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miércoles 6 de noviembre de 2024

Estados Unidos, una democracia que destila injerencia

“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar de miseria la América a nombre de la libertad”. General Simón Bolívar.

Definitivamente Anthony Blinken se considera el arquitecto de la desestabilización y subversión política e ideológica estadounidense en la administración de Joe Biden, que atraviesa un cuadro “de salud”, a quien diagnosticaron parálisis nuclear progresiva, cuyos síntomas generan “pérdida del equilibrio al caminar, problemas en el habla, cambios en el estado de ánimo, depresión, apatía y demencia leve”, generando una incompatibilidad para administrar el gobierno federal.

Por Luis Ernesto Guerra

Colaborador de Prensa Latina

Blinken, desde que asumió sus funciones como secretario de Estado, adquirió suprapoderes que lo han mantenido de cabeza, metido en acciones desestabilizadoras en la región Nuestroamericana, Asia Occidental, Oriental y otros contextos geográficos territoriales, aplastando el acelerador de injerencia de manera específica en las democracias soberanas de Cuba, Nicaragua y Venezuela Bolivariana, que no responden al patrón de democracia del consenso y establecimiento estadounidense, modelo paradigmático, ya aplicado en Palestina, Franja de Gaza, Líbano, Iraq, Irán, Siria y todos los territorios con campos de refugiados palestinos, secundando el genocidio del Estado de Israel, que está arribando al año de las operaciones de exterminio de la niñez, adolescencia, de mujeres en estado de gravidez, que los han reducido tan solo a datas e indicadores y justificadas por declaraciones del presidente de EEUU, Joe Biden, así como el asesinato del líder de Hezbolá Seyed Hasan Nasralá y sus colaboradores más cercanos, atacados el pasado viernes 27 de septiembre con bombas antibúnkeres de fabricación estadounidense en el suburbio de Beirut, en otro flagrante acto de terrorismo por parte del régimen de Tel Aviv en el Líbano, condenado internacionalmente.

Joe Biden

“El domingo 29 de septiembre, Biden afirmó que busca poner fin a la agresión israelí, calificó el uso por parte de Israel de bombas antibúnkeres que destruyeron edificios altos en el Líbano, como una medida de justicia, mientras compartió una imagen de los devastadores ataques aéreos en el Líbano, que redujeron los edificios a escombros”.

Irán en legítima defensa frente a la recurrente violación del derecho internacional, y los diferentes instrumentos que rigen a las Naciones Unidas por parte de Israel y su primer ministro Benjamín Netanyahu, que ha significado martirizar a líderes de la resistencia en la región, respondió el 1 de octubre con el lanzamiento de cerca de dos centenares de misiles hipersónicos, atacando objetivos estratégicos israelíes.

Ya es conocida esa bifacial táctica y estrategia estadounidense contaminada de prácticas fascistas, neofascistas y antidemocráticas, mediante una lectura y aplicación de los instrumentos de derechos humanos, desde su parafernalia preñada de recurrentes violaciones.
Ben Norton, destacado periodista, en la red X denunció la complicidad de Estados Unidos en la masacre en curso en Gaza y Líbano.
“Estos criminales de guerra estadounidenses están patrocinando un genocidio colonial en Gaza y una guerra de agresión contra el Líbano. No en vano la Corte Internacional de Justicia de La Haya acusó a los funcionarios israelíes de crímenes contra la humanidad y sus crímenes no serían posibles sin las armas y el apoyo proporcionados por la administración Biden”, manifestó.

Ahora arrecian con todas sus puntas de lanza y operadores como regímenes latinoamericanos, que se han convertido en sumisos y subordinados patios traseros de subversión política e ideológica y una descarada injerencia en contra de la República Bolivariana de Venezuela, en donde el pueblo venezolano refrendó en las urnas el pasado 28 de julio el respaldo al presidente en funciones Nicolás Maduro Moros, y al proyecto político de la Revolución Bolivariana.

Al parecer a cinco semanas del proceso electoral en Estados Unidos, frente al deteriorado estado de salud del presidente Biden, hay una enconada disputa por el control de la Casa Blanca.

Kamala Harris alejada de la administración y concentrada en la campaña electoral para vencer a Donald Trump, el Estado profundo remueve sus fichas en el tablero de ajedrez geopolítico y apunta a incrementar las sanciones en contra de Venezuela, que superarán las 930 hasta ahora.

María Corina Machado, la operadora más nefasta, se las juega por el todo.

Al parecer han puesto como fecha tope el 10 de enero del 2025, posesión del presidente reelecto Maduro Moros, para atacar con los mercenarios y comanditos entrenados para cometer magnicidio y apoderarse violentamente del Palacio de Miraflores, sede del poder ejecutivo venezolano.

Mientras tanto flota un velo de descaro e impunidad del otrora hegemón estadounidense en abanderarse como el bastión de la democracia y los derechos humanos desde su rasero bélico, armamentista e injerencista.

“Blinken utilizó la 79ª Asamblea General de Naciones Unidas, secundado por Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, convocó a varios cancilleres iberoamericanos y representantes de Unión Europea para plantear que ellos tienen un férreo compromiso en la defensa de los derechos humanos del pueblo venezolano, para restaurar el futuro democrático de Venezuela”, como lo han hecho históricamente, a lo largo de los 25 años de la Revolución Bolivariana de Venezuela y la evidencia más nefasta está a la vista: Palestina, Líbano.

El clan imperialista y el lobby sionista se frotan las manos.

Empero, el poder comunal fusionado con la unión cívico-militar-policial defenderán la voluntad soberana del sujeto pueblo, es decir, del poder comunal, que decidió hace 25 años ir al Socialismo Bolivariano, que tiene una profunda impronta de la justicia social y el derecho humano de vivir en paz.

arb/leg

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