El tema de los recursos es de permanente trascendencia geopolítica. Por ello creo que es importante una digresión al respecto, relacionándolo tanto con el conflicto en Taiwán, como con el de Ucrania, y de cómo, más allá de la estrategia dirigida a avasallar a Rusia y a China y de convertirlas en potencias de segunda categoría, ese asunto desempeña también un importante (si no primordial) papel en fomentar pugnas tan graves que pueden conducir al fin de la humanidad.
En artículo anterior había analizado con alguna profundidad las riquezas de Ucrania (1), entre ellas una amplia variedad de recursos energéticos, minerales metálicos y no metálicos, aproximadamente el cinco por ciento de los recursos del mundo, con más de 20 mil depósitos de 194 minerales. Posee una de las principales reservas mundiales de manganeso, hierro y materias primas no metálicas. La inversión para el estudio y la exploración de estos recursos, su puesta en producción y la infraestructura vial, ferroviaria, energética, portuaria, oleoductos, gasoductos, etc., fue hecha durante la época soviética a un costo estimado en cientos de miles de millones de dólares.
Ahora, a tenor del visible agravamiento del conflicto en Taiwán, es preciso analizar los recursos relacionados con el entorno del Pacifico. Es un océano de enfrentamientos y deterioro ecológico. A pesar de su enorme tamaño (tres millones 380 mil kilómetros cuadrados), el Mar de China Meridional se ha convertido en un microcosmos de las tensiones geopolíticas entre Oriente y Occidente, donde las luchas territoriales por abundantes recursos naturales pueden algún día conducir a la guerra y/o al colapso ambiental.
Si bien aún acecha la amenaza de un conflicto militar devastador entre China y Estados Unidos en la región, el Mar Meridional de China ya ha experimentado daños irreparables. Décadas de sobreexplotación, por ejemplo, han tenido un impacto desastroso en los peces que alguna vez abundaron en sus aguas. Las poblaciones de atún, caballa y tiburones han caído al 50 por ciento de sus niveles de los años 1960. Los atolones de arrecifes de coral biológicamente críticos, que luchan por sobrevivir al aumento de las temperaturas del océano, también están siendo enterrados bajo arena y limo a medida que el ejército chino reclama y construye sobre las disputadas Islas Spratly, un archipiélago de 14 pequeñas islas y 113 arrecifes. Taiwán, Filipinas, Malasia y Vietnam también han reclamado muchas de las mismas islas.
Quizás nadie debería sorprenderse, ya que los depósitos de petróleo y gas abundan en el Mar de China Meridional. El gobierno estadounidense estima que 11 mil millones de barriles de petróleo y 190 billones de pies cúbicos de gas natural están listos para ser extraídos de su lecho. Algunos creen que estas reservas de combustibles fósiles están ayudando a- sí, ¿cómo puede alguien no utilizar la palabra?- alimentar la agitación que envuelve cada vez más a la región.
Este año, la Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia, con sede en Washington, informó que varios países están llevando a cabo nuevos proyectos de desarrollo de petróleo y gas en esas aguas en disputa, lo que, según señala la organización, podría convertirse en un «punto de inflamación en las disputas». Entre 2018 y 2021, hubo numerosos enfrentamientos entre China, Vietnam y otros países del Sudeste Asiático por las operaciones de perforación allí, y aumentan los temores de que se avecinan confrontaciones aún más graves.
Estados Unidos, por supuesto, culpa de todo esto a China, alegando que sus agresivos proyectos de recuperación de islas violan el derecho internacional y “militarizan una zona ya tensa y en disputa”. Sin embargo, es Washington quien está desempeñando un papel importante en el aumento de las presiones en la región al aceptar suministrar a Australia submarinos de propulsión nuclear como parte de su pacto de seguridad entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos (AUKUS). El objetivo, sin duda, es frenar la actividad china con la amenaza del poder militar occidental. «Los próximos pasos podrían incluir basar plataformas estadounidenses con capacidad nuclear, como bombarderos estratégicos, en Australia, así como cooperación en misiles hipersónicos, operaciones cibernéticas y computación cuántica», escribe Derek Grossman, de la Rand Corporation, la “academia paramilitar” de la política de defensa estadounidense. (Y, de hecho, el Pentágono evidentemente se está preparando para desplegar pronto los primeros B-52 con capacidad nuclear en ese país).
