De conformidad con el Comité Permanente de Derechos Humanos de Guayaquil, se han cometido 27 desapariciones forzadas, 16 casos tienen medidas cautelares y nueve corresponden a niños.
Es repugnante como se está criminalizando la pobreza y el perfilamiento a niños afro guayaquileños.
Las Fuerzas Armadas están entrenadas para combatir al enemigo interno, pero cuatro niños que jugaban fútbol fueron detenidos arbitrariamente por una patrulla militar, posteriormente torturados, ejecutados extrajudicialmente e incinerados y botados en un manglar.
Es importante preguntar: ¿Qué procedimientos están utilizando en los denominados operativos en los que se utilizó cerca de 200 efectivos militares y policiales, actúan francotiradores, que ingresan abruptamente a barrios guayaquileños azotados por el empobrecimiento y el perfilamiento de ser étnicamente afro guayaquileños?
No hay respuesta, total silencio del régimen de Noboa, mientras un enrarecido aire a hidrocarburos, hartazgo, al estridente ruido de cláxones, de miedo, se disemina en los barrios de Guayaquil, azotados por pobreza multidimensional, exclusión y discriminación.
Son niños que soñaron algún día vestir los colores de la camiseta de la selección de fútbol del Ecuador.
Al parecer, esto no es fortuito, tampoco error como manifestó el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Se han cometido delitos de desaparición forzada, que configuran un crimen de Estado, por agentes del Estado, con el uso de vehículos y armas suministradas con el dinero del pueblo ecuatoriano.
Si acudimos e interpelamos a la memoria y la historia, nos encontramos con la desaparición forzada de los hermanos Santiago y Andrés Restrepo Arismendi, ocurrida en el régimen neofascista de León Febres Cordero, el 8 de enero de 1988, en las perversas manos del denominado SIC10, en donde emergió una estructura represiva, que tuvo asesoramiento de un exagente del Mossad israelí, Ran Gazit, cuyo objetivo fue eliminar terroristas, mismo manual aplicado en el régimen del presidente Noboa Azín.
El 8 de diciembre de 2024, se comete la desaparición forzada de los cuatro niños del barrio Las Malvinas, de Guayaquil, su culpa es el empobrecimiento, la exclusión, discriminación, xenofobia, por ser niños afrodescendientes, en manos de una patrulla militar. La narrativa oficial de Carondelet, posicionó y diseminó que eran delincuentes, que estaban robando. Nada más demencial, e inherente a la Doctrina del Enemigo Interno.
Es preocupante este patrón de comportamiento, que desnuda las terribles violaciones de derechos humanos, a las que viene atada la tortura, ejecución extrajudicial, incineración, caso específico de los cuatro niños del barrio Las Malvinas.
El Bloque de Seguridad del régimen de Daniel Noboa Azín, pretendió ocultar lo ocurrido el 9 de enero.
La lucha y combate a la inseguridad, viene generando al momento 27 desapariciones forzadas, 16 con medidas cautelares, nueve son de niños.
Son recurrentes estos nefastos actos, que están tipificados y penalizados en el Código Orgánico Integral Penal (COIP), y el derecho penal internacional.
No es coincidencia, pero están cometiendo desaparición forzada, en contra de niños afro ecuatorianos, que viven en barrios extremadamente empobrecidos y rotulados como delincuentes.
En contexto de un escenario de elecciones presidenciales, aflora con más recurrencia la intervención de las FF.AA. que no se inmutan cuando se tortura y comete juzgamiento extrajudicial.
Alguna vez Mahatma Gandhi expresó: “ojo por ojo” y el mundo terminará ciego.
En este escenario se inscribe el proceso electoral presidencial del Ecuador, que tiene a 16 candidatos/as, con la polarización de dos: Luisa González, perteneciente a la Revolución Ciudadana (RC5), cuyo programa de gobierno se sustenta en la justicia social, el combate a la crisis de inseguridad, económica y política; propone un gobierno de la RC5, como ya lo hizo el expresidente Rafael Correa Delgado, durante una década con logros muy importantes y que posicionó al Ecuador como uno de los países de mayor crecimiento económico en la región Latinoamericana.
