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domingo 14 de diciembre de 2025

Korda estuvo en Panamá

Por César Del Vasto

Inicia el año de 1959. En Cuba, triunfa la revolución armada, desplazando al dictador aliado del imperialismo y la oligarquía cubana; el pueblo y el movimiento popular organizado, con los rebeldes guerrilleros inician un proceso de cambios sustanciales.

Jóvenes idealistas, motivados por esa experiencia, se lanzan aventureramente a un conato de guerrilla en abril de ese año, con “invasión cubana” incluida.

La represión durará el resto del año, pero en el ínterin, saldrá a la palestra el tema del colonialismo estadounidense.

Patriotas anticolonialistas deciden marchar en las esclusas del canal en noviembre de 1959 [La primera fue organizada por la Unión de Estudiantes Universitarios en mayo de 1958] fue organizada con sumo cuidado por civiles vinculados a los gremios de trabajadores, la FEP y un sector de la Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá, y su ejecución se programó para el 3 de noviembre, fecha de la independencia panameña del Estado colombiano.

Ernesto Castillero Pimentel, Rodrigo Miró y Aquilino Boyd encabezaron la manifestación. Castillero Pimentel testimonió en un comunicado posterior a los hechos: «Al regresar a las 12 del mediodía al sector del Pacífico, arribamos a la avenida 4 de Julio en momentos en que se desarrollaba virtualmente una batalla campal entre centenares de ciudadanos panameños y los policías de la Zona del Canal, en el tramo inmediato al Palacio Legislativo. Boyd y yo nos pusimos al frente de la multitud y avanzamos por la avenida hasta un lugar donde los policías zoneítas, con gases lacrimógenos y mangueras de agua, lograron dispersarla.

«La muchedumbre, en represalia por haber sido pisoteada una bandera panameña por policías de la Zona e indignada por los actos de sangrienta violencia ejecutados contra pacíficos estudiantes y ciudadanos patriotas que no habían hecho acto alguno reprensible, nos pidió ir hasta la Embajada de los Estados Unidos de América a realizar una protesta.

«Al frente de esa multitud fuimos hasta la Embajada, en donde, sin que nos hubiera sido posible evitarlo, el pueblo arrío la bandera norteamericana y la destrozó. Enseguida se procedió a elevar en el mástil la bandera de Panamá y los presentes cantamos el Himno Nacional. Después de realizados estos actos se dio por terminada la demostración de protesta.»

Otra fuente informa que, por tratarse de una actividad pacífica, la marcha había sido coordinada previamente con el capitán de la Guardia Nacional Manuel José Hurtado, quien, a su vez, le informó al mayor Benjamín A. Darden, jefe de la Policía zoneíta, quien evidentemente dio otras órdenes: al momento en que la marcha entraba a las 11:15 de la mañana por las inmediaciones del Hotel Tívoli, la policía zoneíta la detuvo. Luego de intercambios verbales, los integrantes de la marcha se replegaron hacia los predios del Palacio Legislativo.

Ante la sorpresa de los zoneítas y el aumento de las filas cuando se incorporaron miembros del pueblo, Ricardo Ríos decidió encabezar la marcha por toda la avenida 4 de Julio, una de las vías que marcaban el límite entre la ciudad de Panamá y la Zona del Canal.

Esta acción enardeció a la facción zoneíta, que arremetió violentamente y sin justificación contra los manifestantes pacíficos, que, en reacción, se armaron con piedras ante la agresión, a lo largo de la calle J hasta la avenida Tívoli, en los límites contiguos a la Zona. Los ocupantes del territorio nacional dispararon perdigones y balas, y recorrieron a bayonetas, garrotes y gases lacrimógenos.

A dos estudiantes patriotas que defendían la soberanía panameña en territorio ocupado se les detuvo y enjuició, de acuerdo a las leyes norteamericanas que regían en la Zona. El estudiante del Colegio José D. Moscote, Ezequiel González Núñez y el universitario Ezequiel González Meneses fueron condenados a no pisar más el territorio de la Zona del Canal, previo pago de la multa que fue cancelada mediante colecta pública.