El 25 de agosto, en asociación con Australia y Filipinas (donde Washington se prepara para ocupar bases cada vez más cercanas a China), los marines estadounidenses practicaron la retoma de una “isla” supuestamente capturada por fuerzas hostiles. En ese ejercicio, mil 760 soldados australianos y filipinos y 120 marines estadounidenses realizaron simulacros de desembarco en la playa y maniobras de asalto aéreo en Rizal, una pequeña ciudad en la provincia occidental de Palawan en Filipinas, que de hecho está frente al Mar de China Meridional.
“Se puede hacer mucho daño a Australia antes de que cualquier adversario potencial ponga un pie en nuestras costas y mantener el orden basado en reglas en el Sudeste Asiático, mantener la seguridad colectiva del Sudeste Asiático, es fundamental para mantener la seguridad nacional de nuestro país.”, dijo el Ministro de Defensa australiano, Richard Marles, sobre los ejercicios militares conjuntos.
Al igual que el propio AUKUS, esos juegos de guerra tenían como objetivo enviar un mensaje: China, tenga cuidado. Los recursos del Mar de China Meridional no están a su alcance, no se atrevan.
Pero he aquí una pregunta para considerar: ¿todo este ruido de sables internacional se refiere únicamente a los combustibles fósiles? Las rutas comerciales que atraviesan la zona también son vitales para la economía china, mientras que sus pesquerías representan el 15 por ciento de la captura mundial. Sin embargo, ni sus rutas marítimas bien utilizadas, necesarias como son para el flujo de mercancías a nivel mundial, ni esas pesquerías explican completamente la controversia cada vez mayor sobre la región. Después de haber explotado los recursos pesqueros de ese mar durante décadas, China se está convirtiendo ahora en un líder mundial en piscicultura, que ya representa el 72 por ciento de la producción pesquera nacional. También es cada vez más cierto que los combustibles fósiles tienen una vida útil distinta. Pero, ¿es posible que otro conjunto de recursos naturales, posiblemente más cruciales para el futuro económico de las superpotencias globales, se sume al creciente furor territorial sobre quién posee los bienes en el Mar de China Meridional?
La minería de los recursos oceánicos puede convertirse en una rapiña de los EE.UU. y sus aliados, como lo fuera el reparto de África en el siglo XIX entre las grandes potencias coloniales de entonces
Podríamos llamarlo una carrera hacia el abismo. En diciembre de 2022, China presentó su Ocean Drilling Ship , un buque de minería de aguas profundas (DSM) del tamaño de un crucero de batalla que estará operativo en 2024. Sin embargo, en lugar de armamento, el barco está equipado con equipos de excavación avanzados capaces de perforar. a profundidades de 32 mil pies (nueve mil 753.6 metros).
En tierra, la P.R. China tiene un considerable control sobre metales considerados vitales para el desarrollo de energías “verdes”, incluidos el cobalto, el cobre y el litio. Actualmente, la R.P. China produce el 60 por ciento del suministro mundial de estos metales “verdes” y ahora están explorando los abundantes recursos que existen bajo el fondo del océano, no porque los necesiten de inmediato, sino para saber cuántos de estos recursos son reales, e impedir que caigan en otras e irresponsables manos. Según algunas estimaciones, el fondo marino del mundo puede contener mil veces más elementos de tierras raras que bajo la superficie de la tierra.
Es difícil creer que devastar las profundidades del océano en busca de minerales para baterías eléctricas y otras tecnologías pueda ofrecer una forma sostenible de defenderse del cambio climático. Después de todo, en el proceso, es probable que dicha minería submarina tenga un impacto catastrófico, incluida la destrucción de la biodiversidad . En este momento, es imposible evaluar exactamente qué tipo de daño causarán tales operaciones, ya que la minería en aguas profundas está ausente hasta ahora de evaluaciones de impacto ambiental. (¡Qué conveniente para quienes discuten sobre lo cruciales que serán para producir un futuro más verde y sostenible!).