Hoy convertido en uno de los países más inseguros de la región, y ciudades con el índice de crímenes más violentos en el mundo. Enero de 2024 terminó con 735, que lo datan como el más violento de la historia del Ecuador.
La propuesta de Luisa González, se enfoca en la recuperación del país, venido a menos en casi ocho años, con tres regímenes de tinte neofascista y autoritario que lo han desinstitucionalizado, provocado un desmadre de inseguridad, caída del empleo, acelerado la migración, terriblemente criminalizada por el presidente Donald Trump y un abrupta y sistemática crisis socioeconómica y política. Ella propone un modelo de la vida, de una economía centrada en seres humanos, de siembra de la justicia social, con políticas públicas, desterrando y sepultando el miedo, la guerra psicológica.
Es el modelo de neoliberalismo libertario, seguritista, autoritario, que viene desangrando al Ecuador, a través de Daniel Noboa Azín, que tiene sus manos salpicadas de violaciones recurrentes a los derechos humanos, de empobrecimiento del pueblo ecuatoriano, de miedo, de inseguridad, de caída del empleo, de la salud, de la educación, de pretender convertir a Galápagos, un Patrimonio Natural de la Humanidad, en una base militar estadounidense, sobre la premisa de dos acuerdos firmados en el régimen de Guillermo Lasso.
Noboa no ha ocultado su férrea y obediente subordinación al presidente Donald Trump, que va rumbo al mes de juramentar y estar en funciones con la implementación de órdenes ejecutivas que evidencian la crisis sistémica y estructural del imperialismo estadounidense, la caída irreversible de su hegemonía, sumada la sumisión total por ser un ciudadano norteamericano nacido en Miami. Es decir, Trump, es su presidente y el Ecuador está convertido en una gran hacienda bananera, en donde el alcaloide, sale contaminado de cocaína, rumbo a Estados Unidos y Europa. Concomitante, masacres carcelarias, con tortura a personas privadas de la libertad, hecho denunciado y observado por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Las empresas públicas estratégicas, entre ellas energéticas, petroleras, corren el serio riesgo de ser monetizadas o concesionadas a los grupos corporativos, del entorno presidencial, de su tía, quien ya ha sido beneficiaria en la provisión de alimentación en el sistema penitenciario, así como en la colación escolar.
La represión generada en el sector rural de Palo Quemado, provincia de Cotopaxi, con grandes yacimientos de minerales, evidencia que su tía es accionista de la empresa minera canadiense, presente allí, en donde los campesinos ejercen su derecho constitucional a la resistencia social por ser afectados. Se militariza la zona y se cometen violaciones de derechos. Es decir, este es un régimen represivo, salpicado de violaciones de derechos humanos, con desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, un país sitiado, militarizado, en donde corre serio riesgo la poca democracia que queda.
Es evidente la violación del derecho internacional, cometida el 5 abril del 2024, en el asalto e incursión violenta a la embajada de México, agravada con el secuestro del ex vicepresidente Jorge Glas Espinel, que tiene asilo político, concedido de manera soberana por la República de Estados Unidos Mexicanos y que guarda prisión en un centro penitenciario de nombre La Roca, de máxima seguridad, en donde corre un serio riesgo su vida, su salud.
El presidente Noboa ha enviado en las últimas horas una propuesta de reforma constitucional, que al parecer raya en el populismo penal, mediante el endurecimiento de penas a las personas que delinquen, evidenciando que en nada contribuyen a la situación de injusticia social e inseguridad, sumada la crisis energética, imperante en el Ecuador.
Por lo tanto, el domingo 9 de febrero se enfrentan dos modelos de país: el de la vida en abundancia y la justicia social de Luisa González, perteneciente a la organización política de la Revolución Ciudadana, cuyo líder histórico es el expresidente Rafael Correa Delgado.
El de Noboa Azín, seguritista, con militares y policías en las calles, que desnudan terribles violaciones de derechos humanos, con el cometimiento de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, violencia criminal y una estructura narcodelictiva con enraizamiento en el sistema judicial y narcogenerales.
