La solución de fondo presupone incluir las dos partes
Por Sergio Ferrari
Suiza convocó el tercer fin de semana de junio una Conferencia sobre la Paz en Ucrania, definiéndola como el primer paso de un proceso en marcha. La no presencia ni de Rusia ni de muchos de los países del Sur Global debilitó los resultados. Los organizadores reconocieron que la futura participación rusa constituye un elemento clave para avanzar en este esfuerzo diplomático.
Un elemento positivo es que «Por primera vez, hemos hablado al más alto nivel de paz en Ucrania», afirmó la presidenta suiza, Viola Amherd, al momento del balance final. Sin embargo, aceptó que ahora, la pregunta es: «cómo y cuándo implicar a Rusia», cuestión clave que aún sigue abierta.
Era la tarde del domingo 16 y quedaban atrás dos días de intensas reflexiones entre un centenar de delegaciones, sobre 160 invitaciones giradas. Estuvieron presentes, esencialmente, instituciones internacionales y delegados de Europa, aunque hubo también algunos escasos representantes de África y América Latina.
De los representantes presentes en este centro hotelero en Bürgenstock, a 20 kilómetros de Lucerna, 57 eran jefes de Estado o de Gobierno, en una convocatoria que logró un éxito relativo, dadas ausencias de peso. El documento final fue firmado por 82 presentes, constatándose la ausencia, entre otros, de la propia Rusia, China así como Brasil, India, Sudáfrica, Indonesia, etc. (https://www.dfae.admin.ch/eda/en/fdfa/fdfa/aktuell/dossiers/konferenz-zum-frieden-ukraine/Summit-on-Peace-in-ukraine-joint-communique-on-a-peace-framework.html).
El documento de Bürgenstock menciona el derecho a la integridad territorial de Ucrania, aunque no incorpora el concepto de «agresión rusa», tan deseado por muchos de los presentes. Recuerda las diversas resoluciones de la Asamblea General de la ONU sobre este conflicto que desangra el corazón mismo de Europa. Y subraya: “Creemos que alcanzar la paz requiere la participación y el diálogo entre todas las partes”. Por lo tanto, se decide adoptar medidas concretas para asegurar una mayor participación futura. Según el mismo, “la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los principios de respeto a la integridad territorial y la soberanía de todos los Estados, puede servir y servirá como base para lograr una paz integral, justa y duradera en Ucrania”.
Lo que se buscaba
Según el Gobierno suizo, en su calidad de anfitrión, “el objetivo de la reunión a nivel de jefes de Estado y de Gobierno es desarrollar un entendimiento común sobre un posible camino hacia una paz justa y duradera en Ucrania”.
El cónclave, cuyo costo osciló entre 10 y 15 millones de francos suizos (casi la misma cifra en euros), fundamentalmente para la seguridad, buscaba proporcionar “una plataforma para el diálogo sobre caminos hacia una paz integral, justa y duradera para Ucrania sobre la base del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas y desarrollar un entendimiento común sobre un posible marco para lograr este objetivo”. Propiciaba definir, consensualmente, una hoja de ruta para integrar a ambas partes en un futuro proceso de paz.
El Comunicado oficial previo a la reunión hacía referencia al marco de referencia de la Conferencia: “los debates de los últimos meses, en particular sobre la fórmula de paz ucraniana y otras propuestas basadas en la Carta de las Naciones Unidas y los principios fundamentales del derecho internacional” (https://www.eda.admin.ch/eda/de/home/das-eda/aktuell/dossiers/konferenz-zum-frieden-ukraine.html).
Si bien en un primer momento, durante la fase de preparación de este cónclave, la apuesta de Ucrania era promover como base, integro, su propio Plan de Paz de 10 puntos, lanzado en agosto de 2023, la agenda de Bürgenstock se concentró en un número menor de temas con el objetivo de asegurar un apoyo más amplio. El temario incluyó el intercambio de prisioneros de guerra, deportados y niños en cautiverio; la seguridad nuclear, especialmente en cuanto a la protección de las centrales de este tipo que se ubican en las zonas de conflicto, así como la problemática de la seguridad alimentaria, dado que varios puertos de exportación, así como rutas de tránsito de cereales y otros productos, se encuentran en regiones fuertemente militarizadas o en guerra.
Reacciones mediáticas
Un día después de la Conferencia, la alemana Deutsche Welle publicó un análisis con el título: “Cumbre sobre la Paz en Ucrania: apoyo y desaires políticos”. Recuenta las firmas logradas en el documento final (esencialmente de Europa), pero señala que “Brasil, México, India, Sudáfrica e Indonesia, pesos pesados de la diplomacia, optaron por no respaldar el texto final. Estos países ya habían señalizado reticencias al enviar a Suiza a diplomáticos o ministros, y no a sus mandatarios”.