El Tratado de Alta Mar de la ONU, ratificado en marzo de 2023, no incluyó normas ambientales que regulen tales prácticas después de que la R. P. China bloqueara cualquier discusión sobre una posible moratoria sobre la explotación de los fondos marinos (2). A partir de 2022, China posee cinco contratos de exploración emitidos por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) de la ONU, lo que le permite realizar pruebas y tomar muestras del contenido del fondo del océano. Si bien ese organismo de la ONU puede dividir dichos contratos, no tiene poder para regular la industria en sí, ni el personal para hacerlo. Esto ha preocupado (porque los hace la R.P. China, cuando se trata de EE.UU reina un silencio absoluto) a los científicos de que la minería ilimitada en aguas profundas pueda causar daños irreparables, incluida la muerte de criaturas marinas y la destrucción de hábitats delicados.
«Apenas hemos arañado la superficie de la comprensión de las profundidades del océano», dijo el Dr. Andrew Chin, asesor científico de la Fundación Save Our Seas, con sede en Australia.
“La ciencia apenas está comenzando a apreciar que las profundidades del mar no son un vacío, sino que están repletas de formas de vida maravillosas y únicas. Los ecosistemas de aguas profundas forman un reino interconectado con aguas medias y superficiales a través del movimiento de especies, flujos de energía y corrientes. La minería de nódulos no sólo resultará en la pérdida de estas especies y dañará los fondos marinos profundos durante miles de años, sino que también tendrá consecuencias negativas para el resto del océano y las personas que dependen de su salud”.
A otros les preocupa que la ISA, incluso si tuviera la autoridad para regular la industria en ciernes, no lo haría tan bien. “La ISA no sólo favorece los intereses de las empresas mineras por encima del consejo de los científicos, sino que sus procesos para la aprobación de la EIA (evaluación de impacto ambiental) son cuestionables”, dice la Dra. Helen Rosenbaum, de la Campaña Minera en Mares Profundos.
Esto nos lleva de nuevo al Mar de China Meridional, que, según investigadores chinos, alberga grandes reservas de metales preciosos “estratégicamente importantes”. La R. P. China ya ha estado explorando fervientemente depósitos de nódulos polimetálicos que contienen una serie de metales utilizados en prácticamente todas las tecnologías ecológicas. Y eso es anatema para Occidente.
«Conocer la distribución de los nódulos polimetálicos nos ayudará a elegir un lugar para experimentar con la recolección, que es uno de los objetivos principales de la misión», dijo Wu Changbin, comandante del Jiaolong, un submarino que los descubrió precisamente en el Mar de China Meridional.
No sorprende que Estados Unidos- a la zaga de China en la adquisición de minerales para tecnologías verdes- haya estado siguiendo de cerca a la competencia. En 2017, un avión espía P3-Orion de la Armada realizó repetidos sobrevuelos de un buque de investigación chino cerca de la isla de Guam. Los científicos a bordo supuestamente estaban mapeando el área y colocando dispositivos de monitoreo para futuras exploraciones en aguas profundas.
La historia es muy parecida en el Mar de China Meridional, donde Estados Unidos ha llevado a cabo numerosas operaciones de vigilancia para seguir las actividades chinas allí. En mayo, un avión de vigilancia RC-135 de la Fuerza Aérea fue interceptado por un avión de combate chino J-16, lo que provocó un revuelo internacional. Sin dar, en primer lugar, alguna justificación de por qué un avión espía estadounidense estaba allí, el Secretario de Estado Antony Blinken rápidamente señaló la imprudencia de China. “El piloto chino tomó medidas peligrosas al acercarse muy, muy de cerca al avión”, afirmó. «Ha habido una serie de acciones de este tipo dirigidas no sólo a nosotros, sino a otros países en los últimos meses», acotó.
Si bien estas disputas sin duda tienen mucho que ver con el control de los combustibles fósiles, el petróleo y el gas natural no son los únicos recursos de la región que son vitales para la R. P. China y otros países de la región.
rmh/jro
Notas
1. Ver: http://www.cubadebate.cu/especiales/2022/02/27/quienes-se-benefician-de-la-crisis-en-ucrania/
https://www.prensa-latina.cu/2023/03/03/recursos-de-ucrania-y-politica-imperial-de-estados-unidos
2. Es decir, los EEUU. y sus aliados se vieron rezagados de la R.P. China en el estudio de los recursos oceánicos y propusieron paralizar tales trabajos mientras ellos estuvieran listos para hacerlo. No hay límites para el cinismo de los “unipolares”.