Noboa, es un injerencista en contra de las democracias soberanas de Cuba, Nicaragua y fundamentalmente de Venezuela, recibió en el Palacio de Carondelet al excandidato presidencial venezolano, Edmundo González Urrutia, un exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), conocido como el segundo matacuras, cuando cumplió funciones diplomáticas en la República de El Salvador , hoy convertido en un operador político de las ultraderechas y el lobby venezolano de Miami, para desestabilizar al legítimo gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros.
No ha cesado su ataque a México, pretende imponer una tasa arancelaria a productos provenientes de ese país, cuando es de conocimiento que Ecuador importa medicinas y materias primas para la elaboración de medicamentos, lo que golpeará e impactará en la economía del pueblo.
Noboa, representa a la República cocalera, ya no bananera, a la ultraderecha autoritaria, neofascista y prosionista que no deja de exterminar y cometer genocidio en contra del pueblo de Palestina.
Se viene un tenaz desmadre neoliberal con crisis sistémica y estructural, deuda externa en cerca de 90 mil millones de dólares, ciudades militarizadas convertidas en las más violentas del orbe latinoamericano y del mundo, con estancamiento de la economía de las familias ecuatorianas.
No ha defendido a los 30 mil migrantes que serán deportados de Estados Unidos, criminalizados, quienes mantenían una remesa cercana a los cinco mil millones de dólares que han estado activando la economía ecuatoriana, lo cual tendrá efectos contraproducentes incalculables en los próximos meses.
Es inverosímil y vergonzoso, que en la juramentación del presidente Donald Trump aplaudió el anunció de deportación de migrantes, entre ellos ecuatorianos/as que dan sostenibilidad a la economía nacional.
La suspensión temporal de fondos de la Agencia USAID, el brazo económico e ideológico de la CIA, al igual que la NED, dispuesta por el presidente Trump, generó coletazos fuertes en oenegés ecuatorianas, al recibir fondos que encubrían su ejercicio con el ecologismo, feminismo, derechos humanos, de organizaciones políticas opuestas a la corriente de la batalla de las ideas, de la libre autodeterminación de los pueblos, de un periodismo salpicado de injerencia, por ahora están atadas a la decisión y revisión de la administración de Trump.
Los recursos de USAID, han sido mal utilizados, y suspendidos para un análisis temporal.
No hay resultados de esa cooperación. Han existido proyectos que han funcionado muy bien. Otros que han financiado fondos a la oposición venezolana en Estados Unidos con Juan Guaidó, ayuda destinada a otros fines de desestabilización, en toda América Latina, en dónde se invirtió esos recursos.
A través, de la NED, se apoyó a organizaciones políticas opositoras a gobiernos legítimos.
El injerencismo en democracias soberanas de Cuba, Nicaragua y Venezuela, desestabilización mediante un onegenismo disfrazado de derechos humanos, ecologismo, feminismo.
Los fondos han sido usados para posicionar agendas políticas en contra de gobiernos que no obedecen a las órdenes que se emiten desde EE.UU.
Es demencial la declaración de Trump, respecto a Gaza, limpieza étnica, para vaciar a Gaza de palestinos y miente cuando dice que no necesita a América Latina.
Por mencionar necesita el petróleo de Venezuela, que llega a Estados Unidos en cuatro días y de Oriente Medio en 35 días.
Ergo, Ecuador decide, existe una arena política electoral con presunciones de fraude, ya denunciado por la candidata presidencial Luisa González, así como el frustrado atentado a su vida, que generó la detención de doce presuntos sicarios.
Es urgente y necesario volver a recuperar al Ecuador que tiene el derecho de vivir en paz y que ama la vida en abundancia, así como el retorno a una democracia con libre autodeterminación y participación en un nuevo orden mundial multipolar, multicéntrico, anti hegemónico, antiimperialista, antifascista, antisionista y fundamentalmente de respeto al derecho internacional y retorno a las formas de integración soberana desde y para el sur global.
rmh/leg