El combate entre las dos facciones se extendió por todo el día y dejó como saldo un centenar de panameños heridos, quienes, ante la impotencia de no poder defenderse de la agresión en iguales términos, arremetieron contra todos los símbolos a mano que representaban a los Estados Unidos: primero, quemaron otra bandera norteamericana, frente a la Embajada de Estados Unidos; destruyeron cinco autos con placa de la Zona, parcialmente dieron fuego a las oficinas del USIS[1] y las de autobuses y del ferrocarril, y otras propiedades de la autoridad canalera.

De igual manera, con ira del pueblo y los estudiantes, en la Avenida Central fueron atacados los negocios yanquis, como el Chase Manhattan Bank, la Compañía de Fuerza y Luz y la empresa bananera Chiriquí Land Company, siendo apedreadas y sus autos destruidos.

El periodista cubano Gregorio Ortega relata una anécdota curiosa de esos hechos: «Frente a nosotros, un guardia nacional detuvo a un niño de 12 años. Llevaba en la mano un saco lleno de piedras.

El capitán Hurtado se le acercó y le dijo: ‘¿Tú no estuviste también el 3 de noviembre? ¿Cómo no, me acuerdo muy bien de ti?’ ‘Sí’, le respondió el muchacho. ‘Aquel día tiraste muchas piedras’, le contestó el capitán Hurtado. Un grupo se acercó y les dijo a los guardias: ‘Si no se atreven a usarlas contra los yanquis, ¿por qué no nos dan sus armas?’ ¿Tratamos de impedir que los gringos los masacren’, respondió Hurtado (…) El coronel John R. Wright Jr. citó a los capitanes Hurtado, Torrijos, Moreno y Mata, a través de un altoparlante. Estos atravesaron las alambradas yanquis y Wright fue muy escueto: No estamos dispuestos a soportar un minuto más la actitud de los manifestantes.

«Si no se retiran procederemos a realizar descargas cerradas. Le damos un breve plazo a la Guardia Nacional para que desaloje la manifestación’ (…) Luego de fallidas negociaciones, la Guardia Nacional comenzó a lanzar gases lacrimógenos y realizar disparos al aire, expulsando por la fuerza a la muchedumbre de los límites de la Zona (…) El pueblo se desbordó y destruyó a pedradas los negocios yanquis hasta cerca de la medianoche, paseó por las calles la bandera y en cada esquina, en cada parque, se celebró un mitin, donde los oradores demandaban el rescate de la zona…»

A partir de entonces, se sucederán otras manifestaciones pacíficas y ordenadas del pueblo, a lo largo de la valla de alambre ciclón que separaba a la ciudad de Panamá de la Zona del Canal, como la efectuada el 4 de julio de 1960, en los predios de la Escuela de Ancón.
Un avance de esta jornada de protesta fue el reconocimiento de la soberanía titular de Panamá sobre el territorio de la Zona del Canal. A los patriotas, esto les pareció una burla a las demandas del pueblo y estudiantes, principalmente a sus dirigentes- Ríos, Pinzón, Menéndez Franco, Brugiati, Britton, Núñez, Bloise, Rivera, Virginia Ramírez, Ricardo Cedeño, Luis Ríos, Teófilo Córdoba, Narciso Cubas y Nicolás Danello- y los periodistas Luis Noli, Alberto Velásquez y Luis Restrepo.

Poco después, en 1960, una delegación panameña participó en el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes, celebrado en La Habana.

Ortega y Korda

Enviados por la recién fundada agencia informativa Prensa Latina, arriban a Panamá a cubrir las manifestaciones antiimperialistas el periodista Gregorio Ortega y Alberto Korda, como reportero gráfico.

Arriesgando la vida, cubrieron tanto las protestas como la represión por parte de la policía y el ejército zoniano colonialista, recibiendo de la población la solidaridad, el respaldo y el cariño, como representantes de una revolución caminando.

Ortega estuvo cubriendo ese año del 59 hasta el 60 las actividades patrióticas, de solidaridad con Cuba y antiimperialistas en República Dominicana, Puerto Rico,….