Por su parte, la cadena televisiva France 24, informaba el mismo lunes 17 de junio, que “80 países firman la declaración final, 13 se abstienen”. El artículo señala que “La Cumbre de Paz para Ucrania finalizó… con una declaración con tres puntos relevantes: la seguridad nuclear, el tránsito marítimo seguro y el llamamiento a la liberación de los prisioneros de la guerra en Ucrania”. Y subraya que: “Trece países destacados del mundo en desarrollo- socios de Rusia en ciertos foros- declinaron firmar el documento”. Para la cadena francesa, “aunque todos los participantes están de acuerdo con que la guerra en Ucrania debe cesar, las visiones sobre cómo lograrlo son distintas: los europeos, que se sienten directamente amenazados por este conflicto, forman un bloque contra Rusia; mientras que países de otras regiones hablan de que ambas partes deben hacer concesiones, Kiev y Moscú lo rechazan”. Y detalla los países que se abstuvieron de firmar la declaración: Brasil, India y Sudáfrica- que forman parte junto a Rusia y China del grupo de economías emergentes, conocidos como los BRICS-, además de México. Tampoco se unieron a la declaración final Armenia, Baréin, Indonesia, Eslovaquia, Libia, Arabia Saudí, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos, mientras que representantes presentes de 80 países sí suscribieron el comunicado final, incluidos la gran mayoría de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Argentina, Chile y Ecuador”.
La Cadena RT, con sede en Moscú, titula su análisis: “La ‘conferencia de paz’ de Zelensky pasará a la historia, pero no como se podría pensar”. Asocia la convocatoria suiza a la estrategia diplomática de Ucrania. Recuerda que ya se realizaron nueve reuniones en distintos países para discutir sobre el conflicto. Y sostiene que: “Se suponía que la décima y más grandiosa sería la cumbre de Suiza, donde la mayoría mundial firmaría la `fórmula de paz´ de Zelensky”. Sin embargo, agrega, “la situación en el campo de batalla cambió considerablemente, y no a favor de Ucrania. La contraofensiva de Kiev fracasó y Occidente no pudo derrotar a Rusia en la guerra comercial. Tampoco pudo proporcionar suficientes armas y satisfacer las demandas de Kiev en el campo de batalla”. Y completa afirmando que ahora el plan de Zelensky “se ha convertido en una charla ociosa en la que nadie cree”. Lo que obligó a definir un temario reducido en Bürgenstock buscando un consenso un poco más extendido.
Tanto la prensa como la diplomacia internacional se muestran polarizadas en torno al conflicto que se vive en propio territorio europeo al este de sus fronteras. Sin embargo, existe hoy un único acuerdo total: para alcanzar una solución negociada deben estar presentes en la mesa de negociación futura los dos actores y no solo uno, como sucedió en la Conferencia de Suiza.
Lo más desafiante, lo pendiente
El aspecto clave que dificulta cualquier prognosis sobre la efectividad real de la Conferencia de Bürgenstock se refiere a la no participación de Rusia. Así como la ausencia de actores de primer nivel en le geopolítica planetaria actual.
Las autoridades helvéticas sostienen que desde un primer momento informaron a Moscú sobre esta iniciativa en marcha. Que la primera respuesta de sus pares rusos fue de no participar. Para asegurar que los representantes ucranianos estuvieran en la Conferencia, priorizaron la fórmula de convocarla sin Rusia. Aseguran que, en una próxima fase, la presencia de Rusia será esencial para avanzar hacia una salida negociada. Hoy por hoy, al tener el sostén de una sola parte del conflicto, la convocatoria helvética alcanza una trascendencia diplomática solamente relativa.
El 16 a la noche ya se hablaba sobre la continuación de este proceso en el que podría ser el segundo cónclave internacional de este proceso, con el objetivo de avanzar con los puntos pendientes, facilitando la presencia de Moscú. Suiza se volvió a ofrecer como anfitrión. También lo habrían hecho Turquía, Arabia Saudí y/o Qatar. Todo está abierto y este paso dado en Bürgenstock, de efectos mitigados, podría tomar fuerza si se amplían consensos y participan todos los implicados directos en el conflicto.
Nada será automático. Por el momento Ucrania y Rusia siguen hablando lenguajes diferentes y exigiendo reivindicaciones inaceptables para uno y otro. Ucrania condiciona cualquier negociación al respeto de su integridad territorial y sus fronteras previas a febrero 2022. Rusia aceptaría firmar mañana mismo la paz, pero sobre la base del nuevo mapa, dibujado luego de 28 meses de una guerra que beneficia a pocos– algunos monopolios armamentistas– y que golpea bruscamente la vida cotidiana de los pueblos de Europa y de otras regiones del mundo.
rmh/sf