En el contexto del conflicto ruso-ucraniano actual es necesario analizar por separado una serie de consideraciones. La primera es la geoestratégica y la geografía. ¿Qué significa Ucrania para Rusia después de obtener su independencia?
Durante muchos años, Ucrania fue un importante punto de tránsito del gas natural de Rusia a países europeos.
Después de la construcción del gasoducto North Stream-1, el papel de Ucrania disminuyó, y cuando el proceso de colocar la tubería de Nord Stream-2 estaba en curso, casi todos los analistas de energía predijeron que Rusia podría usar nuevas capacidades sin pasar por ese país.
Por lo tanto, para Moscú, la importancia de Ucrania como intermediario para los recursos energéticos disminuyó drásticamente.
Hay otra conductora principal importante que generalmente no aparece en los informes de los medios. Se trata de la más largadel mundo para bombear amoníaco, utilizado en la producción de fertilizantes, y conecta la planta en la ciudad rusa de Togliatti con el puerto marítimo ucraniano en Odessa.
Pero después del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, el suministro de amoníaco a través de esta tubería se suspendió.
El importante tema de la seguridad
Sin embargo, desde el punto de vista de la seguridad, Ucrania, como un buen estado vecino es muy importante para Rusia. Esta posición se refleja en una serie de estrategias de seguridad nacional rusa: a lo largo de sus fronteras, Moscú estaba interesado en tener países estables y amigos.
Bajo tales objetivos fueron desarrollados proyectos económicos y estratégicos como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la Unión Económica Euroasiática (UEE).
Dado que Ucrania limita directamente con los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sirvió como un amortiguador entre la UE y Rusia. Pero después de 2014, comenzó a convertirse rápidamente en anti-Rusia, lo que causó preocupación entre el liderazgo de Moscú.
La inclusión de Ucrania en el sistema de la OTAN se convirtió en una amenaza existencial para Rusia. Pero incluso, en el marco de una cooperación militar ordinaria con Estados Unidos y los países de la Alianza Atlántica, Ucrania se convirtió en un serio desafío para la seguridad rusa.
Además de la geografía militar tradicional, los factores de identidad también son importantes.
La presencia de un pasaporte ucraniano entre los ciudadanos de ese país no significa que sean ucranianos. Alrededor de la mitad de la población de Ucrania se identifica como rusos. E incluso, entre los que se consideraban ucranianos, muchos en su vida cotidiana hablaron en ruso.
La cuestión nacional, revisión de la historia el factor religión
En general, más de cien grupos étnicos viven en Ucrania. Sin embargo, el proyecto de crear una nación ucraniana artificial incluyó la exclusión de otros idiomas y culturas étnicas, que se expresó en la adopción de una serie de leyes sobre educación y el lenguaje estatal de Ucrania.
Las organizaciones nacionalistas y los partidos radicales se hicieron cargo de las funciones de control y comenzaron a aplicar la violencia en relación con los ciudadanos que defendieron su derecho a hablar su lengua nativa. El poder oficial no interfirió en este proceso que se realizó por parte de los nacionalistas ucranianos, en dependencia de la región donde se produjeron los incidentes.
Junto con esto, en Ucrania comenzaron los intentos de reescribir la historia. Se creó una institución de memoria nacional que impuso un punto de vista específico y dudoso sobre el pasado del país y, al mismo tiempo, la herencia de la era soviética y del Imperio ruso fue criticada y condenada con dureza. Paradójicamente, Ucrania surgió gracias al Imperio ruso, y más tarde, su territorio se expandió bajo el Gobierno soviético.
La religión es otro factor importante de identidad. La Iglesia Ortodoxa Rusa es la mayor asociación de creyentes en Ucrania. Sin embargo, recientemente, sus parroquias y templos han sido capturados por los neonazis ucranianos.
Además, en 2019, se creó una organización artificial, la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, que no reconoce al resto de las iglesias incluidas en la ortodoxia universal.
El documento para la creación de esta iglesia fue emitido por el Patriarcado de Constantinopla, cuyo líder es conocido por sus conexiones con Estados Unidos.
Después de eso, el patriarcado de Moscú interrumpió las relaciones con el patriarcado de Constantinopla. Obviamente, la creación de una iglesia ucraniana no canónica constituye un tema político y no de disputas teológicas. Pero la nueva estructura artificial permite a Kiev usar la religión para sus propios fines.
Finalmente, al estar entre Oriente y Occidente, entre Rusia y la UE, Ucrania, o más bien el liderazgo político de ese país, perdió la oportunidad de ser un puente y obtener beneficios de su situación estratégica.
Esta es la tragedia de Ucrania: en lugar del tema de la geopolítica europea, se ha convertido en un objeto al que se dirigen varios vectores de influencia, lo que causa un conflicto de intereses.
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