Una primera crónica sobre estos sucesos anticoloniales, antiimperialistas y patrióticos en Panamá, es publicada en la revista número uno del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria)[2], en enero de 1960, titulada Panamá, una vivida crónica sobre los hechos de noviembre en Panamá. La primera a nivel internacional, bien acompañada de las fotos de Korda, y escrito de Gregorio.

Le siguió la número dos con el trabajo: La Chiriquí Land Company: el feudo panameño de la United Fruit, con más fotos, en febrero.
Años más tarde, Ortega publicara con el título Panamá, estas y otras crónicas en la Imprenta Nacional, de ciudad de La Habana, en 1961, son 142 páginas, y un tiraje de 25 mil ejemplares.

Esta crónica del momento, está ilustrada en su portada y contraportada, con una imagen poderosa del ejército colonial estadounidense, bayoneta calada entre los límites cercanos del Instituto Nacional, y la colonial “Canal Zone” apuntando al pueblo panameño y en las páginas 79 y 113 con fotos de Korda, de indígenas marginados y tres caricaturas del panameño Eudoro “Lolo” Silvera, de carácter antiimperialista.

[Décadas más tarde, otra edición con esas principales crónicas será editado con el título “En la brecha” en el año de 1983-1984, donde republica el trabajo de la revista INRA.

Corren tiempos de vida o muerte, Korda, está en el momento preciso del 4 de marzo de 1960, cuando estalla el vapor francés La Coubre, el cual traía en sus bodegas armamento belga para el proceso y estaba anclado en el puerto de La Habana, de repente estalló una explosión de sus entrañas, cuando desembarcaban las armas, el saldo: 130 muertos y centenares de heridos. Las investigaciones señalaron como responsables a la Agencia Central de Inteligencia estadounidense. En el acto público, Fidel afirmó, por vez primera, la consigna ¡Patria o muerte, Venceremos! Korda tomó la imagen del Che y no se “descubrió” hasta años después por un editor italiano.

La vanguardia política y artística, podía caminar sin problemas, más aún cuando podía reflejar la realidad por impresión directa, sostiene Matilde Sánchez, y es así como se anuda en la fotografía una de las relaciones más productivas y funcionales entre política y arte….Korda recordaba la frustración existente entre los fotógrafos al no poder retratar a los rebeldes en la Sierra. Pero ahora que los tenían en La Habana, era otra cosa.

Así, la nueva fotografía cubana nace al calor de la revolución y comenzará a desarrollar una imagen espontánea del poder en su proceso de constitución, a través de una identificación profunda con sus líderes.

Korda se convirtió en el principal retratista de Fidel, junto con otros artistas como Osvaldo Salas y Raúl Corrales, en uno de los artífices de la imagen pública del gobierno.

Siete años después, tras el asesinato del Che en Bolivia, en octubre de 1967, el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli se hizo con los derechos para publicar el Diario del Che en Bolivia y publicar la imagen en un gran póster. Eran las imágenes de Korda, pero las de Panamá del año 59 se han editado sin saber este origen, y esperan aún ser conocidas por el pueblo panameño.

rmh/cdv
Fuentes:
-Autores varios. INRA, la revista (1960-1962) Consultada el 4 de diciembre, 2025:

https://rialta.org/expediente-revista-inra-1960-1962/#google_vignette

-Matilde Sánchez. Che, sueño rebelde, Icaria Editorial, España, 2003.

-Ortega, Gregorio. Panamá. Editorial Sociales, Cuba, 1961.

_______En la brecha, Cuba, 1983.

-Ponce Suárez, Vilma N. Revista INRA, imagen de una nueva Cuba durante 1960-1962. Consultado el 2 de diciembre, 2025:

https://sos-de-fra-1.exo.io/patria-libros/uploads/Revista-INRA-imagen-de-una_nueva_Cuba_durante_1960-1962_1704785814.pdf
[1] United States Information Service (Servicio de Información de Estados Unidos).

[2] El INRA nació como una entidad autónoma y con personalidad jurídica propia, según el artículo 48 de la Ley de Reforma Agraria, encargado de hacer efectiva esa medida. Fidel Castro fue designado su Presidente, y el capitán Antonio Núñez Jiménez, Director Ejecutivo, según Vil

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