismo. No solamente correcta, también imprescindible. La Ofensiva Revolucionaria fue parte inseparable de la Revolución. Decir que no fue buena, o apresurada o rígida es, a mi juicio, totalmente incorrecto. Yo creo que fue una decisión acorde con la época y el momento que vivía Cuba, y por ello a 54 años de distancia respaldo de corazón lo que se hizo, aunque los resultados no fuesen siempre los que entonces se esperaban. Juzgar los hechos históricos con los paradigmas del presente es un error baladí y casi siempre perjudicial.

MIPYMES

Hoy, Cuba sigue adelante con nuevos retos muy, pero muy exigentes, que también hay que conquistar, con la misma determinación que en 1968. Los cambios, una de cuyos principales manifestaciones son las MIPYMES (mayormente privadas) y las cooperativas no agropecuarias, que ya son muchos miles en el país en su fase inicial, se estima que generen ahora muchas decenas de miles de nuevos puestos de trabajo en la producción y los servicios (muy, pero muy poquitos en burocracia, de los que ya tenemos suficientes, si no en exceso), que van desde actividades de menor sofisticación, pero no menos necesarias, hasta aquellas que operan en el Parque Científico y Tecnológico de La Habana, por poner un ejemplo. Son y serán aún más, una parte muy importante de la economía mixta, con predominio de la Empresa Estatal Socialista renovada, que es imprescindible para el Socialismo, próspero, viable y humano que se construirá en Cuba.

Las MIPYMES están al servicio de las necesidades de la sociedad, no de individuos, son parte inseparable de la sociedad socialista, y para nada impasibles actores que tomaban todas las ventajas que daba la Revolución ofreciendo muy poco a cambio o incluso con frecuencia oponiéndosele, como lo fueran las empresas privadas del 1968.

El establecimiento legal de las MIPYMES no es un salto atrás a estructuras clasistas anteriores, sino un paso adelante para poder resistir y vencer al cruel Bloqueo que trata de asfixiar a Cuba y hacia más socialismo en la sociedad cubana. La lucha contra las carencias y la mejora del nivel económico del pueblo es hoy tan protagónica como por largo tiempo lo ha sido quizás aún más críticamente importante, primerísima y urgentísima prioridad de la nación, es muy necesario concretarla más y que sea bien evidente para el pueblo.

Reseñamos a la Ofensiva Revolucionaria como una fuente inextinguible de aprendizaje y de perfeccionamiento, que no debemos desaprovechar de ninguna manera. Mantener y profundizar todo lo que ha servido a la causa de la construcción del socialismo en Cuba tiene la mayor importancia, por otra parte no tropezar dos veces con la misma piedra es asimismo esencial.

Pero sobre todo no prestar atención a las críticas, hipercríticas y calumnias abiertas del enemigo. Con las medidas que se tomen, desde siempre (como por ejemplo la Ofensiva Revolucionaria) hasta hoy será “palos si bogas, palos si no bogas”. No debemos olvidar que el objetivo de esas críticas, es y será siempre acabar con la Revolución, que solo puede ser destruida desde dentro como dijera Fidel.

rm/jro

*Ingeniero cubano residente en los EE.UU.

Referencias bibliográficas

[1] Fidel Castro Ruz, discurso por el XI aniversario del Asalto al Palacio Presidencial. http://cuba.cu/gobierno/discursos/1968/esp/f130368e.html

[2] Ver entre otros Jose Luis Rodríguez. Varios artículos publicados en Cubadebate y otras publicaciones

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